octubre 22, 2025

El biopic de The Replacements: Finn Wolfhard revive la leyenda punk de Minneapolis en la gran pantalla

La historia de The Replacements, esa pandilla de inadaptados del punk minnesotano que en los años ochenta desafiaron al establishment musical con su desorden glorioso y himnos inolvidables, podría saltar pronto a la pantalla grande. Finn Wolfhard, el joven prodigio de ‘Stranger Things’ que ha crecido ante los ojos del mundo como Mike Wheeler y que ahora se atreve con la música y la dirección, ha tomado las riendas de un ambicioso biopic basado en Trouble Boys: The True Story of the Replacements, la biografía definitiva escrita por el periodista Bob Mehr en 2016. Junto a su padre, Eric Wolfhard, y el productor Rich Peete, el proyecto se perfila como un homenaje al espíritu rebelde de una banda que, con discos como «Let It Be» y «Tim«, moldeó el rock alternativo americano antes de implosionar en una vorágine de autodestrucción.

El anuncio, irrumpió como un riff inesperado en la prensa especializada a principios de octubre, ha desatado un torrente de expectación entre fans y críticos. Wolfhard, de 22 años, no solo actúa en esta película –al menos eso se rumorea–, sino que coescribe el guion con su progenitor, un dúo familiar que ya había insinuado su colaboración en una reciente entrevista con Variety. «He estado escribiendo mucha música y este guion con mi padre, lo cual ha sido increíble», reveló el canadiense en esa portada, donde describió a The Replacements como «una banda con la que, de forma extraña, tengo mucho en común; muchos de sus miembros». Su conexión personal va más allá: uno de los primeros citas de sus padres fue en un concierto de los ‘Mats, como se les conoce cariñosamente en el mundillo indie.

Trouble Boys, bestseller del New York Times y considerado el relato más exhaustivo sobre la banda, traza su trayectoria desde los garajes de Minneapolis en 1979 –cuando Paul Westerberg, Bob Stinson, Tommy Stinson y Chris Mars formaron el grupo en plena efervescencia punk– hasta su disolución en 1991, pasando por el salto a majors como Sire Records y un legado que influyó en generaciones de músicos, desde Nirvana hasta The Hold Steady. Mehr, que pasó años investigando archivos, entrevistas y anécdotas caóticas, captura no solo los éxitos –como el himno ‘Bastards of Young‘ o la crudeza de ‘I Will Dare‘–, sino el reverso oscuro: borracheras legendarias en el escenario, tensiones internas y un rechazo visceral al estrellato que los convirtió en antihéroes perfectos para la era Reagan.

El proyecto, aún sin título oficial ni fecha de estreno, llega en un momento oportuno para Wolfhard, que equilibra su faceta actoral con incursiones musicales –su debut solista «Happy Birthday» salió en junio– y como directo, como el reciente terror Hell of a Summer, que coescribió y coprodujo. Peete, bajo su sello Neighborhood Watch (responsable de The Legend of Ochi para A24), aportará el pulso productivo, pero el foco está en cómo este biopic evitará los clichés del género. ¿Interpretará Wolfhard al enigmático Westerberg, el líder carismático y errático que pasó de ser cartero a icono del underground? ¿O quizás al batería Mars, cuyo look juvenil encajaría con el de un Finn en su prime? Las especulaciones bullen en redes donde fans debaten con memes y playlists: «Si lo estropean, las calles de América arderán», bromea un usuario, mientras podcasts como Endless Scroll ya dedican episodios enteros al tema, cuestionando si el film capturará la «brillantez caótica» de los Replacements sin romantizar su autodestrucción.

Para contextualizar, The Replacements no eran solo ruido y cerveza derramada. Surgidos en la escena de Twin Cities –esa cuna de genios como Prince y Hüsker Dü–, evolucionaron de un punk visceral a un college rock introspectivo que prefiguró el grunge. Álbumes como «Pleased to Meet Me» destilaban vulnerabilidad en letras como ‘The Ledge‘, donde Westerberg cantaba sobre pensamientos suicidas con una honestidad brutal. Su final, marcado por la expulsión de Bob Stinson por adicciones y un último show desastroso en Nueva York, los elevó a mito: una banda que prefirió quemarse a venderse.

Hasta la fecha, no hay avances sobre el rodaje –el guion aún está en fase de derechos, como admitió Wolfhard–, pero el entusiasmo es palpable. Medios como Pitchfork, Rolling Stone y el Star Tribune de Minneapolis celebran la noticia como un «homenaje merecido» a una formación que, pese a reunirse esporádicamente en la década de 2010 sin Westerberg, sigue viva en festivales y reediciones.

Si el proyecto mantiene la fidelidad de Trouble Boys –con sus anécdotas de shows donde Westerberg vomitaba en el escenario o robaba amplis para pagar deudas–, podría ser el antídoto perfecto a los biopics pulidos de Bohemian Rhapsody o Rocketman. En un Hollywood saturado de superhéroes, la historia de unos perdedores gloriosos como The Replacements promete ser un soplo de aire fresco, crudo y, por qué no, un poco ebrio. Wolfhard, con su pedigree indie y su devoción por los ochenta, parece el candidato ideal para no defraudar. Mientras tanto, los fans pinchan ‘Alex Chilton‘ en bucle y esperan: que no nos fallen, como diría Westerberg.

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