Tórtel se ha convertido con el paso de los años y tres álbumes en su haber en una nueva esperanza del pop underground patrio. Todas sus publicaciones han aparecido en las listas de lo mejor del año a nivel nacional y motivos no faltan. Así que no va a ser sorpresa encontrarnos con «Transparente», el nuevo álbum del valenciano, poblando los tops del año con un trabajo lleno de texturas, experimentación y sonidos futuristas que echan una mirada, en ocasiones, a la psicodelia de los 70. Pudimos hablar con él y, tras una conversación telefónica que se alargó durante una hora entre risas, confidencias y mucho buen rollo, sacamos algunas respuestas muy interesantes.
(Pregunta) – El arte del disco se ha encargado de hacerlo tu pareja. ¿Cómo casa el arte con el contenido del álbum y cómo fue desarrollando todo este tema una persona tan involucrada en el proyecto?
(Respuesta) – Las portadas siempre las hace ella y siempre son a su gusto. Lo que pasa es que ella conoce el proceso creativo del disco desde el principio y está condicionada por eso y no por unas indicaciones mías, cosas que no hago. En este disco… quizá una portada figurativa no pegaba tanto. Hay un proceso en las portadas de los tres discos que va a cuento con la producción. “Entusiasmo” era un disco que parecía de banda callejera con un corte más folk o tropical a veces y la voz estaba delante… Ahí pegaba algo más figurativo. Este disco tiene más recovecos y la abstracción me parece guay. Pero a pesar de ello “Transparente” es un disco pop, es algo hecho para que lo disfrute casi todo el mundo. Esa especie de laberinto y el azul eléctrico con fuerza… todo eso me pega, lo veo una portada muy apropiada con el contenido.
(P) – Antes de pasarnos a hablar tema a tema, te quería comentar que, si tuviera que describir en una palabra el disco, usaría “bonito”: hay melodías dulces, hay suavidad, hay muy buen rollazo en definitiva. ¿Cómo lo describirías?
(R) – A mí “bonito” me parece una definición que me puede hacer sentir cómodo (Risas). Luego claro, nos podemos enrollar hablando del disco y tal. Yo lo veo desde un punto de vista diferente a cualquiera, porque claro, lo he estado haciendo, padeciendo el proceso creativo… Que normalmente es divertido, pero hay momentos de frustración. Para mí ha sido un logro porque es muy parecido a lo que tenía en la mente y eso es una satisfacción. Estoy quizá más cerca que nunca de lo que yo hubiera ideado para el disco. Quería hacer un disco de pop con melodías agradables, con cierta sensibilidad y todo muy cuidado, pero a la vez muy libre y hippie. Cualquiera que sepa de producción a nivel técnico puede decir que hay incorrecciones evidentes. Pero esa libertad me ha gustado mucho. He cogido samples, hemos cuidado las texturas y hemos querido que el disco tenga una atmósfera diferente a los discos españoles que se hayan podido publicar este año.
(P) – Has mencionado antes que el proceso creativo ha sido divertido pero, como todos, tenía momentos de frustración. ¿Cómo te has ido sintiendo personalmente a lo largo de la concepción del disco y cómo ha sido el proceso de creación del mismo?
(R) – En el primero es cierto que pasaba por un momento más delicado a nivel emocional y personal, pero en este disco estaba muy centrado. Además, trabajar con Alberto Rodilla, con quien está hecho el disco desde el principio y con el que he compuesto mano a mano, ha sido muy fácil. Tiene las ideas muy claras, es muy trabajador, muy estable… Ha sido un trabajo muy cómodo y agradable. Hay frustraciones al ver que cosas no funcionan pero siempre había la posibilidad, al trabajar en casa, de retroceder y retomar con calma. No ha sido muy jodido de hacer, más bien al contrario, muy relajado.
(P) – ‘Respira’ es el tema que abre el álbum y, simplemente, es un temazo. Quería preguntarte, con relación a los samples que hablábamos antes, ¿qué es lo que suena al principio y más adelante en los puentes?
(R) – Lo que suena al comienzo es una cadena de radio sudamericana que saqué de unas playlist de un colectivo de Estados Unidos que recopila canciones de los 60 y 70 que no tuvieron mucha repercusión en su momento. Entonces entre canción y canción meten efectos como los que abren ‘Respira’. De hecho habla de la “múcura”, de una canción muy típica de folclore sudamericano. La voz que sale justo antes del estribillo está sacada de la serie “Freaks and Geeks”, es una frase que dice uno de los “geeks”, que me gustaba y sampleé. Es una chorrada, hay un niño que baila, le dicen que pare y responde “Oye tío, me has cortado el funk” (Risas). Primero era una broma y al final se quedó.
¿Este sample te puede causar problemas en el futuro?
