«Un altre primer cop«, tercer disco de Últim Cavall, el secreto mejor guardado de la escena catalana. 10 canciones de envolvente dream pop lo-fi, de texturas cuidadas, amplia espacialidad y ritmos sincopados con las que nos invitan a echarnos «un baile lento, un baile triste, pero siempre celebrando la vida«. Un disco, en definitiva, que pendula entre la nostalgia y la ilusión de las primeras veces.
Aprovechamos el lanzamiento de este nuevo trabajo con la banda del Garraf sobre el proyecto y sobre este último lanzamiento.
Pregunta – En “Un altre primer cop” podríamos decir que vuestros sonidos han virado desde el shoegaze hacia un pop ¿Qué os llevó a explorar estos nuevos territorios musicales?
Respuesta – Desde nuestro primer EP siempre ha habido una evolución constante en nuestra música, a veces más clara, otras más sutil, pero en cada trabajo que hemos hecho creemos que ha habido cambios, tanto en nuestra forma de trabajar como en nuestros objetivos, con el resultado de que han acabado siendo trabajos que tienen sus particularidades. En todo caso, el sonido de Últim Cavall es reconocible en todos ellos.
En «Un altre primer cop» hemos querido ser más dinámicos, no ser tan rígidos y dejarnos llevar un poco más, siendo más abiertos, acentuado más los contratiempos, el sincopado.
P. – En la nota de prensa podemos leer que “Un altre primer cop” es un «espacio nostálgico, pero confortable» ¿Cómo se logra equilibrar la melancolía con la sensación de seguridad y esperanza?
R. – En la nostalgia hay el recuerdo y la tristeza de no estar donde te ha llevado aquel recuerdo, pero a la vez el recuerdo te reconforta. Hay la tristeza de no poder estar allí otra vez, pero en cierto modo también hay la felicidad de sentirlo y revivirlo. Esa felicidad son las brechas de luz que dan paso a la esperanza. Y la esperanza también está en el saber que siempre puede haber otra primera vez para algo bonito parecido a aquel recuerdo.
P. -«Un altre primer cop» nos invita a bailar lento y celebrar la vida a pesar de la tristeza, decía Golpes Bajos que eran tiempos duros para la lírica, ¿no pensáis que se están volviendo tiempos duros no solo para la lírica sino también para bailar en paz?
R. – Cuanto más duros los tiempos más necesitamos bailar, más necesitamos la literatura, la música… Para nosotros la música es un refugio donde no llega el ruido del exterior, y donde tampoco sentimos la dureza de los tiempos. En los momentos más difíciles, los seres humanos nunca han dejado de crear, de soñar, incluso de reír, y quizá, cuanto más duros han sido, más necesidad ha tenido.
P. – La música y la actitud del álbum parecen destinadas a aquellos que conservan la elegancia a pesar de estar heridos. Cómo la dignidad, ¿el estilo es lo último que debemos perder?
R. – Hemos intentado cuidar cada detalle en las canciones. Tenemos la suerte de colaborar con Jordi Moncho, ingeniero de sonido y coproductor del disco, que tiene un estudio en su casa, en el cual hemos podido trabajar sin prisas, quedando muchos fines de semana y pensando y repensando cada nota y cada sonido, con el objetivo de que todo tenga su sitio, de que tenga un sentido, y no poner cosas de más.
El objetivo era crear unas canciones que nos gustaran y con las que nos sintiéramos a gusto, a nivel de arreglos, de producción, de letras, de melodías… y en general lo hemos conseguido. No sabemos si esto significa que sean canciones con estilo, o elegantes, pero sí que hemos tenido en cuenta estos aspectos de ser cuidadosos con los detalles, intentando que todo tenga sentido, sin dejar nada porque sí.
P. – «Un altre primer cop» es un viaje a través de recuerdos, desde la ilusión de las primeras veces hasta la añoranza de relaciones pasadas. ¿Cómo habéis abordado el proceso creativo del disco?
R. – Normalmente trabajamos del mismo modo: Francesc tiene unas letras, Rafa unas melodías con la guitarra, y a partir de aquí unimos los dos elementos. Acabamos de adaptar las melodías o las letras para que encajen y ya tenemos la base de una canción. Después, junto con Jordi Moncho, vamos definiendo más elementos básicos como la estructura, el bajo, hasta llegar al estudio donde ya introducimos más instrumentos y trabajamos la canción a nivel de producción.
