“Montemarte” de Toulouse es rock, belleza e introspección lírica

Cuando escuché por primera vez ‘Cámara Baja’ y llegó ese “¿Qué pasa si miramos más adentro?”, al principio no le di la suficiente importancia, pero conforme se sucedían los temas, me pude dar cuenta que ese verso no era algo baladí, sino que era una auténtica declaración de intenciones.

Os cuento. Toulouse se trata de una banda granadina que publica su tercer álbum con este “Montemarte”. Hasta la fecha venían predicando un indie rock cargado de guitarras, pero para este álbum decidieron ir un paso más allá: se querían descubrir a sí mismos, comprobar sus límites y ver el trabajo que eran capaces de hacer.

Y de esta forma nace “Montemarte”, de la necesidad de demostrar que Toulouse es un grupo que vale. Lo que encontramos a lo largo de este trabajo son melodías que recogen el sonido más clásico del grupo pero llevándolo un paso más allá: la producción ha mejorado y es más rotunda, la mezcla es mucho mejor, la lírica es más evocadora, y, lo más importante, hay espacio para la exploración de sonidos diferentes. El ejemplo estrella es esa onírica ‘Me Encontré Contigo’, cuyo trabajo de sintetizadores, percusiones discretas analógicas y bajo que se encarga de darle cohesión al conjunto, se posiciona como lo más alternativo del álbum, y a su vez, lo más interesante.

Tal vez sea la muestra más extrema, pues este trabajo, ni mucho menos, profundiza de pleno en el mundo de sintetizadores oníricos. Tal vez lo hagan en otra ocasión. A lo largo de los cortes que conforman “Montemarte” uno encuentra una sucesión de hits: temas altamente coreables, melodías de guitarra que se clavan en el cerebro y cambios de intensidad en los que Toulouse juegan contigo. ‘Cámara Baja’ mira de reojo a Tórtel en sus melodías vocales y a Supersubmarina en cuanto a felicidad de su segunda parte. De hecho de estos últimos podemos pensar gracias a los guitarrazos de algunos otros pasajes, como ‘Sierra Nevada’.

Se podría decir que recogen lo mejor de la escena indie rock actual mientras se descubren a sí mismos. ’El amor, a veces miedo’ me hace pensar en unos Flaming Lips reflexivos de “The Terror” en lo que a lírica se refiere, pero inmediatamente esos gritos del final del corte me devuelven a la realidad del álbum para seguir el viaje propuesto por los granadinos en una agridulce ‘Despedida de Soltero’, donde los solos potentes de guitarra se entremezclan con las líneas de sintetizadores y la melodía puramente destinada al directo.

Vamos a quedarnos con esto último, porque si bien una parte del sonido del álbum queda definido por la necesidad de Toulouse de demostrar que son capaces de hacer un buen álbum y de descubrirse letra a letra y metáfora a metáfora, la otra parte del sonido viene caracterizada por la necesidad de crear un compendio de melodías accesibles. La complicación se halla en las letras y en algunos pasajes o instrumentaciones más alternativas. En la mayor parte de cortes encontramos un sonido sencillo, que quiere gustar mientras desarrolla una evolución sonora lógica. Las transiciones están muy bien tratadas (uno se puede fijar en cómo ‘Despedida de Soltero’ da paso a la sección más rockera e intensa del álbum con total naturalidad), y el ritmo del álbum no resulta en ningún momento agotador. Encontramos los suficientes contrastes para conseguir mantenernos en un vilo constante pero de forma que no resulta un esfuerzo agotador.

Por último, hablemos de el fina, el cual no podía venir de mejor forma: ‘Déjame Entrar’ inicia el cierre con un estilo luminoso y tranquilo, ‘El Ocaso del Fracaso’ continua con una retrospectiva a la juventud del vocalista. Finalmente el piano y las percusiones analógicas suaves de ‘Despedida de Casado’ echan el cierre de una forma pausada, bajando revoluciones poco a poco, besándonos suavemente en la frente y despidiéndose, dejando un bello recuerdo y las ganas de volver a darle al play a este fenomenal trabajo.