octubre 9, 2025

El hyperpop de sanación cruda y electrizante de Rakky Ripper

Rakky Ripper, la granadina que irrumpió como pionera del hyperpop en España, regresa con «Para que salga el Sol«, un tercer álbum que trasciende los límites del género para convertirse en un testimonio profundamente personal de sanación y renacimiento. Este trabajo de 11 pistas (nueve canciones y dos interludios) es un viaje emocional que navega entre la oscuridad y la luz, la rabia y la ternura, el pasado y la esperanza. Producido por un equipo que incluye a detunedfreq, eurosanto, y la propia Rakky, el disco combina sintetizadores etéreos, ritmos club frenéticos y una narrativa íntima que desarma.

Tras el caos controlado de «Nadie lo va a hacer por mí«, este nuevo álbum nos muestra a Rakky en un momento de introspección, despojándose de artificios para abrazar su vulnerabilidad. Aunque su ambición narrativa y su eclecticismo sónico a veces diluyen su cohesión, este es un álbum valiente y luminoso que consolida a Rakky como una de las voces más singulares del pop contemporáneo.

«Para que salga el Sol» es un tapiz sónico que fusiona el hyperpop característico de Rakky con elementos de pop experimental, electrónica emocional y destellos de trap y jersey club. Dividido en tres secciones narrativas, el álbum alterna entre momentos de euforia bailable y pasajes introspectivos, creando una experiencia que es tan catártica como inmersiva. Un trabajo que se abre con sintetizadores que golpean como rayos, su ritmo vertiginoso evocando una pista de baile en el fin del mundo, mientras que encuentra temas que ralentiza el pulso con texturas celestiales y una atmósfera de ensoñación.

La producción, liderada por detunedfreq y eurosanto, es impecable, con capas de sintetizadores que oscilan entre lo suave y lo abrasivo, creando un contraste dinámico que refleja la dualidad temática del álbum. Los interludios ‘Raquel 04‘ y ‘Raquel 08‘ —grabaciones de la infancia de Rakky a los 5 y 7 años— añaden una capa de autenticidad cruda, como si estuviéramos hojeando su diario personal. Sin embargo, la ambición estilística del disco a veces juega en su contra: cortes como ‘Canela‘ y ‘I would say‘ suenan menos definidos, con transiciones que rompen el flujo narrativo. La producción, aunque brillante, puede pecar de excesiva en momentos, saturando la delicadeza de las letras con texturas electrónicas que no siempre complementan la emoción.

Las letras de «Para que salga el Sol» son el alma del álbum, un mosaico de confesiones que exploran el duelo, la infancia, la fama y el amor propio. Rakky escribe con una honestidad que corta, canalizando su proceso de sanación tras un período oscuro. ‘Angelicaldiabolical‘ es un grito de liberación, con versos como “Soy ángel y demonio, no me puedes atrapar” que celebran su complejidad emocional. ‘Creadora‘ es una oda al poder transformador del arte, mientras que ‘Las cosas de antes‘ evoca la nostalgia de una infancia perdida: “Quiero volver a cuando todo era sencillo, cuando el sol salía sin pedir permiso”. ‘Despertar contigo‘ aborda el amor con una ternura que contrasta con la rabia de ‘Breve‘, un himno de autoafirmación que destila furia y resiliencia.

Los interludios ‘Raquel 04‘ y ‘Raquel 08‘ son el corazón emocional del disco, fragmentos de la niñez de Rakky que revelan su creatividad innata y su vulnerabilidad. ‘Legacy‘ cierra con una reflexión sobre el impacto duradero de sus elecciones, un testamento a su crecimiento personal. Sin embargo, la intensidad lírica puede sentirse desigual: canciones como ‘Canela’ y ‘Nuevo significado‘ recurren a metáforas menos inspiradas, diluyendo el impacto de los momentos más potentes. La narrativa de sanación, aunque poderosa, a veces se repite, y una mayor variedad temática podría haber dado al disco una profundidad aún mayor.

Rakky Ripper se mueve con soltura en el universo del hyperpop, con influencias que van desde el PC Music de Hannah Diamond y SOPHIE hasta el pop maximalista de Charli XCX en su era Pop 2. En el panorama español, Rakky comparte el espíritu innovador de Bad Gyal, pero su enfoque es más emocional y menos hedonista, con una narrativa que prioriza la sanación sobre la fiesta. Comparada con Albany, otra pionera del pop urbano español, «Para que salga el Sol» es más introspectivo y estructurado, con una producción que abraza tanto el caos como la delicadeza.

Internacionalmente, el disco tiene ecos de Arca, particularmente en su uso de texturas electrónicas para transmitir emociones complejas, aunque Rakky opta por melodías más accesibles. La inclusión de interludios personales recuerda los experimentos narrativos de Björk en «Vespertine«, pero con un sabor decididamente millennial. Frente a artistas como Rina Sawayama, que combinan pop y narrativa personal, «Para que salga el Sol» es menos pulido pero más crudo, con una autenticidad que compensa su falta de cohesión. Rakky no imita a sus influencias, sino que las reinterpreta a través de su lente granadina, creando un sonido que es a la vez global y profundamente local.

La mayor fortaleza de este trabajo su vulnerabilidad emocional. Canciones como ‘Angelicaldiabolical‘, ‘Creadora‘ y ‘Legacy‘ son cimas de introspección y energía, con producciones que equilibran la euforia y la melancolía. Los interludios añaden una capa de autenticidad que hace que el disco se sienta como un diario abierto, mientras que la voz de Rakky, versátil y expresiva, guía al oyente por su viaje de sanación. La producción, con su mezcla de sintetizadores suaves y ritmos frenéticos, es un testimonio de la evolución de Rakky como productora y compositora. El álbum brilla cuando abraza su dualidad, alternando entre la rabia y la ternura con una naturalidad que desarma.

Sin embargo, etes disco no está exento de defectos. Su estructura en tres secciones, aunque conceptualmente ambiciosa, resulta desigual, con transiciones que rompen el flujo narrativo. Canciones como ‘Canela‘ y ‘I would say‘ se sienten menos memorables, con letras y arreglos que no alcanzan la misma chispa que los cortes principales. La producción, aunque impecable, puede ser abrumadora en momentos, saturando la delicadeza de las letras con texturas electrónicas excesivas. Además, la repetición de temas de sanación y nostalgia puede agotar a oyentes que busquen mayor variedad emocional o sónica. Para que salga el Sol es un paso adelante, pero su eclecticismo a veces sacrifica cohesión por ambición.

Escuchar Para que salga el Sol es como atravesar un paisaje digital donde el amanecer se encuentra con la medianoche. El álbum crea una atmósfera que es a la vez íntima y expansiva, con sintetizadores que brillan como luces de neón y ritmos que laten como un corazón acelerado. «Para que salga el Sol» marca un punto de inflexión en la carrera de Rakky Ripper, consolidándola como una artista capaz de trascender el hyperpop para explorar narrativas más profundas.

«Para que salga el Sol» es un testimonio luminoso de la resiliencia y el poder transformador del arte. Rakky Ripper, con su mezcla de hyperpop, pop experimental y narrativa personal, entrega un álbum que es tan valiente como vulnerable, un faro para quienes buscan su propia luz. No es perfecto (su eclecticismo y transiciones desiguales lo frenan), pero su autenticidad y energía lo convierten en una experiencia inolvidable.

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