Bobby Wratten es de esos nombres que, si te importa el indie británico de las últimas tres décadas (The Field Mice, Trembling Blue Stars), sabes que cada movimiento suyo es un evento. Con su proyecto Lightning In A Twilight Hour, Wratten se consagra definitivamente como un arquitecto sonoro, y su tercer disco, «Colours Yet To Be Named«, es su declaración más ambiciosa hasta la fecha.
Este álbum no busca el hit ni el estribillo fácil, busca la sensación. Wratten y su productor de confianza, Ian Catt, entienden que el corazón palpitante de un disco es su paleta sonora. Aquí hay un mundo de afinaciones alternativas, guitarras experimentales, chasquidos y crujidos, todo envuelto en sintetizadores melancólicos. Es un trabajo que te pide que dejes de lado la necesidad de contenido lírico inmediato y te sumerjas en la atmósfera.
La estructura del álbum es una genialidad pretenciosa, algo que amamos: arranca con poesía estadounidense en Inglaterra y termina con poesía inglesa en Suiza. En medio, hace escalas en el París de los sesenta (vía Nico) y el Londres de los ochenta. «Colours Yet To Be Named» es un disco de viajes, pero de viajes internos, trazando paralelismos entre las atrocidades del pasado autoritario y la deshumanización del presente.
Líricamente, Wratten se permite experimentos tan art como una letra inspirada en Yoko Ono sobre acordes circulares a lo Brian Eno, o una canción de amistad que se tuerce en una tormenta en el mar, volviéndose incierta y a la deriva. Es introspección elevada a la categoría de arte conceptual.
El proceso de grabación fue un auténtico descubrimiento, utilizando tecnología digital para convertir paisajes sonoros improvisados en canciones estructuradas. Este es el sonido de un artista que se niega a limitar su pop, sino que expande sus fronteras.
Además, el elenco de colaboradores es crucial: Anne Mari Davies aporta voz principal y narraciones experimentales, Beth Arzy pone las armonías que cierran el disco en ‘Folk Radio‘, y Michael Hiscock asegura la base rítmica. Es un esfuerzo colectivo para una visión singular, una muestra de que la veteranía no está reñida con la experimentación.
«Colours Yet To Be Named» es el álbum de contemplación y descubrimiento que necesitas. No es música de fondo, es música para la escucha activa, para mirar la pared y pensar. Wratten ha logrado que las atmósferas extrañas no solo funcionen, sino que cuenten una historia. Es melancolía pop de la más alta escuela, confirmando por qué la BBC 6Music señaló su trabajo anterior. Si te gusta el pop que te hace pensar y te eriza la piel con un crujido inesperado, aquí tienes tu nuevo refugio subterráneo.

