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Hasta la vista y no hasta nunca, hasta la vista. En realidad, siempre queda el recuerdo, ese billete de regreso que son sus canciones. El Puchero del Hortelano se despide tras 15 años de andanzas. De ideas efímeras convertidas en sueños y de miles de kilómetros en la carretera. 15 años de remover el pop, el flamenco, el funk, la rumba y el rock en el mismo puchero.
El grupo granadino ha decidido «perseguir el hortelano por última vez», como han anunciado en un comunicado a través de las redes sociales. «Sentimos que ha llegado el momento de iniciar cosas nuevas, de empujar algo nuevo que todavía no sepa moverse solo», ha aclarado la banda.
Y se despiden en un gira muy emotiva, corriendo tras la libertad creativa que los caracteriza, y rozando con su voz cada uno de los seis discos de estudio que lucen bajo el brazo.
Hasta la vista tour, que así se llama su último viaje, comenzará en febrero y apagará sus luces, sus amplificadores y su no efímero hilo de voz, el 17 de octubre del 2015, en Granada, donde empezó este dulce devenir.
El Puchero del Hortelano despegó en España y ha llegado a aterrizar en suelos europeos y latinoamericanos para regalar temas como Tú eres eso, La quiero a morir o Hay días. Y para regalar, y ser regalo, ponen su arte en su última gira. Para regalar los oídos. Sus acorde y los quejíos. Su desgarro del rock y los versos con o sin rima. Y los sentidos. Hasta la vista.
