ATENCIÓN: Si aún no la has visto puede que te lleves un par de spoilers de regalo, así corre a verla y luego vuelves (O sigue leyendo, pero luego no te quejes).
El pasado 18 de marzo Netflix estrenó al fin la segunda temporada de Marvel’s Daredevil, después de una aclamada primera temporada, los fans estaban (una servidora incluida) ansiosos por ver cómo se las arreglarían Matt Murdock y su pandilla para seguir con vida, y además ayudar a sus vecinos, en el oscuro Hell’s Kitchen. Ahora con Wilson Fisk entre rejas y esperando un nuevo súper villano, entran a escena los nuevos fichajes de Marvel: The Punisher y Elektra (Aunque no se lo digas a nadie, pero Fisk también va a volver haciendo de las suyas).
Hay que aclarar que la primera temporada dejó un listón muy alto, no sólo por sus escenas de lucha impecables con planos secuencia que a muchos recordaban a Oldboy o True Detective, sino por haber conseguido, en 13 capítulos, perfilar de forma elegante y detallada al misterioso personaje de Matt Murdock: tierno y educado abogado de día, y justiciero (un poco sentimental) de noche.
Pues bien, si hay algo que la segunda temporada no tiene que envidiar a la primera son esas escenas de acción espectaculares y esas luchas coreografiadas en las que un superhéroe ciego (Maldita sea, que está ciego y aún así 20 ninjas no pueden con él) se enfrenta a los malos malísimos y gana, aunque apenas consigue salir vivo de las reyertas, para recordarnos que en el fondo es igual que nosotros (Sí, ya, igualito).
Sin embargo hay algo que no me termina de cerrar de esta segunda entrega, y es que si en los primeros trece capítulos lograron hacer una narración en la que con soltura iban descubriendo quién era Matt y cómo se convertiría en Daredevil, en la segunda tanda parece que se les agolpan las cosas que contar y no les da tiempo a profundizar en algunas. Mucho ruido y pocas nueces, que diría el refranero popular.
No sé si será por el cambio de showrunner (En la primera entrega fue Steven S. DeKnight quien estuvo al mando y en la segunda les dejará el relevo a Doug Petrie y Marco Ramirez) o cuál será el motivo, pero parece que se han propuesto pasar de una serie oscura y adulta, a una que cruza la línea de lo gore y el morbo (Unas cuantos miembros rotos o cuerpos expulsando sangre a borbotones podrán corroborarlo). No sé yo si la serie necesitaba de esto, ya que en la primera temporada la contundencia de los hechos se valían por sí solos.
Por otro lado, tenemos varias referencias a Jessica Jones, su serie hermana en Netflix, lo que nos permite ver cómo están empezando a conectar los 4 de moda en Marvel que pronto tendrán una serie propia. Hablamos de The Defenders, que reunirá a Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage y Iron Fist (Para los dos últi- mos aún tenemos que esperar un poco para poder verlos protagonizar su propia serie, pero paciencia que ya está todo hablado).
En resumen podríamos decir que la Temporada 2 de Daredevil ha aprobado con buena nota, pero que era muy difícil superar la primera. Aún así se mantienen en ese tono único que diferencia a la serie de Murdock de las otras del género, rompiendo con ese canon de “historia light de superhéroe bueno que lucha contra el mal” y que es la clave que ha enamorado a tantos, así que Netflix, gracias por eso.
El final abierto, por supuesto, como debía ser. Y yo aún tengo esperanzas de que cambien a quien tengan que cambiar para que vuelvan los giros argumentales profundos y trabajados que tuvimos al principio (Y por favor, que sigan esas córeo-peleas con planos secuencia y ese aire tan sombrío como encantador que tiene Matt, por favor).
Después de todo esto, seguramente te hagas la misma pregunta que yo… ¿Cuántas series y películas más de superhéroes nos quedan por ver?
Artículo original de Macarena Fernández para Hipsterian Circus.