abril 23, 2024

A metro y medio de Ellie

Como si perteneciéramos a un Ilustre Colegio Notarial de una ciudad cualquiera y viniéramos a dar fe, permítannos comenzar afirmando que «Blue Weekend» es uno de los mejores discos del 2021 y constatar que Wolf Alice, es uno de los mejores directos que se puede ver a día de hoy.

El pasado jueves, tuvimos el privilegio de ver en la Sala Apolo a la banda del norte de Londres, que aterrizó en la ciudad condal de la mano de Live Nation con un sold out a pesar de modificar y anticipar la fecha que tenían prevista inicialmente para marzo. Esta gente, es una de esas bandas que todo lo hace bien. A lo largo de su trayectoria han ido acumulando alabanzas, buenas críticas y premios casi hasta el empacho, e inevitablemente siempre emerge la idea de que, por pura estadística, por rutina o porque ya no lo necesitan, en algún momento dejarán de superarse. Bien, pues «Blue Weekend» no es el caso y precisamente, al ver el nivel compositivo y melódico que muestran en cada tema de este trabajo, nos situamos en la perspectiva correcta para darnos cuenta de la magnitud que alcanzan y de la ventura de poder disfrutarlos en directo.

Abrieron boca con algunos de los pases más riot de su carrera como ‘Smile o You´r a Germ‘ para inyectar un chute de energía que casi hace saltar los plomos del Poble Sec. Inspirados y animados, se les notaba cómodos desde el minuto uno y Theo se encargó de dar la bienvenida afirmando que Barcelona era uno de sus lugares favoritos para desempeñarse, no en vano, este fue precisamente el enclave donde surgió la primera demo de ‘How can I make it ok?‘.

El bajista es desde luego, todo un showman que se divierte buscando la reacción del público con una actitud irreverente, descarada y traviesa, sorprendiendo también con juegos imposibles de tobillo al más puro estilo John Newman. A medida que avanzaba el concierto, fueron bajando revoluciones con ‘Delicious Things‘, ‘Lipistick On The Glass’… y es en esos registros donde la voz de Ellie Rowsell aflora, brilla y eclipsa todo lo demás. No se si será el reverb, el color, su elasticidad o qué exactamente, pero el susurro de su voz está a un mísero paso de considerarse infidelidad. Es uno de los estandartes más reconocibles de un sonido que ha evolucionado considerablemente desde el folk de sus inicios y en los temas de su último LP se ha posicionado en cotas de madurez y matices que ya empezábamos a intuir en «Visions of a life«.

Para todo aquel que no lo sepa, Wolf Alice es un regalo y la guitarra de Joff Oddie es ASMR. Lo vivido el jueves fue poco más de hora y media de magia efervescente, les brotaba el carisma por los poros, capaces de subir tan alto y caer al averno en una setlist cuidadosamente elegida y con cuerdas a punto de romperse en cualquier momento.

Ellos mismos reconocen etapas de dificultad a la hora de componer, cierta presión por cubrir unas exigencias que se han encargado de elevar a niveles superiores. Cuando llevas tres álbumes consecutivos superando las expectativas es complicado mantenerse en esa posición y es lógico que surjan las dudas de si van a poder seguir haciéndolo mejor.

A decir verdad, nadie lo sabe y nosotros no tenemos pruebas, pero tampoco dudas de que serán capaces de lograrlo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *