octubre 6, 2024

Esto con Franco no pasaba

Venimos hoy aquí para hablar de un señor tosco, alguien que tiene un rifle en la guantera, que ha dejado de beber y otros vicios más caros, lee a Kierkegaard y sabe distinguir entre el Ronaldo bueno y el malo. Un hombre que, presumiblemente, pernoctara en la habitación 615 del Motel Consuelo después de regalarnos un día épico.

Ángel Estanislao Sánchez Durán llegó, vio y venció, y entre medias tuvo tiempo de impartir una magistral clase de historia de nuestro Reino, de nuestras efemérides y costumbres más destacadas, para evitar la confusión y dejar patente que lo que estábamos presenciando no tiene sitio en la parrilla de Mediaset. Se presentó en el escenario como un pincel de cuello para abajo y como un ermitaño para arriba, nada nuevo para dejar claro que juega en otra liga, sabedor de contar con valiosos recursos, un léxico privilegiado y composiciones socarronas, ingeniosas y hasta berlanguianas. El músico Cántabro, se lo piensa mucho antes de sacar un LP, son solamente tres discos en estos nueve años de trayectoria, una media sensiblemente inferior a otras bandas pero cada vez que habla sube el pan, y el “Polvo de Batiatto” es mierda de la buena, adictiva y repleta de referencias políticas, deportivas y sociales de los años 80 y 90. Gasolina para los millennials con entidad.

El escenario Vibra Mahou de Espacio Vías rebosaba ayer, repleto de artistas de categoría, y un frontman al que se le veía cómodo saltando y brincando entre juegos de palabras y metáforas, con un nutrido repertorio de lengua ácida y pluma afilada. A lo largo de las aproximadamente dos horas que duró la faena, iban apareciendo pasajes de sus anteriores trabajos que se mezclaban con lo más destacado de su último disco. Stanich no escatimaba en muecas ni gestos hacia sus incondicionales, levitaba y bajaba al barro con la misma facilidad y determinación y acabó aupado hacia el cielo de la antigua cochera de vagones de la FEVE por un público absolutamente rendido, entre los que se encontraba una buena representación de la escena local.

La función que vimos anoche, va directa al Top 3 de lo presenciado en este 2022 y si algo ha quedado claro, es que el motor productivo de este ermitaño del rock sigue carburando como el Citroën de Chus Puras. Después de un amago de retirada en 2019, la farándula y el costumbrismo de nuestro país de pandereta pueden respirar tranquilos, aquí hay un Cuerda para rato. Víctor Pescador, Álex Izquierdo, Jave Ryjlen y Lete G. Moreno contribuyen a la causa, arropando a un Ángel Stanich que por su estética, su mística y su talento podría ser profeta en cualquier tierra, menos en Oviedo, él sabrá por qué.

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