Una semana nos ha durado la resaca del concierto de Ginebras en Razzmatazz del pasado fin de semana. La empoderada banda madrileña llegaba a la ciudad condal como preámbulo a su primer Wizink y una pensaría que no han podido escoger mejor escenario como sparring a lo que sería su faena más importante, pero nada más lejos de la realidad.
De entrada, hemos de decir que los primeros acordes de ‘Alex Turner‘ sonaron, no con puntualidad británica, pero sí de algún recóndito lugar de la Commonwealth y eso siempre es de agradecer así que, primer minipunto de la noche para Sandra y compañía. Conforme avanzaba la velada, iban acumulando méritos con la simpatía y cercanía que regalaban al nutrido público de la Sala 1, que en contra de lo que pudiera parecer, estaba integrado por una importante horquilla de edades y generaciones. Después de un verano de festivales por toda la geografía, este era el primer concierto de la gira de salas de “Quién es Billie Max” y aunque en el horizonte se asomaba el monstruoso evento de la semana siguiente, era la primera vez que se subían al escenario principal de la mítica sala barcelonesa y ellas habían venido a jugar.
Motivadas, amables, entregadas, fueron intercalando en la setlist sus grandes himnos de festival con pases de su segundo LP, haciendo gala de un pop fresco, aderezado con una tormenta cromática de riffs en un concierto divertido y enérgico. No faltaron los sujetadores, y otras lencerías volando hacia el escenario, ni el confeti por el aire. Sandra, Magüi, Raquel y Juls no se guardaron nada, se notaba que estaban disfrutando, derrochando desparpajo y dulzura. Concienciadas y casi podríamos decir, activistas musicales por la igualdad y el respeto, no dudaron en hablar abiertamente de temas tan candentes como la salud mental, creando un espacio seguro y una atmósfera de sororidad como preámbulo a la interpretación de ‘Muchas gracias por venir‘, en la que Magüi comenzaba sola al piano, dejando claro que su voz tiene poco de tonti-pop. La noche avanzaba pero ellas tenían un as bajo la manga… y es que llegaba el turno de ‘Desastre de persona‘ y las madrileñas tuvieron la brillante idea de contar con Ladilla Rusa para interpretarla. Y allí subieron Tania y Víctor, para darle una vuelta de tuerca más al desenfreno y la alegría para el regocijo del personal. Touché.
Llegados a este punto, es importante tomar perspectiva para apreciar la magnitud que ha conseguido Ginebras en su corta trayectoria. Apenas 4 años, dos discos y mucho morro han sido suficientes para lograr cotas que otros grupos no consiguen ni en décadas. Bajo el paraguas de Vanana Records, sin duda parte de este éxito es fruto del talento y la complicidad más que evidente con su legión de fans no tan emergentes. A diferencia de otras bandas que comparten una misma línea musical, de cuyo nombre
no queremos acordarnos, ellas cuentan con una dosis extra de ingenio y un intenso directo para mostrar su propuesta de forma eficaz y por supuesto, con altura.