Tras vivir un periodo difícil en cuanto a su salud mental en 2018 y 2019, Tom Odell se refugió en la composición para recuperarse, bajando la guardia y expresando sus sentimientos en la música que finalmente formará parte de su cuarto álbum, «Monsters» que saldrá a la venta el 25 de junio. Este trabajo no solo es un arriesgado renacer creativo de Odell, sino también una consolidación de sus puntos fuertes.
Tras el lanzamiento del primer single, ‘numb’, Odell vuelve con su nueva canción: ‘monster v.1.’. Este nuevo single coge la melaza de ‘numb’ y la encara de frente. Con un estribillo potente (“solo eres un monstruo y no te tengo miedo«) en un principio inspirado en Trump, y más específicamente, en la activista Greta Thumberg mirándolo fijamente en la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas de 2019, la canción pronto se convirtió en algo más abstracto; un mantra de autoayuda para Odell en su continua batalla contra la ansiedad. Como el propio autor reconoce en diversas entrevistas ‘monster‘, como un intento por superar sus problemas, ahora el tema ha logrado generar en Odell una sensación dual: de tristeza por lo vivido y por el recuerdo de aquellos momento pero a la vez de orgullo, tanto por hacerlos dejado atrás como por la ayuda que este tema pueda brindar a personas que actualmente estén combatiendo contra la ansiedad u otro tipo de enfermedad mental.
Tom Odell lleva dedicándose a la música desde los 21 años cuando publicó su álbum debut «Long Way Down«, que llegó al Nº 1 y obtuvo un single Top 10, ‘Another Love‘, y le valió un Premio Brit. Ahora, casi una década después, está claro para Odell que el remolino que rodeó su debut le hizo empezar una ética de trabajo que acabó convirtiéndose en una obsesión, que alcanzó su punto álgido en septiembre de 2019 cuando Odell, inmediatamente después de la gira Jubilee Road, se fue directamente a Los Ángeles para empezar a escribir su álbum siguiente. En ese momento, sentado en su estudio se sintió incapaz de hacer música y aquella formula de trabajo fue diagnosticada como ansiedad crónica. En ese momento solo había una opción: regresar al principio: un avión, la casa paterna y mucho tiempo de terapia.
Lento pero seguro, Odell convirtió esa experiencia en un nuevo álbum. También se dio cuenta de que la nueva amplitud de sus letras debía ir acompañada de una expansión musical, por eso muchas de las canciones del álbum se apoyan en un sonido bedroom pop y electrónico con el que Odell se ha obsesionado en los últimos años. Este nuevo descubrimiento del pop electrónico ‘hecho en casa’ coincidió con la llegada de la pandemia, lo que llevó a crear canciones de una manera más improvisada utilizando los instrumentos que tenía a mano, como los sintetizadores Moog. Se trataba de un movimiento motivado tanto por la necesidad como por el deseo de explorar. Así pues, los sintetizadores y beats inquietantes potenciaron el sonido. Y aunque su nueva música es a veces pesada, hay una ligereza de toque que indica que Odell es capaz de hacer el mejor truco del pop: el de esconder la tristeza en las melodías. Es estos tiempos tan extraños, esta nueva música representa el comienzo del segundo capítulo en el continuo viaje musical de Odell.