Nos plantamos el pasado 11 de enero en la Razzmatazz para ver en directo a Cariño, que volvían a la ciudad condal en uno de los conciertos que cierran la gira de su segundo disco homónimo, después de todo un verano rodando por varios de los festivales más representativos de nuestra geografía.

Nos quedamos, eso sí, con las ganas de catar el Cariño Pop Up en la Helio, que tuvo que cancelarse por problemas logísticos, según informó la banda en sus RRSS. Este contratiempo y la noche fría de Barcelona parece que influyeron en el ánimo de Alicia, María y Paola, que empezaron bien puntuales, pero ligeramente desangeladas su penúltimo concierto de la gira. Salieron un poco nerviosas, como ellas mismas confesaron, algo tímidas aunque dispuestas a centrarse en lo que mejor saben hacer, conectar con su gente. En un primer momento, puede dar la sensación de que no quisieran agotar todas sus fuerzas, conscientes de que el fin de semana llegaría la traca final en la Riviera, pero con el paso de los minutos, se metieron en harina, despejando cualquier atisbo de duda y cualquier sinónimo de trámite.
Poco a poco, el ambiente se iba caldeando, la frescura y el ritmo vertiginoso de sus composiciones, fueron animando a la banda madrileña, que por fin empezaba a disfrutar, reconociéndose en un entorno que conocen a la perfección, idóneo para desplegar su pop y movidas. Ante un público incondicional, animado y muy heterogéneo que coreaba todas y cada una de las canciones, Cariño les correspondía con un repertorio en el que se iban intercalando temas de sus trabajos y sencillos anteriores, incluyendo la cover de su amigo el madrileño… hasta que subieron al escenario unos tales Yago, Pol y Arnau a cantar “al final abrazos” y en medio de esa catarsis, terminó de explotar la sala con la energía y conexión que se podía apreciar encima del escenario. El comodín de Mujeres les vino que ni pintado por si para aquel entonces, aún quedaba algún distraído que no se había enterado de qué iba la noche.

Ahora toca un periodo de dejar la carretera a un lado y meterse en el estudio, donde estas tres amigas empezarán a trabajar en lo próximo. Tal y como ellas mismas aseguran, es el momento de tiempos nuevos, de contar nuevas experiencias, nuevas canciones, otras movidas… No sabemos si están pensando en dar un giro a su sonido, puede que en un futuro veamos unas melodías menos alborotadas, propias de un proceso de madurez natural que implica el paso de los años y el trayecto, pero de lo que estamos seguros es que seguirán contando con una legión de fieles e incondicionales seguidores allá donde vayan que las arroparán con una buena dosis de lo que viene siendo su nombre, Cariño.