Con el tema samples hay una historia sobre la autoría, qué es un robo… El sample en sí mismo viola los derechos de autor y en los 80 con la escena hip-hop en Detroit hubo muchos pleitos e historias. Ahora empieza a reconocerse la capacidad que tiene el artista de samplear. Podríamos tener problemas, ya no sólo con ese que es simplemente una voz, sino con ‘Sonámbulos’ y su guitarra acústica que está sampleada. No me he preocupado en ver si hay un número mínimo de notas con el que me tenga que preocupar pero, tío, desde un punto de vista de militante del sample (Risas) me parece mucho peor los grupos que suenan a otros grupos y no aportan absolutamente nada. Que me parece bien, pero es menos elegante y tiene menos mérito que coger un sample y hacer algo completamente nuevo como hizo Beck en ‘Jack-Ass’, que es un ejemplo que siempre pongo. La canción original es de Dylan, luego Van Morrison añade un arreglo muy simple y Beck, basándose en eso, hace una canción nueva. Me parece brutal que tres generaciones hayan trabajado sobre lo mismo. El sample me gusta por esa relación que tiene también la voz con el vocoder a la hora de establecer los límites sobre lo que es humano y lo que no. En el disco en cuanto a letras hay un límite entre lo que es real y lo que no, y el límite entre lo que es propio y lo que no me parece muy guay, eso es el sample. No creo que tenga mucha problemática y me haré cargo del asunto, pero no tengo tanta trascendencia como Beck o alguno así para que llegue a oídos de cierta gente, es la ventaja de ser tan undreground y marginal (Risas).
(P) – Relacionado con ‘Respira’, ¿por qué este tema para abrir el disco y no ‘Aquí y Ahora’ con una introducción de sintetizadores que te transporta al plano del álbum?
(R) – Lo pensamos, eso hubiese sido un concepto de disco algo a la vieja escuela, el álbum para oír del tirón. Pero también pensé en el concepto de la música reciente, de la escucha fraccionada. Pensé que lo mejor de cara al primero que se introduce en Tórtel no es escuchar minuto y medio de sintetizadores, porque entonces pasa de darme una oportunidad (Risas).
(P) – ‘La Casa de Hojas’ es el tema que sigue a ‘Respira’. Vamos a empezar con la pregunta obvia: ¿qué quieres decir con esa metáfora?
(R) – Dice “todo lo que pude dar y todo lo que tengo”, tu mundo en definitiva, es como una casa de hojas antes del viento, como la de los tres cerditos, va a llegar el viento y te va a volar. Todo lo que tenemos es bastante efímero.
(P) – Siguiendo eso, en ‘El Invitado’ hay un verso que dice “aquí no hay trucos solo mi piel del revés”. ¿Eres de los que se involucra de lleno en la lírica del disco o lo relegas en alter egos?
(R) – Está ese juego que comentábamos, lo que es real y lo que es imaginario, inspirarme en series o cómics en lugar de cosas que me han pasado en mi vida. Eso está ahí, y “Transparente” es un cierto juego, porque el disco es todo lo transparente que quiero yo, hay algo de ironía. En el disco se habla mucho de las sensaciones que se quieren dar, de quién es uno en redes sociales y en realidad por ejemplo. En ‘Respira’ hay un verso que dice “te dejará de preocuparte lo que dicen los demás de ti, cuando te des cuenta que nadie piensa mucho en ti” que deja claro ese aspecto.
(P) – Te quería preguntar por dos temas que me han llamado mucho la atención. Por un lado ‘Nadie Se Parece a Nosotros’ con todo el tema de texturas y sintetizadores, y por otro, ‘Pedra Cristalina’, un tema instrumental con el que cierras el álbum. ¿Cómo surgieron?
(R) – ‘Nadie Se Parece a Nosotros’ fue la primera canción que empezamos a hacer y es lo que hablábamos antes. Parece que la letra habla de que somos especiales pero ni somos especiales ni somos lo que reflejamos. Empezó como cualquier canción más folk: una guitarra acústica rasgada y la voz. Intentamos crear ese clima ensoñador. El propio Alberto Rodilla tenía la idea de crear un loop de sintetizadores con mucho eco y se creó una atmósfera muy chula para cantar encima y contar lo que quería contar. Y en ‘Pedra Cristalina’ hice algo que quería hacer, una instrumental que te metiera en un mundo nuevo, como cuando de jóvenes te ponías a Pink Floyd, te fumabas un canuto y te ponías a flipar.
(P) – Hablando de melodías y estructuras nuevas, en ‘Transparente’ vuelves a recoger algo de rock/folk del primer álbum, pero es como una excepción porque lo que hay mayormente en el álbum son melodías de los 70 algo psicodélicas, toques de Tame Impala… ¿Cuáles han sido las influencias en este álbum y cómo has notado la evolución con respecto tus anteriores discos?
