Hace ya un lustro llegaba a nosotros «El Hombre Bolígrafo» (2011), primer largo de Grises, quienes llenaban de luminosidad la electrónica patria. Tras su exitoso debut los guipuzcoanos editaban «No se alarme Señora, soy Soviético» en 2012, un trabajo que continuaba la línea marcada en su debut pero fue con «Animal» (2014), su tercer trabajo, con el que los vascos recibieron el espaldarazo definitivo de crítica y público. Con «Erlo«, editado el pasado mes de marzo, Grises regresan a los sonidos de sus primeros trabajos.
En Hispterian Circus hemos tenido la posibilidad de someter a los guipuzcoanos a nuestro particular tercer grado y este ha sido el veredicto:
(Pregunta) – «Erlo» salía al mercado el 11 de marzo y actualmente os encontráis presentándolo en salas antes de un verano cargado de festivales ¿cómo está respondiendo el público a los nuevos temas?
(Respuesta) – Creo que en un principio la gente no se esperaba ese disco de nosotros pero las críticas han sido mejores que nunca y ahora poco a poco estamos viendo que hay muchísima gente a la que le está entrando mucho el disco.
Aún no sabemos cómo responderán al directo, pero podemos asegurar que estamos preparando el mejor directo que hayamos hecho nunca y con las nuevas canciones tiene pinta de que se va liar una buena en los conciertos.
(P.) – Con este trabajo recuperáis la línea iniciada por “El Hombre Bolígrafo” y “No se Alarme Señora, Soy Soviético” dejando quizás a un lado la crudeza y ferocidad de “Animal” ¿se podría considerar “Animal” como un rara-avis en vuestras discografía? ¿es más dura la vida de músico de rock?
(R.) – En “Animal” el cuerpo nos pedía hacer ruido y meter mucha distorsión, pero después, en directo, nos dimos cuenta de que algunas de las canciones quedaban algo oscuras en el repertorio. Creo que las nuevas van mejor en el tipo de concierto que queremos hacer. Tal vez, si “Erlo” fuera después de “No sé alarme señora…” hubiera sido una evolución más natural, pero bueno, en cada etapa el cuerpo te pide cosas diferentes y nosotros le damos todo lo que nos pida.
(P.) – ¿Qué ha sido más arriesgado: un disco como “Animal” con el que rompíais en cierta manera con los que acostumbraba Grises o esa vuelta a las canciones luminosas y el coqueteo con la psicodelía?
(R.) – Si nos atenemos a nuestra producción, quizás “Animal” fuera más extremo, pero en el momento en el que estamos sin duda “Erlo” es mucho más arriesgado porque no podemos olvidar que la canción “Animal” es una de las más conocidas de Grises. En un visión general puede que “Erlo” esté más en consonancia con la carrera y la trayectoria del grupo.
(P.) – Somos conscientes que no os gustan las etiquetas y que además de la electrónica tenéis diversa formación musical (Amancay ha estudiado violín por ejemplo) ¿cómo es vuestro proceso creativo? ¿cómo estructuráis la creación de vuestros temas?
(R.) – Lo hemos solido hacer de mil maneras, anteriormente hemos trabajado mucho las canciones en el local de ensayo, pero para este disco cada uno fue grabando en su casa ideas (ritmos, alguna melodía, sonidos, partes de canciones…) y después directamente fuimos al estudio de Eñaut a trabajarlas. No hubo trabajo de local. Eso nos hizo crear un disco diferente, más fresco tal vez. A nivel general, normalmente partimos de alguna idea, un riff de guitarra, una ambientación de sintetizador y vamos metiendo melodías de voces y creando partes; una vez que esté todo eso se hace la letra y después los arreglos finales etc…
(P.) – Hay una frase típica cuando se habla de Euskadi, el manido “en Euskadi no se folla” la verdad es que no lo sabemos pero lo que sí tenemos claro es que en Euskadi se baila y mucho: Belako, Delorean, Grises… ¿dónde está la pócima?
(R.) – Creo que en el fondo somos muy divertidos y fiesteros. La música folclórica de Euskadi también es de mucho saltar y bailar y dar brincos… supongo que todo eso también se pegará y estará en nuestro subconsciente. No sé cual será la razón exacta pero sí que hay algo de esa tendencia.
Creo que también ha influido el que Delorean sean de allí y en sus inicios, hace muchos años, hicieran muchos conciertos por la zona. Eran de los primeros que salían en esa onda y sin duda han dejado su huella.
(P.) – Erlo, más allá del título de vuestro último trabajo es el nombre de una cumbre delmacizo de Izarraitz, suponemos que titular así vuestro último trabajo es hacer un guiño a vuestras raíces. Y de música y raíces nos gustaría hablar: muchas veces os han comparado con Crystal Fighters, una banda que ha introducido la txalaparta entre sus instrumentos ¿cómo veis vosotros esa fusión entre los “instrumentos tradicionales” y la música de corte electrónico?
(R.) – Sí, el título “Erlo” es un guiño a nuestro entorno, al lugar donde hemos nacido. Respecto a la pregunta, creo que se fusionan muy bien, me acuerdo que cuando teníamos unos 15 años en nuestro local de ensayo se tocaba mucha txalaparta y había dos colegas mayores que nosotros que la fusionaban con la música electrónica progresiva que se llevaba entonces y a todos nos flipaba cómo tocaban. Nosotros nunca lo hemos probado y no creo que lo hagamos, pero ciertamente nos gusta fusionar la electrónica con otros instrumentos más tradicionales como vientos, marimbas, etc…
(P.) – He visto que habéis editado “Erlo” en CD y en formato digital. Está claro que las ventas de CDs han caído y muchos “visionarios” de la industria dicen que el soporte desaparecerá quedando solo el vinilo como soporte físico (y convirtiéndose en un fetiche de melómanos), vosotros ¿por dónde creéis que debe pasar el futuro de la industria musical?
(R.) – Ni idea, mientras no desaparezcan los directos no me preocupa mucho la forma de llegar a la gente, la música seguirá existiendo y emocionando y el resto irá encontrando su lugar.
(P.) – Sé que estáis ocupados con la promo de este “Erlo” y tan solo nos queda agradecer el tiempo que habéis invertido en atendernos y ofreceros la oportunidad de decir a nuestros lectores algo que nosotros hayamos pasado por alto.
(R.) – Nada, que es un placer y que nos vemos en los directos de la gira “Erlo”. Hasta pronto, saludos!