abril 16, 2024

Un merecido sobresaliente para el Festival Tomavistas

El pasado fin de semana pudimos disfrutar del festival Tomavistas, uno de los que da el pistoletazo de salida a la temporada de festivales de verano en nuestro país, y del que, desde Hipsterian Circus, guardamos muy buen recuerdo del año pasado. Celebrado en un entorno de naturaleza, en el parque Enrique Tierno Galván, los días 17, 18 y 19 de mayo (viernes, sábado y domingo), este año cambian la manera de acceder al mismo, un poco más engorrosa, dando acceso directo al escenario “Corona”, escenario principal del Tomavistas, con una distribución idéntica a la de la pasada edición. Un anfiteatro natural cae a nuestros pies a medida que avanzamos a través de la entrada, haciendo que sintamos algo especial cuando lo contemplamos desde lo lejos. El escenario “Wegow”, más pequeño, no está donde lo podíamos encontrar en la segunda edición, de espaldas al principal: esta vez lo tenemos a lo lejos, donde se encontraba la entrada del año pasado, lo cual creemos que es un desacierto, ya que en los paseos que tenemos que dar para llegar del final de un concierto en un escenario al comienzo del siguiente en el otro se pueden perder un par de temas. Y si tienes la “mala” suerte de ser seguidor de ambas bandas, mejor te eches una carrera de obstáculos para sortear a la notablemente mayor cantidad de gente que abarrota el festival este año.

El sistema de pago, este año, de la mano de la compañías Tuenti y Verse, se hace de manera diferente. Con la primera, se compran “tuents” que se pueden canjear por bebida en las barras. Con la segunda, se puede pagar las mismas a través de su propia aplicación móvil. Esto no impidió que los dos primeros días hubiera insufribles colas provocadas tanto por la ingente y sedienta cantidad de personas, como por la poca cantidad de camareros que tuvieron que atender a una tremenda masa de consumidores en busca de la codiciada copa, cerveza, refresco o chupito revitalizador. ¿Falta de previsión o búsqueda de ahorro? Nunca lo sabremos.

Lo que sí podemos asegurar es que los baños, a pesar de ser del tipo común en los festivales, no faltaron. No pareció que se formaran eternas colas para poder disfrutar de uno, lo cual es de agradecer, ¡y mucho!

El primer día comienza pronto, y con las actuaciones de Holy Bouncer en el escenario Corona, regalando discos al todavía reducido número de asistentes, y White Bats, estrenando el escenario Wegow. Les siguen Los Bengala, en un alarde de intensidad y poderío que también comparten con Los Nastys, quienes se dejan la piel y voz en cada concierto.

Ya con una cantidad más importante de gente, vemos como comienzan los preparativos para una de las bandas favoritas del festival: Lori Meyers, cuyo despliegue en cuanto a
colorida estética combina a la perfección junto con la música de la banda granadina. En su repertorio no faltan los himnos ‘Mi Realidad’ o ‘Luces de Neón’, que hacen saltar y bailar a todo el público.

C. Tangana, con su trap con pesadas bases de bajo tempo coloreadas por una voz altamente autotuneada, continúa la fiesta musical del viernes, que tiene uno de sus puntos álgidos en la actuación de una de los platos estrellas del Tomavistas: Goldfrapp. Parece que se necesita una mayor ración de decibelios para que te tomen en serio, así que a subir volumen al pop electrónico se ha dicho. La fiesta termina con Hércules & Love Affair haciendo bailar a los valientes que aún tienen muchas ganas de marcha.

Las primeras horas del segundo día vienen marcadas por el desmayo del batería de Kokoshca, quienes poco pueden hacer para demostrar su valía. ¡Tranquilidad en las masas!, que Álex López nos comunica a través de las redes que está bien y que pronto volverá a los escenarios, siendo este grupo el primer confirmado del Tomavistas del año siguiente. ¡Ánimo!

Tras este incidente, adelantan el concierto de Las Odio, banda femenina de punk que poco necesitan afinar y mucho gritar para transmitirnos los temas de su primer álbum. Les sigue otro de los atractivos del festival: Los Punsetes, quienes presentan en el escenario Corona varios temas de su último álbum como ‘Viva’ ‘Mabuse’, aunque no faltan imprescindibles como ‘Opinión de mierda’ o ‘Tus amigos’. Si bien comienzan con un sonido muy descompensado, con demasiado volumen y consiguiente feedback en la guitarra riffera y poca voz, va mejorando hasta equilibrarse los niveles, faltando todavía un leve empuje en la voz, lo cual no importa: todo el mundo se sabe sus canciones de inicio a fin.

Las más jóvenes del festival Mourn demostraron tener un talento arrasador que ya ha pisado suelo internacional. León Benavente siempre son un acierto gracias a sus hits y a su impoluto trabajo que atrajo a (casi) todos los asistentes exultantes ante magníficos músicos. Terminaron su show invitando a Las Odio al escenario y dejando el listón bien alto. Unos The Horrors en su momento para este medio los cubrimos en Madrid y como bien dijimos hicieron honor a su nombre; en su paso por el Tomavistas no hubo mucho a destacar, monótonos y simples. Algo que no ocurrió con la banda inglesa Temples, que eran muy esperados por muchos y que por supuesto, no defraudaron haciendo de su concierto todo un alarde de psicodelia, electrónica y talento.

Sorprendidos nos encontramos al mirar los horarios y descubrir a los de Zarauz en el escenario más pequeño. Delorean consiguen llegar a un público casi masivo gracias a sus bailables temas que te enganchan aunque pretendas evitarlo; merecido es siempre para ellos el «escenario principal». Con los enigmáticos y oscuros The Suuns dimos por terminada (algunos) la noche madrileña.

El tercer día comienza pronto con los aragoneses My Expansive Awareness y la gran Pavvla, quien encandiló a los valientes con su propuesta, versión de ‘Do I Wanna Know’
de los Arctic Monkeys incluída. El imprevisto del tercer día lo marcó la ausencia de la banda Triptides, colocando rápidamente la organización en su lugar a Dani Llamas, seguido de Atención Tsunami y el trío de garaje Las Robertas. Una de las lecciones musicales de la jornada fue impartida por Morgan, que bordó su actuación, seguidas por un Enric Montefusco que terminó bajándose al público a interpretar su último tema: ‘Todo para todos’.

Fuckaine y su particular forma de entender la música amenizan el escenario Wegow entre psicodelia pesada y disonancias varias, dando comienzo a la recta final del festival, encabezada por The New Raemon y McEnroe y los brillantes Rufus T. Firefly y su psicodelia elegante. Un viaje increíble entre temas de su último trabajo “Magnolia” y clásicos como ‘Pompeya’ y ‘El problemático Winston Smith’ que no acabó de oírse como se merece, fruto de, a mi juicio, mala mezcla del técnico. Aún así, una interpretación brillante de los de Aranjuez.

La guinda al pastel del brillante Tomavistas la ponen Airbag, Polock y un increíble Luis Alberto (L.A.) que nos deleitó con los nuevos temas de su maravilloso reciente disco.

Este año volvemos a repetirlo, ¡larga vida al Tomavistas!

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