En la vida existen dos tipos de personas: las que arrancan las tiritas de golpe y quienes lo hacen poco a poco sufriendo una larga e inclemente agonía; como os podéis imaginar yo pertenezco al primer grupo por eso lo diremos así, de golpe. PortAmérica ha dejado de ser un festival de música de calidad para convertirse en una romería de amigos, de esas que suceden una vez al año y en la que te pasas repartiendo besos, abrazos y sonrisas por doquier mientras música de mayor o peor calidad suena como telón de fondo. Porque sí, aquí el nivel musical ya comienza a dar igual y asistes por tradición y ese momento de comunión que se produce cuando te reencuentras con viejos amigos.
Pero en medio de esta reunión de amigos suena música y de ella (aunque no solo de ella) hemos venido a hablar. Para nosotros la tarde del viernes comenzó con la actuación de Amaro Ferreiro en el escenario SON Estrella Galicia y lo hacía para presentar su último trabajo en solitario «Biólogo«, un álbum del que ya os hemos hablado largo y tendido en la web. Me considero una persona crítica, me gusta señalar los «errores» o «faltas» que veo. Por ello también me parece justo señalar los aciertos así que debo reconocer que la evolución del concepto «biólogo» de Amaro Ferreiro has sido más que notable (en el camino correcto) desde su concierto en El Ensanche de Vigo; ahora la banda compuesta por Amaro, Marta Toro y Fiz Novoa suena mucho más compacta y redonda, sin duda el paso de los conciertos y el trabajo en común están dando sus frutos.
Tras Amaro Ferreiro nos dirigimos al escenario Flooxer para asistir al concierto de los mexicanos Sonido Gallo Negro. Un sonido que nace de la psicodelia y la cumbia combinadas con sonidos eléctricos y pop. Ataviados con sus artesanales máscaras, saltaron los chicos de Sonido Gallo Negro al PortAmerica bajo un sol abrasador. Sería el toque cumbia, sería el calor, sería… sea como fuese terminamos en la carpa de Estrella Galicia asistiendo a una master-class sobre como se hace una cerveza en la que el hilo conductor era la música. Una actividad que, aunque un poco larga, es realmente interesante. Casi tanto como el vinilo de SON EG con el que nos agasajaron.
De vuelta a la explanada del Porto do Molle (¡por favor, un poquito más de sombra no estaría nada mal!) cruzamos por la zona gastro para asistir al showcase de Nico Pastoriza, Pepe Solla (sí, sí, el cocinero reconvertido en rockstar) y Marta Toro, del que saltamos al escenario EG para ver a los sevillanos Pony Bravo.
Pony Bravo era uno de los conciertos a los que más ganas les tenía de esta primera jornada y… sinceramente me dejaron realmente frío ¡¡¡y eso que estábamos a más de 30 grados!!! Sinceramente me sentí estafado; me acerqué a un concierto en el que poder bailar y cantar pero me encontré a una banda cuyo frontman se encendía un cigarro tras otro y sinceramente no parecía tener demasiadas ganas de cantar. Que sí, que entiendo que quizás la hora, quizás el sol, quizás… pero los comentarios sobre el concierto de Pony Bravo fueron generalizados y fueron desde el «esperaba otra cosa» hasta el «de haberlo sabido me iba al Mercadona a coger unas cervezas«.
Pero tras Pony Bravo llegó uno de los momentos más especiales de esta primera jornada: de nuevo en el showcooking y sobre las cocinas del Porto do Molle apareció Iván Ferreiro. Sí, muchos diréis «sucede todas la ediciones» y tenéis toda la razón: Iván ha subido a esas cocinas con Pepe Solla, con Xoel López, con Amaro Ferreiro… pero esta vez compartiría «cocina» con alguien muy especial Fon Román, ex miembro de Los Piratas. Sin duda un momento mágico para los más románticos del lugar y una manera de desgañitarse con ‘El Equilibrio es Imposible’ para los más fans.
Y hablando de fans, tras este momento mágico llegó el turno de Izal. La banda capitaneada por Mikel Izal podrá gustar más o menos pero debemos reconocerle varias cosas: la primera es que fue la que más gente arrastró a Porto do Molle en esta primera jornada y la segunda es que se encuentran totalmente en estado de gracia, cantan, saltan, botan y te hacen botar ¿qué más se puede pedir a una banda que visita un festival?
Tras Izal y su «Copacabana» llegó el momento de uno de los platos principales del la noche: Amaral. Juan y Eva, Eva y Juan, llegaban a Galicia para presentar su último trabajo «Nocturnal«, reconozco que Amaral no es una de mis bandas favoritas pero no hay duda que mueven a gente y lo hacen realmente bien, además debo reconocer que me gustó su interpretación de ‘500 Vidas‘ con ese final tan psicodélico pero llegó el momento «trágico» de la noche: Juan y Eva, Eva y Juan se quedan sin electricidad a mitad de ‘Sin ti no soy nada‘, el concierto se detiene aunque los maños intentan continuar en ese impuesto formato acústico pero no es posible. El público comienza a entonar ‘A Rianxeira‘… bueno no pasa nada (aún), minutos más tarde la banda volvería al escenario y es que como dijo la propia Eva: «las meigas aprietan pero no ahogan«; tras el jarro de agua fría el concierto continuaría pero la sensación entre los asistentes no era buena en absoluto pero fue gracias a los enérgicos FM Belfast pronto nos deshicimos de ella.
Sin duda FM Belfast han sido la gran revelación de esta primera jornada: enérgicos, simpáticos, saltarines… no dan un segundo de tregua y consiguen que pasemos una hora sin parar de saltar, bailar y cantar pero sobre todo con una sonrisa dibujada en nuestro labios. Y como Islandia está de moda la cosa incluso contó con el (ya) conocido cántico islandés de la Eurocopa de este mismo año: sí, la comunión entre grupo y público fue más que evidente ¡¡¡Gracias Islandia!!!
Sin duda el papelón de la noche era para los mexicanos Molotov quienes tenían el difícil reto de continuar la fiesta comenzada por los hombres del frío. Y no, no fue así porque al segundo tema de nuevo fallaba el sonido ¿dos de los conciertos más importantes de la noche con dos fallos tan garrafales? ¿qué puede salir peor? Pues la respuesta es fácil: que Molotov tenga dos nuevas caídas de electricidad, así que podríamos definir el concierto de los mexicanos como un coitus interruptus.
Como habitual asistente a PortAmerica comienzo a creerme la leyenda del escenario negro. Un escenario en el que este año se quedaban sin electricidad Amaral y Molotov y en el que la pasada edición sonaba realmente mal Vetusta Morla… si algo saldrá mal en el PortAmérica todos comenzamos a tener claro en qué escenario sucederá.
Así que entre quejas y refunfuños nos dirigimos al concierto de Nortec Collective quienes llegaban desde Tijuana para fusionar sus ritmos electrónicos con la música norteña. Acordeón, trombón y trompeta se dan la mano con las bases que desde sus ordenadores lanzan a los oídos ajenos… no sé si sería por la hora, por el gafado (no) concierto de Molotov pero en ningún momento la propuesta de Nortec Collective llegó a encajar y poco a poco la explanada del Porto do Molle comenzó, sin prisa pero sin pausa, a despoblarse y solo los más estoicos aguantamos hasta eMe DJ sabedores que el día grande del PortAmérica comenzarían en algo más de 12 horas.