Uno de los festivales en Madrid que acaba de celebrarse ya se ha coronado para próximas ediciones. El Tomavistas tuvo lugar el pasado fin de semana en el Parque Tierno Galván (Planetario) en un entorno amplio, tranquilo y rodeado de naturaleza, todo en un ambiente joven, por supuesto, y familiar, lo cual me sorprende para muy bien. A lo largo de los 3 días que duró el evento, niños correteaban por el lugar y atendían con sus padres a la multitud de conciertos que se ofrecieron de bandas nacionales emergentes, en su mayoría. El tiempo, además, acompañó: unos días de sol y buena temperatura propiciaron el disfrute de los asistentes, que quedaron encantados con la buena organización del mismo: limpieza, suficiente cantidad de baños, inexistencia de masificación, respeto por el medio ambiente y, en general, muy buen rollo. Además, como ya anunciamos en artículos previos, varios foodtrucks se dieron cita dentro del recinto para saciar a los más devoradores, ofreciendo una gran variedad de tipos de comida. Lo único a mejorar, el sistema de pago cashless (o pago a través de pulserita), que en ocasiones dio problemas a los asistentes, servidor incluido.
La dinámica del festival es, desde mi punto de vista, bastante acertada: los conciertos de los dos escenarios no se solapan, habiendo un trasvase constante de público entre uno y otro y haciendo que sea bastante dinámico y ameno.
En la jornada del viernes destacamos la actuación de Novedades Carminha en el escenario Tomavistas, que comienzan con un auditorio a medio llenar pero consiguen que cada vez más gente acuda a la actuación. Los asistentes bailan al son de las canciones del grupo, incluido Pucho, cantante de Vetusta Morla, a quien descubrimos en el festival disfrutando como el que más.
Trepàt es otro grupo que actuó en el escenario Mondo Sonoro, el más pequeño de los dos, cuya actuación no dejó indiferente: mucha, mucha distorsión, gritos y mucho baile por parte del frontman y guitarrista de la formación. Guadalupe Plata, por su parte, nos deleitaron con un rock bluesero muy bien ejecutado con distorsión deliciosa, cálida, agresiva y rockera, que en ocasiones parecen incluso recordar a rockabilly. Lost Tapes, con su pop sintetizado y Chucho, con su rock indescriptible, se encargaron de hacer que se nos hiciera efímero el viernes, que cerró con la increíble energía de los neoyorkinos A Place To Bury Strangers.
El sábado hizo un tiempo menos soleado pero manteniendo la buena temperatura. El definitiva, un día más Perro, quienes lograron que el público pasase de tímido a animoso. Con ‘Reina de Inglaterra’ lograron que el público les dedicase un coro al unísono. Continúan Disco Las Palmeras con un sonido que deja mucho, muchísimo que desear, a pesar de no impedir que se abarrote el lugar. Por su parte, Grupo de Expertos Solynieve, que recordemos tiene en su formación a un integrante de Los Planetas, hicieron disfrutar a los asistentes con su indie pop granadino correctamente ejecutado si no fuera por las voces, que son bastante pobres. Esto me indigna, porque parece que hoy en día no tienes que saber cantar para triunfar en el indie.
La gran sorpresa, al menos para el abajo firmante, fueron Siberian Wolves, que, con su rock agresivo y potente lograron formar un pogo bastante movido en las primeras filas, con integrantes de Perro como protagonistas del mismo. Parece mentira que sólo con dos integrantes – batería y guitarra (este último con ayuda de looper) – se consigan interpretar temas que no aburran, sino que hagan mover el esqueleto hasta la extenuación.
Justo cuando creíamos estar a salvo de bailar, llegan The Wedding Present y Hölograma, que, a pesar de ser más tranquilos que los anteriores, llegan dispuestos a hacer mover las caderas a los asistentes. Continúan Triángulo de Amor Bizarro, que llevan el concierto al apoteosis final y The Suicide of Western Culture, con su electrónica más dura.
WAS (We Are Standard) cierra el sábado con una gran actuación donde raro es el que no baila.
El domingo comienza más temprano, a mediodía, con un gran día soleado y acceso gratuito hasta completar aforo. Se nota que hay más gente, pero en ningún caso existe masificación. Papaya, con su indie pop con ligeros toques electrónicos nos hizo mover, como ellos mismos dicen, la papaya, hasta convertir la mañana del domingo en una fiesta bailonga. Perlita y su electrónica, Extraperlo, con su música que recuerda a una versión constipada de Rick Ashley, y Le Parody, con su indie con tintes andaluces, siguen la fiesta de domingo: esto es vida.
A partir de este momento, en el escenario Mondo Sonoro ya sólo actúan Mondo Sonoro DJs, que van haciendo el relleno tras actuación del resto de bandas en el escenario principal, el Tomavistas.
Luis Brea y El Miedo hace que la gente se anime aún más con su ‘El Verano del Incendio’, y Mucho consigue con su brillante directo la gente se vuelva loca con su giro de estilo, centrado en sintetizadores: un GRAN aplauso para los toledanos.
Australian Blonde no deja indiferente con la actuación de Paco Loco, quien parece haber consumido alguna sustancia unicórnica por su manera de moverse y de darlo todo en el escenario. Las instantáneas de Javier Rosa lo corroboran.
Para cerrar el festival, Neuman, que siempre atrae a mucho público, aunque creemos que no es una actuación «acertada» para cerrar un festival por su naturaleza “tranquila”.
En definitiva, el festival Tomavistas lo ha hecho redondo y es que creemos que hacer las cosas bien desde el principio es lo que hace que un festival no sólo sobreviva, sino sea un modelo a seguir para muchos otros. Por todo esto, sólo nos queda decir: ¡¡¡Larga vida al Festival Tomavistas!!!
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