Un murmullo sacudió el mundo del rock progresivo: King Crimson, la banda que redefinió los límites del género, está grabando su primer álbum de estudio desde «The Power to Believe» de 2003. Jakko Jakszyk, vocalista y guitarrista, reveló a Goldmine que la formación que giró en 2021 (con Robert Fripp, Tony Levin, Mel Collins, Pat Mastelotto, Gavin Harrison, y Jeremy Stacey) ha estado trabajando “por partes” en un nuevo disco, aunque “cuándo saldrá o en qué formato, no es mi incumbencia”. La noticia, ha encendido la imaginación de los fans, que ven en este rumor un destello de esperanza para un género que, en 2025, lucha por mantener su relevancia frente a la marea del pop y el trap. King Crimson, siempre esquivos, parecen listos para romper su silencio una vez más.
La banda, formada en Londres en 1968 por Robert Fripp, Michael Giles, Greg Lake, Ian McDonald y Peter Sinfield, es, sin duda, uno de los pilares del rock progresivo. Su debut, «In the Court of the Crimson King«, con himnos como ‘21st Century Schizoid Man‘, fusionó jazz, música clásica y psicodelia, sentando las bases del género junto a Yes o Genesis. A lo largo de cinco décadas, Fripp, el único miembro constante, ha guiado a la banda a través de reinvenciones radicales: desde el lirismo pastoral de «Lizard» hasta la furia industrial de «Discipline«, influenciada por Philip Glass y Talking Heads, y la experimentación electrónica de «The Power to Believe«. Rolling Stone los describe como “los arquitectos de la vanguardia progresiva”, mientras que su uso de motivos rítmicos crecientes, como en ‘The Devil’s Triangle‘ o ‘The Talking Drum‘, ha inspirado a bandas desde Tool hasta Radiohead. Con un culto global y una influencia que trasciende generaciones, King Crimson no es solo una banda; es una filosofía de riesgo y reinvención.
El rumor del nuevo álbum, confirmado por Jakszyk, llega tras un hiato que parecía definitivo. Tras su gira de 2021, Fripp declaró que King Crimson había “pasado del sonido al silencio”, y su retiro en 2012 tras anunciar el fin de su carrera parecía sellar el destino de la banda. Sin embargo, la formación actual, un septeto/octeto con tres baterías y la voz de Jakszyk, ha estado trabajando “a cuentagotas” en material que incluye versiones de estudio de piezas tocadas en vivo. Muchos medios especulan que el álbum podría retomar la intensidad polirrítmica de ‘Discipline‘ o la atmósfera textural de’ A Scarcity of Miracles‘, el proyecto colaborativo de Fripp y Jakszyk . La incertidumbre sobre la fecha de lanzamiento, como señala Jakszyk, es típica de la banda: King Crimson nunca ha seguido las reglas del mercado.
Musicalmente, el proyecto promete ser un crisol de su legado. La alineación de 2021, con la triple batería de Mastelotto, Harrison y Stacey, creó paisajes sónicos que oscilaban entre la precisión matemática de Stravinsky y la visceralidad de Jimi Hendrix. Canciones como ‘Larks’ Tongues in Aspic Part II‘ o ‘Starless‘, reinterpretadas en sus últimas giras, podrían encontrar nuevas vidas en el estudio, mientras que la guitarra de Fripp, con su New Standard Tuning, y el saxo de Collins añadirán capas de experimentación. Sin embargo, el desafío es claro: en un 2025 dominado por algoritmos y singles virales, ¿puede King Crimson, a sus 57 años de historia, ofrecer algo que resuene más allá de su culto?