(R) – Con “Entusiasmo” y “La Gran Prueba” había estado jugueteando un poco. Soy un músico muy limitado y me acerqué a esos sonidos desde la vista del tío que juega y hace música pop que enriquece con algunas rítmicas más tropicales. Me estimulaba mucho ese sonido pero creía que no podía ofrecer más que repetirme. Me apetecía hacer lo que tú dices: texturas. El ritmo no es tan importante… Aquí lo que importa es la melodía, la letra y la atmósfera que se crea. A partir de ahí quise currar en esa dirección, de ahí también contactar con Alberto Rodilla, que no había producido nada y es muy joven, pero lo conocía y sabía que trabajando juntos íbamos a hacer cosas chulas. Empezamos a currar para ver qué pasaba. La primera de las canciones tenía muy buena pinta y decidimos seguir. Fuimos a estudio a grabar baterías y algunas voces, pero en casa nos la apañamos bien con un buen equipo como el suyo. Es un home studio chulo.
(P) – Me sorprende mucho la capacidad de los home studios y lo mucho que dan de sí (James Blake o Bon Iver). Me fastidian los grupos que se quejan por falta de presupuesto para grabar en estudios y demás porque pienso que se pueden obtener resultados aceptables en grabaciones caseras bien hechas, ¿qué opinas de todo esto?
(R) – Creo que también depende del proyecto que pretendes levantar. Blake o Bon Iver o mi disco son factibles de hacer en casa teniendo un mínimo para poder currar bien. Por ejemplo, algunos de los chavales a los que doy clase que hacen hip-hop, se ponen bases en su portátil y cantan y perfecto. Pero a lo mejor si estás haciendo heavy metal necesitas otras cosas. Esos discos que tienen una producción muy concreta, como Atlas Sound, se puede hacer en casa. Reconozco que me puede llegar alguien a recriminarme que si quiere grabar un sexteto de cuerda pues en casa no puede. Tórtel lo enfoco sobre todo a mis posiblidades. A veces he fantaseado con introducir cuerdas pero en seguida he dicho “Para qué”. Pero fíjate, en mastering sí decidimos invertir para hacerlo con Joe Lambert que ha trabajado con Panda Bear, Animal Collective, Atlas Sound… Fue algo muy guay, ahorramos en estudio trabajando en casa y tuvimos la oportunidad de masterizar fuera. Lo que me gusta mucho de él es que potencia lo digital. Yo oigo un disco de Panda Bear, Animal Collective o Deerhunter y no estoy escuchando un disco de los 70 grabado en bobina, consigue tener ese recuerdo pero habiéndose grabado ahora.
(P) – De cara a presentaciones en vivo, ¿tienes algo confirmado?
(R) – En diciembre tocaremos en El Sol y en Sidecar en Barcelona. Hay alguna fecha y algún festival cerrado, pero aún no se puede hacer oficial. Conciertos hay sobre todo en Valencia, muchas cosas cerradas. Estuvimos en Costelo haciendo una especie de celebración para la salida del disco. En invierno aprovecharemos las salas y luego las presentaciones obligadas de Barcelona, Madrid, Valencia.
(P) – Actualmente en la música indie pop se está abusando mucho del rollo sintetizadores muy 80’s, sin embargo, tú apuestas por los 70’s. ¿Qué opinas de ello? ¿Te pareció algo atrevido tirar por este camino?
(R) – Entiendo bastante por qué se tira a este sonido. Hace unos años fue el folk y ahora los 80. Eso ha existido siempre, vas a la historia de cualquier arte y ves las modas. Todo el mundo vamos en manada y se crean tendencias, es inevitable ser contemporáneo con lo que te rodea. Hay grupos de los que no me gustan ciertas cosas porque no les veo sentido. Estéticamente se acercan a algo como podrían haberse acercado a otra cosa. Los 80… tiene sentido, dentro de poco se recuperarán los 90, pero ahora está demasiado cerca. Ahora lo guay es Stranger Things, las BMX, los sintes… Hay quien lo hace con mucha gracia y otros que se suben al carro. También va unido a que esa música era muy lúdica y ahora la cultura del festival, lo bailable y lo divertido viene muy huevo.
(P) – En el Levante hay una escena muy potente: Polock, Kuve, Neuman, Viva Suecia, Metropol… ¿A qué crees que se debe? ¿Tienes alguna recomendación personal de grupos de la zona?
(R) – Exactamente no sé por qué. Yo ya tengo mi edad y siempre ha habido muchos grupos, pero últimamente hay muchos. Están Soledad Vélez, Maronda, Cuello… No sé si será por la miseria que hemos tenido y que nos ha llevado a no tener ningún tipo de apoyo y a ser ingeniosos. Creo que la calidad de las bandas que vas viendo y tienes en tu entorno hace que quieras mejorar también. Quizá falta público, mucha oferta pero poca demanda. La escena estaba fracturada, se han montado bandas pero es difícil conseguir que las bandas tengan público.