Micah P. Hinson, es un cantautor, pero no sólo compone, también es novelista y un tipo que rehúye a la atención mediática. A Micah le gustan los pueblos pequeños, las iglesias abandonadas, las viejas guitarras acústicas y como a Johnny Cash, también le encanta vestirse de negro.
Muchos lo definen como el enfant terrible del american-folk, como estrafalario, delicado, vulnerable o atribulado, a él todo este tipo de etiquetas le dan igual. Nacido en un hogar cristiano fundamentalista estricto en la pecaminosa Memphis y crecido en la evangelista Abilene, experimentó con la música y los narcóticos, sufrió la seducción y el abandono de una mujer fatal, pasó un breve período en la cárcel del condado, conoció el fracaso, la bancarrota, la adicción a las drogas y los centros de rehabilitación. Todo antes de los 20 años.
Ahora, pegado a la boquilla de algún cigarrillo, es capaz de conseguir que cada concierto sea único e irrepetible como lo han sido los tres que ofreció en su mini gira española para presentar su último trabajo “I Lie To You”, once relatos de amor, pérdida y arrepentimiento.
Aprovechando su paso, hemos tenido la suerte de sentarnos frente a Micah P. Hinson, un personaje único:
Pregunta – Creo que la primera pregunta no puede ser más obvia. Mister Hinson ¿cómo se encuentra?
Micah P. Hinson – Bueno, diría que bien. He estado de gira presentando “I Lie To You” con entradas agotadas durante estas semanas. Sí, se podría decir que bien.
P. – He leído que antes de la llegada de “I Lie To You” te habías llegado a plantear alejarte de la música y poner punto y final a tu carrera ¿Qué te llevó a plantearte una decisión tan drástica?
MPH. – Después de todos estos años escribiendo canciones y tocando música, no lo veo como una decisión drástica, ni lo sería. Si me alejara de la música ahora, tendría sentido: llevo 20 años y más de 10 álbumes a mis espaldas.
Eso es toda una carrera.
P. – Entonces ¿Dónde has encontrado, de nuevo, la motivación para hacer música? ¿Se convirtió “I Lie To You” en una tabla de salvación?
MPH. – Nunca dejé de hacer música, sólo cambié la forma y el motivo de hacerla. No era feliz en mi vida y, por tanto, no era feliz con mi música, o viceversa: el huevo o la gallina.
Una vez que supe que había un vacío, un agujero que se formó en mi primer disco, y que había cosas que se decían continuamente sobre mí y sobre mi vida que me obstaculizaban, y me habían obstaculizado, me di cuenta de que era hora de seguir adelante. Era hora de dejar el pasado en el pasado, dejar allí a los muertos y las cosas muertas, y lo único que me preocupaba era el presente y el futuro.
No, “I Lie To You” no es un salvavidas. No es tan sencillo, no puede reducirse de una manera tan determinada a una simple colección de 10 canciones. Mi vida, y mi existencia, no se basa ni gira en torno al hecho de que escriba canciones y las cante.
P. – Este último trabajo, “I Lie To You”, nace al albor de la pandemia, de una gira extenuante y de una ruptura sentimental. Con un mundo patas arriba das a luz un trabajo con el que has conseguido creamos en la música que puede vivir más allá de modas ¿Cómo fue el proceso compositivo del disco?
MPH. – Empecé el disco con Asso, el productor del álbum, en agosto de 2019. En ese momento The Plague no era tal, aún no había asomado su despiadada cabeza.
Pero no. No tuve una gira agotadora, ni una ruptura sentimental. No veo nada sentimental en la separación que viví. Al referirme a mi vida pasada y a esas cosas delicadas, o violentas, que suceden, no se pueden resumir de una manera tan simple. Son cosas profundas que afectan drásticamente, y cambian, la vida, mi vida. Estas cosas no son meras fotografías en las que se deba reducir la línea temporal de mi vida.
La gran mayoría de las canciones de “I Lie To Come» no son de ninguna época en particular, sino que fueron escritas a lo largo de mi estancia en la Tierra. Las canciones que llevan la palabra «Day» son las más recientes del álbum. Se escribieron sin mirar al vasto abismo que era mi pasado: eran canciones que explicaban mi condición actual. Y representan hacia dónde voy, no dónde he estado.
