diciembre 12, 2024

De duque blanco a estrella negra, un adios a Bowie

bowieOK

Las reinvenciones de Bowie nos han embelesado desde los años 70′ pero ¿cuál de las mil caras es el verdadero David Bowie?

Desde el comienzo nos hizo dudar sobre en qué bando estaba, si era nuestro terrícola Mayor Tom o ese Ziggy Stardust extraterrestre que venia para preparar nuestras mentes. Nunca ha sido fácil conocerlo ni predecir como sería su próximo disco y esto ha causado que muchos medios vertiesen duras afirmaciones previas a su muerte (que nunca se rectificaron en algunos casos).

Para la inmensa mayoría de prensa “Blackstar” sigue siendo una reinvención más de Bowie, una evolución en su sonido. Una rareza que se retroalimentaba de una serie de exóticos cortos sin excesiva lectura más allá que la de la mayor parte de videoclips de ese nivel. De hecho y yendo un poco más allá, gran parte de la prensa nacional ni parece saber de su última etapa en “Lazarus”, su musical en el que trabajó hasta su muerte y donde diálogos con frases como “Estoy cansado de esta vida” se muestran reveladoras.

Durante la última década los problemas cardíacos de Bowie le obligaron a retirarse de la primera linea de fuego. La situación se tensó con el anuncio el pasado octubre octubre de que nunca más volvería actuar y alcanzó la máxima tensión cuando anunció que ya no haría declaraciones ya que sus canciones hablarían por él. Ahora entendemos la situación que precipitó todos estos hechos y acabaron convirtiendo a Visconti (productor e intimo de Bowie) en su voz pública. Cuadrando las fechas Bowie sabía que si seguía siendo su propia voz debería estar de plena promoción en un periodo que le sería ya imposible. Sin embargo gran parte de medios sacaba su sarcasmo a pasear, ponían en duda esa retirada e incluso se llegó a bromear con “el artista antes conocido como Bowie”.

david-bowie-blackstar-2-large_trans++Q1DnH8FC6LlximcP2Qjj32k2jqmkuHBiU4vJD7i58D4

Ahora y puestos en situación vamos al grano. «Blackstar» no es una obra más ni un giro en el guión creativo del artista, es una despedida. «Blackstar» nos muestra las dicotomías previas a la muerte en la cabeza de Bowie, entre la liberación y el miedo o entre la vida y la muerte. Pequeños ritmos y melodías cargados de la luz del duque blanco que se ven rodeados y engullidos por melodías y ritmos ritualisticos, sincopados y estridentes, cargados de la fuerza y el poder mesiánico de la estrella negra.

Una lucha constante entre fuerzas, entre la razón y la pasión, entre la vida y la muerte. Una obra con conciencia propia que pese a mantener la razón intacta no puede evitar lanzar algún grito desgarrador antes de irse a dormir, un sueño vívido que se transforma en pesadilla. Se trata de un disco y una serie de cortos hechos a contrarreloj, en una lucha contra el cáncer que llevó a David a condensar y sublimar las emociones más fuertes junto a esa sabiduría o “je ne sais quoi” que algunas personas adquieren cuando miran a la muerte a los ojos y la aceptan con la cabeza más alta que nunca, saliendo del pozo cubiertos de dolor y violencia pero sin mancharse a la vez su traje blanco.

EL DISCO

06-bowie-black-star-1.w750.h560.2x

«Blackstar» es un disco de 7 temas con letras llenas de mensajes y códigos, el único que no tiene una imagen de Bowie en la portada. En esta ocasión se aleja de su anterior trabajo “The Next Day” con el que volvía a la actividad creativa en 2013. La idea original era hacer un disco de rock con músicos de jazz, dejando brillos de este género como esa trompeta a los Miles Davis en Lazarus y multitud de paisajes sonoros.

Con «Blackstar«, corte que abre el disco y le da nombre vemos una de esas obras que si el tiempo la trata como merece puede convertirse en una de las grandes canciones del jazz moderno. Teniendo como estribillo una proclama digna de estudiar, ”El día de la ejecución/ solo las mujeres se arrodillan y sonríen”

Pasamos de largo a ‘Tis a Pity She’s a Whore’ con sus menciones al masoquismo y castración para llegar a ‘Lazarus’ donde por ejemplo podemos oír cosas como: “Mirad hacia arriba, estoy en el cielo/ tengo cicatrices a la vista/ tengo drama, puede robarse/ todo el mundo me conoce ahora”, ”Estoy en peligro/ no tengo nada que perder/ estoy tan alto que mi cerebro da vueltas/ dejé caer mi móvil/ ¿no es como yo?”, ”De este modo o de ninguno/ sabes que seré libre/ como ese azulejo (especie de ave)/ Ahora, ¿no es igual que yo?

Antes de llegar al último tema pasamos por una balada que gira en torno a un homicidio y oiremos vocablos en Nadsat inventados por Anthony Burguess para La Naranja Mecánica (un argot unido inevitablemente a la violencia). Tras esto llegamos al último tema ‘I Can’t Give Everything Away‘ donde casi podemos atisbar el escorzo de una guadaña asomando sobre el hombro de Bowie con frases como “Sé que algo va realmente mal/ el pulso devuelve a los hijos pródigos/ Los corazones oscuros, las noticias floridas/ con diseños de calaveras sobre mis zapatos”.

LOS VÍDEOS

Blackstar

El simbolismo y los mensajes de las canciones cobran fuerza y un sinfín de lecturas al acompañarse de los cortometrajes y contextualizarse en el tiempo, estos son los casos de ‘Blackstar’ y ‘Lazarus’. Aquí voy a hacer una lectura personal, centrada en el simbolismo y dejando a un lado los aspectos artísticos de esta obra de arte. Resumiendo a los trazos más gruesos y espero que con relativo acierto.

‘Blackstar’ no se anda con rodeos y el primer plano se abre con el emblemático Mayor Tom yacente en un planeta desconocido, con un smile en el pecho (icono de las décadas de éxito y ascenso de Bowie) y al que una humanoide con rasgos animales abre el casco para mostrarnos la muerte.

La calavera de Bowie como Mayor Tom aparece enjoyada y decorada ritualistamente, a medio camino entre la santa muerte, los rituales paganos del sur estadounidense y las reliquias cristianas de los mártires en la cultura europea. Todo esto entre planos de Bowie con los ojos vendados formando parte de un ritual chamánico cuyo baile ceremonial y temblores recuerda al vodoo haitiano mientras paralelamente el vendaje en los ojos con botones cosidos recuerda a los muñecos vodoo más emblemáticos del folklore.

3008384B00000578-3393599-image-m-7_1452516783164

Los siguientes planos muestran una ceremonia en la cual la calavera (expuesta como corresponde en una especie de relicario) es mostrada a los asistentes de una ceremonia muy estudiada y en los que provoca reacción que los hace caer en trance mientras el resto del esqueleto de Mayor Tom corta comunicación con el control de tierra y se desvanece en su odisea espacial sin retorno.

El videoclip se desarrolla en esta linea hasta el punto en que entra un nuevo personaje en escena, el Bowie mesiánico. Sagradas escrituras en mano la escenografía lo retrata como el guía de su rebaño y el cambio de actitud respecto a su anterior aparición es rotundo. Desafiante, con cierto desaire y burlón, este Bowie si es una Blackstar, el bowie real que fue capaz de encontrar los pocos rayos de luz que se filtraban entre los maderos astillados del techo. La única diferencia respecto al primer Bowie, la venda en los ojos que tantas cosas puede simbolizar, miedo, la misma muerte o el vodoo como ejemplificación de ese mundo más oscuro que tanto atrajo siempre al artista,

La última escena a destacar por encima si no quiero extenderme en demasía pasa por una crucifixión. La de 3 espantapájaros que desde su maizal mueven las caderas de forma burlona mientras el chamán baila a su alrededor con su traje ceremonial. Un traje ceremonial que no consigo identificar pero recuerda a un estereotipo que se extiende por todo el mundo, teniendo en el Jarramplas su versión española.

Lazarus

Este vídeo quizás tenga menos simbología ocultista detrás (a simple vista) pero no deja de ser muy esclarecedor sobre el mensaje que David quería transmitir.

En esta ocasión de nuevo empezamos viendo al Bowie de los ojos vendados, su faceta más débil y temerosa antes de devolver la mirada a las cuencas vacías de la parca, tumbado en la cama, cubriéndose con la sabana hasta casi la cara y compartiendo habitación con inquietantes personajes.

A mitad del vídeo se produce la metamorfosis, vemos de nuevo flashazos de un Ziggy que rememora de forma entre burlona y entrañable (especialmente visto desde el prisma de su muerte). Un Ziggy vestido con un mono verde con rayas que acaba de aterrizar y viene sin las arañas de marte, cargado de brillo y dispuesto a recordar unos años dorados para él. Los años de un artista que aun está en plena forma mientras la persona detrás del personaje espera en la cama su fin.

De este modo llegamos a una de las escenas centrales del corto, David se sienta pluma en mano y exterioriza su temor y su frustración. Se muestra como un preso de su propia mente, de su arte, con su partida llegará su liberación al fin. En este punto la interacción entre personajes es crucial ya que depende la interpretación de cada uno puede haber dos lecturas, yo soy partidario de la segunda.

-Bajo la mesa hay fuerzas ocultas que inspiran y obligar a Bowie a componer entrando en una especie de trance de escritura automática (muy de fans de cuarto milenio).

-Esas mismas fuerzas de debajo de la mesa son las que impiden que Bowie componga, ya que en el vídeo David parece hacer el esfuerzo para escribir, no para dejar de hacerlo. En esta visión ese personaje estaría relacionado con la muerte o el cáncer.

Llegamos al fin y poco que decir, llamadlo armario o llamadlo ataúd, Bowie entra por su propio pie en la caja de madera, temblando en sus movimiento, de espaldas, con resignación y con la cabeza alta para cerrar la puerta tras de si.

2381

Bowie era mucho más que un gran artista, tras 18 meses de lucha perdida contra el cáncer consiguió grabar este disco para despedirse por todo lo alto. Logró grabar también dos cortometrajes que nos ayudan a entender mejor el disco y sumó a todo esto la puesta en macha de su musical y todo esto sin que ni los músicos ni actores supiesen el problema de salud que padecía y dos días después del lanzamiento acabaría con su vida.

Hay que tener siempre en cuenta cuando vemos esta última obra que los mensajes son más fuertes que nunca, Bowie era un gran estudioso del ocultismo y admirador de Aleister Crowley. Aparte de las miradas más estudiosas que quieren leer todos los códigos ocultos el mensaje principal está claro, la caída de un mesías. El hilo conductor es la humanización de Bowie, para dejar de ser ese astronauta, ese extraterrestre o ese duque y pasar a ser un humano más ante le visión común a todos e ineludible de la mortalidad.

Como declaró Johan Renck, director del cortometraje de Blackstar poco después de su lanzamiento:

Así está la cosa: David es un hombre extraordinariamente letrado, es realmente brillante. La profundidad en sus referencias es abismal. Sabe todo, ha metido la nariz en todo y después de haber hecho lo que ha venido haciendo por tanto tiempo, aún sigue siendo sumamente curioso y sumamente creativo, en el buen sentido. Me refiero a cosas como «Hay que explorar, hay que intentar esto y ver qué pasa».

Cuando hablamos del día en que saliera este video, le planteé la posibilidad de que ibamos a tener que dar entrevistas y cosas así y le dije: «Ten muy claro que no estoy haciendo esto para bañarme en tu gloria. No me importa eso, yo lo estoy haciendo para apoyar tu música». Él respondio: «Yo sé que tú no vas a hacer eso. Lo único que me parece importante es no hacer segundas interpretaciones o analizar lo que las imágenes significan, porque eso queda entre tú y yo. La gente se irá de bruces tratando de descifrarlas y encontrarles sentido y no tiene caso siquiera intentar engarcharse en eso». Yo le dije que estaba completamente de acuerdo. Nunca he sido bueno para hablar analíticamente sobre un video musical o lo que sea que yo haga. Es simplemente algo que hice y viene de algún lado. Tú piensa lo que quieras con este video, no voy a intentar meterte ninguna de mis ideas”.

Desde su partida todos flotamos de diferente forma y las estrellas siempre brillarán de forma peculiar, control de tierra sigue esperando noticias de Tom mientras los más fieles miran a los cielos esperando a ese hombre de las estrellas que bajó para volver a subir y no volver nunca más.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *