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Hace pocos días nos sorprendíamos con la noticia de que Phil Rudd, batería de AC/DC, era acusado de intento de asesinato. Tras ser detenido y prestar declaración, era liberado y puesto en libertad bajo fianza. Los cargos a los que debía hacerse cargo eran graves, podía enfrentarse hasta a 10 años de cárcel ya que se le acusaba de planear el asesinato de dos personas, proferir amenazas de muerte contra ellas y además de posesión de metanfetaminas y cannabis (esto último no nos extraña para nada).
Pero ayer la Fiscalía de Nueva Zelanda decidía retirar la acusación de intento de asesinato contra Rudd. El propio abogado del batería se encargaba de confirmar la noticia: «Hemos sido informados por el fiscal de la Corona, Greg Hollister-Jones, de la revisión del caso policial y de las pruebas disponibles para apoyar los cargos de intento de organizar un asesinato, se ha llegado a la conclusión de que las pruebas para justificar las acusaciones son insuficientes. Ahora se ha retirado el cargo».
El letrado, Paul Mabey, continuaba defendiendo así a su cliente: «el cargo nunca tendría que haber sido presentado. No se pidió opinión a los fiscales de la Corona sobre una acusación que ahora se ha retirado. Ahora los daños son incalculables. Surgen preguntas sobre el nivel de cuidado demostrado por aquellos responsables de arrestarle bajo la acusación de intento de organizar un asesinato. El señor Rudd ha sufrido una publicidad innecesaria y extremadamente perjudicial como resultado de las amplias informaciones sensacionalistas sobre unas acusaciones muy serias, que bajo ningún concepto estaban justificadas».
Ahora Phil Rudd incluso piensa en emprender acciones legales por haber visto mancillado su honor, porque las fotos de su detención han dado la vuelta al mundo.