P. – Viendo el contexto en el que se gestó el disco ¿Se escribe mejor desde las entrañas que desde el corazón?
MPH. – Necesitamos ambas cosas, pero no sé lo que sale del corazón y lo que sale de las entrañas; en mi opinión, son las mismas cosas pero desde lugares diferentes.
P. – Si algo caracteriza a tu música es que siempre es muy personal ¿No te da miedo mostrarte de una manera tan vulnerable frente a auténticos desconocidos? ¿Alguna vez te has autocensurado y has dicho “hasta aquí”?
MPH. – No me preocupa la vulnerabilidad. No me preocupa mostrarme ante los demás, ni ante desconocidos ni ante amigos queridos.
Siempre he intentado hablar desde la mayor honestidad posible y no me avergüenzo ni me pongo nervioso por nada relacionado con mi música o mis canciones. No soy una flor delicada, como tampoco lo son las personas a las que canto.
P. – Leyendo alguna reseña sobre “I Lie To You” me he encontrado una afirmación que me ha hecho gracia: “It seems like Micah just collected some old songs and then put some covers and ‘threw it out the door” (Uncut). Después de leer esto me surgen dos preguntas ¿es necesaria la inmediatez de las canciones? Personalmente me parece absurdo ya que para mí ‘Patience’, por más que pasen los años continuará siendo un temazo.
MPH. – Sí, esa crítica no era una crítica. Era ignorancia rastrera, y patética, del periodismo. Leí esa ‘crítica‘ el día que salió el disco y, para mí, representaba o bien la incultura, o bien el desprecio, o bien la ignorancia. Al final, imagino que fue la culminación de las tres.
P. – La otra pregunta que me surge es más trivial. Tras la cantidad de álbumes y singles que has publicado ¿Siguen molestando las críticas negativas o directamente no lees lo que escriben de tus discos?
MPH. – No voy a dedicar tiempo de mi día a cualquier crítica negativa sobre mi trabajo. Sí, por supuesto, leer una crítica mordaz de mi trabajo puede ser hiriente, pero no puedo cargar con las opiniones de otros, las opiniones de extraños.
La gente dirá lo que dice y sentirá lo que siente más allá de cualquier pensamiento u opinión que yo pueda tener. Así que, al final, es una acción innecesaria tomarse esas cosas a pecho. Pero, sinceramente, no hay muchas críticas malas o mezquinas de mi trabajo, así que no es algo de lo que preocuparse.
Reconozco que no soy a prueba de balas, pero también tengo la responsabilidad, o la maldición, de cuidarme.
P. – La primera vez que escuché “I Lie To You” hubo un tema que me llamó mucho la atención: ’People’. Es, sonoramente, una de las canciones más luminosas que has compuesto ¿Tiene que ver en estas nuevas sonoridades la mano de David Bazan?
MPH. – David Bazán ha escrito unas obras preciosas y, sí, ‘People’ fue una canción que comenzó con él. Lo que yo convertí en una canción entera arrancó con la primera estrofa de su canción. La cogí y la desarrollé un poco, la hice mía.
Estoy seguro de que él tiene algo que ver con mis canciones, ya que era alguien a quien admiraba y en quien me fijaba mientras crecía, pero no intencionadamente, nada que pueda ver de forma clara ha sido un vínculo directo con cómo, por qué y qué escribo.
¡Qué canciones escribe ese hombre! Son canciones realmente desgarradoras.
P. – Debutabas ya hace algunos años con “Micah P. Hinson and the Gospel of Progress”, un trabajo aclamado tanto por público como por crítica y al que muchos consideran tu mejor disco y un debut propio de un genio han llegado a decir ¿En algún momento ha sido una carga para ti? ¿Cómo se enfrenta un artista ese vértigo del “no llegar”?
MPH. – No puedo dedicar mi tiempo a estar pendiente de las etiquetas con que otros deciden colgarme. No es mi responsabilidad, ni voy a asumirla, justificar las opiniones y expectativas que otros tienen de mí.
Debuté hace 20 años.
Si alguien piensa que no he conseguido llegar a ese punto, o bien no me ha prestado atención, o bien su definición de «llegar» no representa en absoluto mi definición de dicho concepto, ni la verdadera realidad de tal afirmación.
P. – Hace algo más de un mes, el pasado 3 de febrero, cumplías 42 años ¿La madurez da calma? ¿O esas frases nos las decimos para envejecer más agusto?
MPH. – Decimos cualquier cosa para sentirnos mejor.
Mentiras.
Verdades.
Medias verdades.
Medias mentiras.