abril 28, 2024

Sábado de (Río)Verbena

Cuando pensaba en el título de este artículo inicialmente encontraba entretenido jugar con el día y el nombre del festival. Sin embargo, mientras me dirigía al evento, la gracia se desvanecía para dar paso a un título a la altura del festival: una verbena sin paliativos y eso, ya no era gracioso. En una verbena, encontramos orquestas o grupos de versiones como el programado en este festival. Quiero dejar claro que no tengo nada en contra de la banda tributo en cuestión; tan solo no creo en este tipo de propuestas, menos aún cuando tuvimos la oportunidad de ver al artista en vivo hace unos meses. Mucho menos en un festival que pretende erigirse como un referente cultural en la ciudad.

Como nos ha parecido una vergüenza preferimos pasar al concierto de Xoel López, quien al menos interpretó temas originales… hasta que decidió versionar a Juan Luis Guerra. ¡Y yo, pensando que las fiestas patronales habían concluido la semana pasada! ¿Pero esto qué es? a lo largo de sus discos, Xoel ha vuelto a esa vertiente más tropical que tanto le agrada, pero Juan Luis Guerra es otro cantar. Comprendemos que se quisiera dar cabida al espíritu festivo en la noche fría de finales de agosto, el río Lérez estaba a la vista, pero la denominación de «verbena» no debió convertirse en un adjetivo tan acertado. Nuestro desencanto se hizo cada vez más palpable.

Era evidente que el público en Río Verbena venía principalmente a ver a Vetusta Morla. En el cuarto tema, ‘Golpe Maestro‘, el sonido se interrumpe, pero la banda prosigue como si nada hubiera ocurrido. Al concluir la canción, abandonan el escenario para regresar minutos después. Momento en el que Pucho tomó el micrófono para presentar a la banda y felicitar a la selección femenina de fútbol por su éxito en el mundial. Hubiera sido un momento oportuno para condenar enérgicamente la conducta del expresidente de la federación, sin ambigüedades ni vacilaciones. Dado que conozco bien a la banda, sé que siempre han abogado por un feminismo activo; de hecho, «Pequeño Salto Mortal» tiene voz de mujer. Pero en esta ocasión la banda ha sido tibia en su condena, en ningún instante debemos bajar la guardia ni ser ambiguos frente a una problemática como el patriarcado y las situaciones a las que se ven sometidas las mujeres en pleno siglo XXI.

Como es bien sabido, Vetusta Morla actúa como un catalizador de culturas. En este ocasión, invitaron a Xoel López al escenario. Juntos interpretaron ‘Finisterre‘, desatando la euforia entre las primeras filas. Lo admito, lo que diré podría resultar polémico, pero siempre me da pereza asistir a un concierto de Vetusta Morla. A lo largo de los años, hemos presenciado un espectáculo con pequeñas variaciones (el sábado estaba Xoel, antes había sido Aliboria), indudablemente bueno, digno y singular. Durante años, hemos sido arrollados por Vetusta Morla, quienes cada vez que pisan un escenario demuestran por qué son la banda pop más internacional del país. Siempre profesionales, siempre cumplidores, siempre superiores al promedio, incluso en sus conciertos menos brillantes, como fue el caso en Río Verbena; no dejemos que nos arrastren los fanatismos ni los gustos; el concierto de Vetusta Morla no pasará en la historia de la banda ni de la música. ¿Fue malo por ello? De ningún modo, pero es innegable que hemos visto a la banda brillar mucho más en otras ocasiones.

Tras la actuación de los madrileños, llegó el momento de una de las bandas gallegas del momento: The Rapants. Desde Muros, nadando a contracorriente del neofolk y han decidido abrazar el garage más rockabilly que se recuerde en la región, a excepción de Familia Caamagno. Como los propios Rapants reconocieron, nunca antes habían tenido un mejor telonero, pero sucedió que el telonero se trajo a muchos amigos que abandonaron el local después de verlo. No obstante, los que decidimos quedarnos disfrutamos de su Corasón que es Como Un After.

Si Río Verbena realmente aspira a convertirse en un referente en Pontevedra, debe reflexionar seriamente sobre lo ocurrido en esta edición. Barras colocadas la altura de la mesa de sonido generaron congestiones en el tránsito entre escenarios, un corte eléctrico en uno de los escenarios, y los precios en las barras alcanzaron niveles desorbitados. El festival diseñado para los madrileños que pasan el verano en las Rías Baixas para quienes, quizás, los precios de las cervezas resulten normales, pero en Galicia, incluso en un festival, nos parecen excesivos. Los vasos de un solo uso. Interminables colas para beber o comer, así como las condiciones en los baños, empañaron la experiencia. Si en algún rincón hubiese coches de choque y algodón de azúcar hubiese sido una verbena de verdad. Faltaron muchos elementos para que pudiera ser considerado un auténtico festival. Lo más lamentable es que saben cómo hacerlo bien, y de hecho, lo han hecho bien en muchas ocasiones, pero en Río Verbena no.

Con estas reflexiones, Río Verbena debería reconsiderar su enfoque si busca autenticidad y excelencia en su oferta cultural. Solo así podrá consolidarse como un evento digno de reconocimiento en Pontevedra.

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