por Son un fenómeno de masas y eso es algo innegable. Han conseguido que la gente cante sin pudor “dórica, dórica, jónica, jónica, corintia, corintia” allá donde vayan. Y algo que me gusta mucho: han conseguido que la gente se aprenda ese “Caminante” de Antonio Machado. Podríamos discutir si está bien que lo hayan llevado a cabo musicalizándolo con una base que bebe del bakalao más auténtico pero, ¿qué más da cuando tienes un grupo que se llama Las Bistecs y depuras lo que viene conociéndose como electro-disgusting?
Y tenía curiosidad en ver ese fenómeno. Quería ver en vivo a Alba y Carla, quería formar parte de este fenómeno socio-cultural/viral que no es más que una crítica a la sociedad actual bañado de cachondeo y bases animadas. Y vale, quería bailar como el que más con los temas que forman aquel “Oferta” que publicaron hace un par de meses gracias a un crowdfunding que superó con creces las expectativas de las catalanas.
Nos personamos en La Térmica, un espacio cultural en Málaga que bien podría ser la cuna del moderneo. Antes del concierto había una roller-party con música disco de los 80 sonando y un mercadillo hipster chic con gente adquiriendo vinilos, comics, reliquias y, servidor, un CD de Beck. Sí, todos íbamos de coolturetas, pero en cuanto se subieron al escenario Las Bistecs ataviadas con un atuendo vaporoso y escotado que resultaba del todo sensual al ritmo de ‘Galicia’, todos sacamos nuestra raíz flamenca para cantar con ellas “asco de madre, asco de hija, ¿qué pasa en Galicia?”.
La actitud de las cantantes, ese es el quid de toda la cuestión. Todo parte por ser un recuerdo de aquellas divas del pop clásicas en el que el espectáculo fluye a su alrededor, esto es, le ponen la base y ella canta y baila. Fue algo digno de ver cómo se retrotrajeron a unos orígenes del pop en los que la música no se interpretaba en vivo, todo se traía preparado. Pero centrándonos en ellas, Las Bistecs funcionan porque si las cosas salen mal, consiguen darle la vuelta para que parezca que era el resultado esperado. Si ‘Dj Bicha’ entra antes de tiempo interrumpiendo a una de ellas que estaba hablando con el público, no pasa nada, se le manda al productor que corte y la vuelva a lanzar de nuevo. Aunque ocurra a la tercera, da igual, es su filosofía. Si cantando ‘Humo’ dejan de lado toda conciencia social y proclaman lo bueno que es el tabaco para tirar cigarros al público para regalárselo, también da igual. Todo es electro-disgusting. Ellas comentaban al principio de la actuación que no saben bailar, cantar ni tocar ni un instrumento, pero todo forma parte de ese espectáculo y concepto. ¿A alguien le importó algo de eso mientras interpretaban ‘Señoras Bien’? Pues no, así que todos nos dedicamos a gritar con ellas ese “Señoras bien, señoras fetén, capitalistas, chocho-centristas”.
Fue sorprendente toda la implicación del público, que desde el momento cero estaban coreando las palabras de Las Bistecs, pero sobre todo cabe destacar ese ‘Cosas Negras’ donde se gritó el “Cosas negras, cosas negras: mierda, Pantoja” sin ningún tipo de pudor. Y hablemos de los bailes en las rupturas de los temas que hacían del concierto una auténtica fiesta. Y hablemos de los momentos en el que se juntó todo y la gente se veía bailando y cantando extasiada. Esto tuvo lugar al final, con la ya mítica ‘HDA’ y ‘Caminante’, que se encargó de poner el punto y final a un concierto despreocupado y divertido, donde el objetivo era pasárselo bien cantando y bailando. Málaga es oficialmente electro-disgusting, y realmente se espera un regreso de estas pioneras del género para seguir contentando a sus fieles, los entrecots.
Fotografía: Alberto Alfonseca
