En las páginas de «Lento y Salvaje«, Ricardo Lezón nos guía por su historia de veinte años con McEnroe, una banda que ha navegado la música sin convertirla en un simple trabajo, cultivando siempre la semilla de la emoción. A lo largo de esta biografía Lezón desmitifica el rock and roll, bajando al suelo la leyenda para mostrarnos la sencilla pero profunda travesía de construir su propio paisaje.
«Lento y Salvaje» no es simplemente un libro autobiográfico; es una exploración honesta de la vida, narrada con la misma maestría que las letras de las canciones que han marcado una era música española. Con más de siete álbumes publicados y cientos de miles de kilómetros recorridos, «Lento y Salvaje» se convierte en un ejercicio de memoria que trasciende la historia personal de Lezón y se convierte en la nuestra.
Ahora, «Lento y Salvaje» cuando lleva tres meses en las estanterías, hemos tenido la posibilidad de hablar sobre ella con Ricardo Lezón:
Pregunta – “Lento y Salvaje” destila música, destila poesía pero sobre todo destila mucho amor y mucha belleza; ahora que ya lleva unos meses en las librerías ¿Cómo te sientes?
Respuesta – Me siento bien. Me costo mucho escribirlo, encontrar la manera, el tono y el silencio necesario para hacerlo y terminarlo fue un éxito para mi. Lo que esta viniendo después lo estoy viviendo con mucha calma y recibiéndolo como un regalo. No sabia como iba a afrontarlo y tenia algunos temores pero han sido aplastados por la alegría.
P. – En “Lento y Salvaje” eres el protagonista pero no solo habla de ti, también lo hace de tus hijos, parejas y exparejas, amigos y compañeros ¿No te ha producido vértigo abrirte en canal? Aunque, evidentemente, no hubiese sido una biografía ¿No hubiese sido más “cómodo” contarlo a través de una autoficción?
R. – No hay ficción mas natural que la de la memoria y esta toda en el. Claro que sentí vértigo pero también la seguridad de que era la única manera de escribirlo, contar las cosas que llevo dentro. La idea era tratar de explicar de donde vienen las canciones, porque he terminado dedicando una parte enorme de mi vida a hacerlas. Había muchas maneras de haber escrito algo más cómodo pero no iba a dedicar esta oportunidad en hacer algo cómodo.
P. – A lo largo de las páginas de este libro visitas, y revisitas, lugares y tiempos, ¿Crees que este viaje ha sido sanador o, por el contrario, esa mirada al pasado ha generado miedo e intranquilidad?
R. – Ha colocado muchas cosas en su sitio correcto. Ha sido como ordenar un trastero desordenado, con rincones poco iluminados, abrir una ventana y mirarlos tal como se han quedado en mí. No necesitaba sanarme, ni ajustar cuentas conmigo ni con nadie, he sentido temor, curiosidad y también mucha paz.
P. – Tras leer esta “autobiografía” tengo la sensación que este libro está escrito para un único destinatario: tú, mientras el resto somos invitados a este viaje temporal.
R. – Sí, el libro esta escrito para mí. No sé escribir, ni cantar de otra manera. Quienes aparecen en el
forman parte de mí.
P. – Hablas mucho de amor, y por lo tanto de desamor, en “Lento y Salvaje”. De hecho escribes una frase que me llamó mucho la atención ‘Lo peor de que te dejen de querer es que dejas de quererte’ ¿Crees que madurar es dejar de buscar fuera esa validación que en algún momento todos necesitamos?
R. – El amor es lo único importante, lo que único que queda al final y a veces es descorazonador tener
que llegar al final para darse cuenta de eso. Escribir sobre él es lo único que tiene un sentido realmente perdurable y necesario.
Es imposible, creo, evitar buscar validación en quienes nos importan y también sentir vacío cuando algo se rompe o se transforma. Estamos solos pero el amor también se trata un poco de hacer sentir a los demás y a ti mismo menos solo, más acompañado. Madurar es aprender a querer sin esperar recompensas.
P. – ¿No crees que idealizar es arrancar el camino a la decepción?
R. – Puede que sea el camino más seguro pero también es la gasolina mas potente.
P. – Debo confesar una cosa, cada día tengo que desplazarme por motivos laborales y “Lento y Salvaje” ha hecho que elija un tren de la postguerra que tarda algo más del doble en realizar el mismo trayecto que hace el de Media Distancia porque al sumergirme en sus páginas en la tranquilidad de un vagón a última el libro me arropaba.
R. – Me hace mucha ilusión saberlo. Siempre me han gustado los trenes y las carreteras. Me gusta mirar por la ventanilla y ver pasar las casas, los arboles, los paisajes y darle al tiempo una importancia distinta a la rapidez.