octubre 21, 2025

La estatura como lente poética: Abraham Boba disecciona los 163 centímetros en su nuevo ensayo

En el vasto catálogo de confesiones artísticas, donde los músicos suelen desgranar sus demonios en letras o acordes, Abraham Boba opta por la prosa introspectiva. El vocalista y teclista de León Benavente, esa máquina indie rock española que ha facturado himnos crudos como los de su debut homónimo en 2013, irrumpe ahora en el ensayo con 163 Centímetros, un libro que mide la vida desde abajo. Editado por Arrebato Libros en una tirada limitada de 1.500 ejemplares a color (con fotos y reliquias personales incluidas), este texto poético no es un lamento victimista, sino un mapa sensorial de lo que implica habitar un cuerpo que desafía la norma estandarizada de la estatura.

Boba, nacido en Vigo en 1975 como David Cobas Pereiro y forjado en la escena alternativa desde sus días en Tedium o Belmonde, siempre ha teñido su música de una melancolía cotidiana, entre el pop de autor y la introspección costumbrista que evoca a Ray Davies o Vainica Doble. Aquí, esa sensibilidad se traduce en páginas que exploran la baja estatura no como discapacidad, sino como prisma alterado para ver el mundo: las expectativas sociales, los gestos mínimos que marcan diferencias, el peso invisible de las miradas ajenas.

El libro arranca con una anécdota que condensa su esencia: la «palabra estirón» y sus dobles acepciones (el tirón violento o el brote adolescente) sirven de prólogo a una niñez intervenida médicamente. Boba rememora cómo sus padres, ante la ausencia de ese crecimiento esperado, lo llevaron al doctor en las mañanas de Vigo. Durante un año, ampollas de cristal ámbar disueltas en zumo de naranja (un brebaje de sabor a rayos, amargo como el destino) marcaron su rutina, sin que su madre recuerde si eran hormonas o no. «Sabía a rayos, siempre amargo, lo primero que ingería cada mañana lluviosa de Vigo», escribe, evocando no solo el físico, sino el trauma sutil de ser «arreglado» desde temprana edad.

Esta autobiografía fragmentada no se regodea en el patetismo; al contrario, disecciona con precisión quirúrgica cómo esa estatura fija (163 centímetros, cifra que Boba guarda en la cabeza sin verificaciones recientes, consciente de que la ciencia dicta una ligera mengua post-cincuentena) moldea la percepción vital. Es un ensayo que respira la misma intimidad cruda de sus letras en León Benavente, donde lo doméstico se vuelve universal, pero aplicado a la carne y el hueso.

Boba expande su mirada más allá de lo personal, tejiendo un tapiz de retratos históricos que humanizan la baja estatura como catalizador de genialidad. Alejandro Magno, el conquistador enano que forjó imperios; Franco, el dictador de talla menguada cuya sombra aún pesa en España; Prince, el icono funk de 157 centímetros con quien Boba comparte no solo la pasión por botines con tacón, sino el abandono del sueño baloncestístico por la música. Y no falta Alfredo Landa, el actor español que encarnó el arquetipo del «bajito» en el cine de los setenta y ochenta, convirtiendo la complexión en farsa trágica.

Estos cameos no son meros datos; son ecos que resuenan en la trayectoria de Boba, quien pasó de tocar batería a los 14 a liderar León Benavente tras colaborar con Nacho Vegas. En un mundo obsesionado con la verticalidad (física, social, simbólica), el libro postula que la horizontalidad forzada agudiza la visión, transforma limitaciones en lentes afiladas para la creación.

Arrebato Libros, sello que ya ha albergado la poesía de Boba en Esto no es una canción, presenta esta primera edición con un lujo táctil: color, fotos personales y esa limitación a 1.500 copias que la convierten en objeto coleccionable para fans del indie literario.

163 Centímetros no busca compasión; reivindica la diferencia como motor poético, un riff inesperado en la partitura de la vida. En tiempos donde la identidad corporal se debate en redes y escenarios, Boba ofrece un ensayo que vibra con la misma intensidad contenida de un solo de farfisa: sutil, pero imposible de ignorar. Para los devotos de León Benavente o los curiosos de la intersección música-literatura, este libro mide justo lo necesario para llegar hondo.

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