enero 15, 2025

Balkan Paradise Orchestra, la diversidad cultural ya llegado para quedarse

En el vibrante escenario musical de hoy, pocos grupos pueden presumir de una propuesta tan única y cautivadora como Balkan Paradise Orchestra (BPO). Conformado por 10 talentosas mujeres instrumentistas de viento y percusión, este colectivo musical se ha destacado no solo por su enfoque en los sonidos con raíces balcánicas, sino por su audaz experimentación con diversas tradiciones musicales de todo el mundo.

Con su anterior espectáculo, «Catársis«, Balkan Paradise Orchestra recorrió América, Europa y Canadá, dejando a su paso una estela de energía única y contagiosa. Ahora, se preparan para lanzar su tercer álbum, «Nèctar«, una obra que promete llevar a los oyentes a un fascinante viaje sonoro. Para obtener una visión más profunda de este proyecto, conversamos con Laura Lacueva, clarinetista en Balkan Paradise Orchestra.

Pregunta – Comencemos por el principio de los tiempos. Balkan Paradise Orchestra nace de una manera cooperativa en las calles de Barcelona ¿Cuándo y cómo llegó el momento de pasar de las calles y subir a un escenario?

Respuesta – Fue un proceso de cambio bastante progresivo, empezamos a tocar en pequeños bares y escenarios de fiestas mayores alternándolo con conciertos itinerantes callejeros. Tocar en la calle nos ha dado una proximidad con el público, más espacio para la improvisación de coreografías, puesta en escena y un espacio seguro donde explorar sobre todo en los primeros años de la banda.

Encima de los escenarios tenemos la ventaja de estar sonorizadas y disponer de todo el set de batería y percusión, por lo que el sonido grupal es más compacto y podemos tocar también más cómodamente.

A lo largo de los años, nos hemos centrado más en preparar un espectáculo de escenario, potenciando las coreografías, haciendo más cambios de posiciones en el espacio, también apostamos por llevar innears y tirar bases electrónicas. Actualmente ya no solemos hacer shows de calle y nuestra apuesta tanto de musical como de escena está pensada específicamente para tocar en escenarios de salas, fiestas mayores, festivales etc.

P. – Sois Balkan pero no solo la música balcánica os ha influido, habéis ido más allá de ese denominado turbo-folk ¿Cómo llega esa mezcla de ritmos y tradiciones del mundo?

R. – En nuestros inicios tocábamos arreglos de temas de grupos de la zona de los Balcanes, como Fanfare Ciocarlia, Goran Bregovic, Taraf de Haïdouks… Pronto empezamos a mezclarlo con pequeñas referencias más cercanas como músicas tradicionales catalanas, valencianas o gallegas y con todo lo que nos pudiera apetecer y suscitar en cada arreglo. Actualmente, a pesar de tomar como punto de partida los sonidos de raíz balcánica en algunos temas, nuestras composiciones mezclan distintos ritmos y tradiciones del mundo, obteniendo como resultado una música ecléctica y festiva.

El grupo ha ido evolucionando musicalmente en muchos aspectos: poco a poco hemos ido incorporando más bases electrónicas en nuestro directo, pensamos algunas estructuras de forma más pop o “mainstream”, pero sin olvidar algún pequeño toque más “friki”. Toda esta mezcla viene dada por la propia evolución y bagaje musical de las integrantes y de la trayectoria del grupo; por ejemplo, tenemos la baterista que viene de una formación de jazz y de tocar rock&roll y punk, una percusionista que domina más los ritmos latinos y árabes, las instrumentistas de viento, algunas con formación clásica y otras de moderno… Todas estas “mochilas” confluyen en la BPO y, además, el hecho de tocar más en grandes escenarios de festivales y fiestas mayores nos ha hecho pensar en un show que tuviera músicas potentes y bailables.

P. – ¿Cómo se gestó su próximo disco, “Nèctar”, y qué representa para la banda?

R. – Algunas de las integrantes hemos traído desde pequeñas ideas que se han ido trabajando en los ensayos o con el productor del disco, Arnau Altimir, hasta composiciones escritas más o menos completas. Se han hecho distintos procesos, tanto en el ensayo con todo el grupo o en pequeñas secciones, como directamente en el estudio probando, creando y tocando directamente las ideas que se nos iban ocurriendo in situ.

Somos un grupo en el cual los roles de muchas instrumentistas van cambiando y hay mucha información, así que en general nos va bien trabajar con partituras y venir con un arreglo pensado previamente por alguien en casa.

P. – ¿Qué podemos esperar en cuanto a sonoridades y estilos en ‘Nèctar’ en comparación con trabajos anteriores?

R. – «Nèctar» es un disco principalmente instrumental que mezcla estilos y géneros muy diversos, pero también se pueden escuchar algunas partes vocales. Cuenta con las colaboraciones de Meritxell Neddermann en los sintetizadores y de las cantantes de la banda Maruja Limón. Este nuevo álbum mezcla y juega con varias sonoridades representativas de BPO, desde canciones más tranquilas, acústicas y con influencias balkan, hasta tracks más bailables y festivos que flirtean con la electrónica, el pop o la música disco.

Nos hemos dado mucha libertad a cada una para aportar las ideas musicales que le apetecieran y eso se ha notado. A diferencia de «Odisea«, en los temas con influencias un poco más balkan hemos intentado que tuvieran una mezcla más parecida a los grupos que normalmente tocan este estilo; para los temas más pop/electrónicos hemos añadido más sintetizadores y efectos varios, pero siempre buscando un equilibro con nuestros propios instrumentos; y en lo que respecta a las estructuras, en algunos temas hemos recurrido a fórmulas más populares y bailables.

P. – “Catarsis” os llevó por no solo la Península o Europa sino que también os permitió cruzar el Atlántico para visitar América o Canadá ¿Cómo fue la experiencia? Y ¿Cómo, en países que suponemos más fríos, fue recibida esta propuesta tan cargada de energía?

R. – A principios del 2023 estuvimos por primera vez en New York y fue una experiencia increíble. Nos permitió darnos a conocer a mucha gente que no no había podido ver nunca y abrir una puerta a que en un futuro podamos visitar EUA y Canadá con más frecuencia. En verano tocamos en Ottawa y en Quebec y también fue una muy buena experiencia ya que el público respondió de forma muy eufórica a nuestro show; no nos lo esperábamos, parecía que ya nos hubieran visto y no que fuera la primera vez que los visitábamos; así que quedamos encantadas y esperamos tener más oportunidades de cruzar el Atlántico.

Nos suele pasar en muchos países que se consideran más “fríos” que al ser una propuesta muy enérgica y original, instrumental, con muy pocas letras y con una puesta en escena coreográfica potente, el público se sorprende y se anima a bailar y a compartir con nosotras toda la energía que reciben. En ocasiones nos hemos encontrado en Europa y Norte-América públicos que escuchan y valoran más la dificultad técnica de lo que hacemos y que en seguida se suman a bailar y participar ser parte del espectáculo.

P. – Balkan Paradise Orchestra está formado por mujeres, entonces es inevitable preguntar, ¿se ha reducido esa brecha en la industria entre hombres y mujeres? A veces tengo la sensación que aquel “feminismo” en los festival fue tan solo una moda y que volvemos a estar en el punto de partida.

R. – Actualmente existen más grupos mixtos o formados íntegramente por mujeres, pero esto no lo estamos viendo mucho en las programaciones. Estoy bastante de acuerdo en que pareció una moda, ya que durante unos años algunos festivales se pusieron un poco las pilas y tuvieron en cuenta que los artistas fueran más diversos, sobre todo en que hubiera más mujeres encima de los escenarios, pero después de la pandemia parece que hemos retrocedido y volvemos a ver carteles llenos de los mismos grupos de hombre blancos que giran en un circuito de festivales concretos. Es necesario revisar cómo se hacen las programaciones: se tendría que tener más en cuenta la calidad y diversidad musical por encima de lo “mainstream”, la perspectiva de género e interseccionalidad, porque en bastantes festivales y fiestas mayores (al menos en Catalunya) se acaban repitiendo las mismas fórmulas y cuesta encontrar propuestas un poco más arriesgadas.

Además, a diferencia de muchos países de Europa, aquí la gente va más a ver al artista que le gusta; en otros países vemos que hay públicos fieles al festival o a la sala, que confían en la programación aunque no hayan visto nunca al artista, y que encuentran interesante descubrir otros grupos que les puedan sorprender y aportar algo nuevo.

Por otro lado, también creo necesario poner sobre la mesa que hay numerosas pequeñas salas de conciertos y pequeños y medianos festivales que están desapareciendo. Es una pena que se tienda cada vez más a llenar macrofestivales con grandes programaciones en detrimento a propuestas más locales y sostenibles.

P. – Para ir terminando, si encontrásemos la lámpara de los deseos, ¿Cuáles son los objetivos a largo plazo para Balkan Paradise Orchestra en términos de su evolución musical y alcance geográfico?

R. – Nos encantaría poder hacer alguna gira por Sudamérica, visitar otra vez Estados Unidos y Canadá y que en casa se siguiera valorando y programando nuestro trabajo y apuesta musical y escénica. Nos encantaría poder estar en grandes festivales y salas de conciertos a nivel mundial. No se suelen ver muchos grupos instrumentales con un directo como el nuestro, así que en términos de evolución musical, sería interesante crear temas que llegaran a un público más mainstream, que suele escuchar música vocal.

De momento, el eclecticismo es la tónica general, pero veremos en unos años hacia dónde evolucionamos y hacia dónde nos apetece ir como grupo.

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