Respecto a las letras, cada canción es independiente de las otras y los temas son variados. Siempre intentamos evitar el uso de palabras que nosotros no usaríamos en nuestro día a día, porqué sentimos que si no tendrían un punto de artificio.
P. – Y hablando de primeras veces ¿Qué sucedió en aquel concierto de Bruce Springsteen que tanto os ha marcado?
R. – Fue la primera vez que nuestro batería, Francesc, iba a un concierto de estadio, fue cuando tenía unos 10 años. No es que seamos fans de los conciertos de estadio, pero a esa edad y ante aquel espectáculo, fue una experiencia que lo marcó y que recuerda con mucho cariño.
P. – Quizás por sentirme dentro de esa “mediana edad” he conectado tanto con «El buit». ¿Cómo esperáis el futuro? ¿Qué queda por descubrir?
R. – Actualmente pensar en el futuro a nivel general, nos provoca una sensación de vértigo y desazón, pero a la vez no podemos perder la esperanza aunque eso sea un acto de fe quizá demasiado inocente para un mundo como en el que estamos.
“El buit” refleja la situación de una persona que ha perdido muchas cosas en el camino, y ya no sabe cómo llenar los vacíos que tiene. Sinceramente, no sabemos cuál fue el objetivo de intentar plasmar la fotografía de esta persona en una canción. Quizá el ser conscientes de que son situaciones habituales en nuestra sociedad, quizá el empatizar y querer ayudar a esta persona que estamos viendo por el cristal de nuestra ventana.
En todo caso, creemos que siempre queda mucho por descubrir, en cada canción, en un libro, en una película, en una buena conversación, con buena compañía… Como dice el título del disco, siempre puede haber otra primera vez. Y por otra parte, aunque suene muy cursi, siempre nos queda el amor, que llena cualquier agujero, por grande que sea.
P. – En el panorama actual de la música, se ha discutido mucho sobre los precios de los festivales y la creciente comercialización de algunos eventos. ¿Cómo veis vosotros esta situación? ¿Cómo pensáis que afecta a la relación entre los artistas y sus seguidores?
R. – El problema quizá no es de los festivales en sí, si no de la uniformidad en sus carteles, de la masificación a la que se ha llegado, y del formato de algunos de ellos. En todo caso, el sitio dónde hemos llegado corresponde a una lógica teniendo en cuenta el mundo globalizado y capitalista en el que nos encontramos, en el que prevalece la uniformidad y el consumismo.
En éstos festivales la relación entre público y artista es más distante, todo sigue un engranaje más superficial, que hace que la experiencia no sea tan rica como podría ser.
Pero creemos que hay festivales más pequeños, y también algunos no tan pequeños, que ofrecen buenas propuestas, con un modelo más sostenible y variado.
P. – Parece que ahora el mundo exige a los artistas lanzar contenido de manera constante para mantenerse relevantes. ¿Cómo gestionáis la presión de producir continuamente con la necesidad de mantener la autenticidad y la calidad de vuestro trabajo?
R. – Hasta la fecha no hemos sentido ninguna presión y creemos que ha sido así por qué nos gusta hacer canciones, nos motiva, nos emociona y nos divierte a partes iguales.
No tenemos la sensación de que tenemos que estar produciendo continuamente. Siempre que hemos empezado a hacer canciones, lo hemos hecho porqué hemos querido, porqué teníamos ganas de hacerlas.
P. – Vuestra presentación en Ultralocal Records y los conciertos en febrero y marzo están generando mucha expectación. ¿Qué pueden anticiparnos sobre estos eventos?
R. – Tenemos muchas ganas de presentar las canciones del nuevo disco en directo. Tocaremos canciones de los tres discos, tenemos más dónde escoger y los conciertos tendrán mayor duración. De todos modos, en Ultra-Local Records sólo tocaremos 5 canciones, pero estamos muy emocionados de hacer la presentación del disco en la tienda de Raül y Carme, por lo que representa este local, que es mucho más que una tienda. Unos días más tarde, el 17 de febrero, presentaremos el disco en la sala Heliogàbal de Barcelona, el 2 de marzo en el Teatre la Bòbila de Sant Pere de Ribes, el 13 de abril en la sala Absenta de Reus, i en junio en un pequeño festival que aún no podemos decir. En todos estos conciertos y en los otros que salgan, tenemos ganas de tocar las canciones del nuevo disco y esperamos que la gente que venga se lo pase bien escuchando nuestra música.