La llegada del último trabajo de Herman Dune, «Notes from Vinegar Hill» ha venido precedida del adelanto de tres de sus temas, ‘Say You Love Me Too’, ‘Mookie Mookie’ y este ‘Ballad of Herman Dune (High on Rye & Lost at Sea)’ que se publica hoy, 4 de noviembre, solo un par de días antes de que se edite su nuevo álbum al completo.
Esta balada, que se dedica a sí mismo, es ya la última carta de presentación de «Notes from Vinegar Hill«, el tercer álbum que publica en su propio sello, Santa Cruz Records, después de ‘Sweet Thursday’, ‘Santa Cruz Gold’ y el EP ‘Incredible Vice’ con James Levy. Un disco que se publica justo 20 años después de la salida del primer álbum de Herman Dune, «Turn Off The Light«, publicado en el año 2000, entonces en formato trío, junto a su hermano André y el baterista Omé.
En este nuevo trabajo surgido del obligado confinamiento en su casa de Los Ángeles, David Ivar canta y toca todos los instrumentos (piano, guitarra, contrabajo, batería, percusiones, armónica…), pero a pesar de la complicada situación pandémica, ha contado también con la colaboración de algunos amigos desde la distancia, como Caitlin Rose, cantante de country de Nashville; Spencer Cullum III, (Miranda Lambert, Caitlin Rose…); el multiinstrumentista Jon Natchez (Arcade Fire, David Byrne, War On Drugs…) e incluso su pareja, Mayon, que pone los coros en la mayoría de las canciones del álbum. La mezcla corre a cargo de Adam Selzer (Herman Dune, She & Him, Matt Ward…) y la masterización es de Mike Cave.
Algunos de los temas están escritos al piano y otros a la guitarra. Las canciones hablan del aislamiento y el miedo, la angustia de ser un inmigrante en un país donde las políticas son cada vez más duras para los que vienen de fuera, pero también de la belleza de California, el océano, y de la vida con tres gatos negros en Vinegar Hill, el barrio que aparece en el título del disco. Un álbum en el que la voz de David Ivar se ha vuelto más áspera, como la de sus héroes Lucinda Williams y Tom Waits, y que se sumerge en las raíces de la música americana en todas sus vertientes: folk, blues, rock, bluegrass… para ofrecer esa mirada tan particular, en rigurosos tonos sepia, de un músico francés integrado en ese barrio de Los Ángeles famoso por ser la última morada de Charles Bukowski. Allí David prepara mermelada con los melocotones de su patio trasero, dibuja viñetas para el periódico local, y graba canciones en su estudio casero.
Como último aperitivo antes de la salida del disco, se titula ‘Ballad of Herman Dune (High On Rye & Lost at Sea)’, un tema en el que David Ivar sigue inspirándose en su nueva vida californiana, y para el que ha grabado también un videoclip casero, en el que retrata, con la aparición estelar de dos extraterrestres, su gato Mookie, y su pareja Mayon, la ciudad que le ha acogido durante los últimos cinco años. Sin duda Herman Dune sigue siendo un rara-avis en e panorama actual pero ¡cuánto nos gusta!