abril 24, 2024

¿Y las Nancys Rubias qué, Atlantic Fest? (II)

¿Y las Nancys Rubias qué? Pues sin duda las mamarrachas más divertidas de la fiesta. Es sorprendente ver cómo se sigue ninguneando a esta banda cuando saben perfectamente lo que hacen, lo que venden y a quien se lo venden. Cuando la forma es mucho más importante que el fondo, no lo neguemos, son una banda, un conjunto, un karaoke que hace lo que quiere ¿Queréis reír? Las Nancys os harán reír ¿Queréis bailar? Las Nancys os harán bailar ¿Queréis cantar? Las Nancys os harán cantar ¡Coño que son como Rosalía pero comprendemos sus letras!

Cómo Laurel y Hardy (El Gordo y el Flaco) las Nancys y Fangoria hacen dúo… No sé, a mí alrededor la gente disfrutaba de los temas ochenteros, el glitter, de los efebos bailando… A mí se me hace un poco que de bola ¡No digo que sean malos o lo hagan mal! Pero constantemente tengo esa estúpida impresión de haber escuchado ya antes esa canción. Poco me aportan los cambios de mono de Alaska, la pose de Nacho Canut tras los teclados o la belleza andrógina del cuerpo de baile. Mira chica, que me voy a cenar.

También os digo que no sé demasiado bien de qué me sorprendo tras ver a un tik-tok sin camiseta, sin pelo en el pecho pero con unos calzoncillos caros poner a bailar a la juventud en el escenario Vibra Mahou a base de autotune y letras que harían sonrojar al que escribió el libro de Ana Rosa. Retirados del ardor juvenil y con cerveza en mano nos sentimos como aquellos viejos rockeros roídos por la polilla anhelando tiempo mejores, quizás a diferencia de ellos sabemos que no volverán. Que podremos bailar cuatro o cinco clásicos, mover la cabeza con seis canciones y sentirnos jóvenes durante 90 minutos pero asumimos la verdad, ahora, en ciertos momentos pertenecemos a esas filas traseras que mira con los ojos entornado (presbicia señores) el escenario sin comprender demasiado bien qué sucede y mucho menos conocer el nombre de joven que corretea de un lado para otro pero no os pongáis de mala leche, recordad siempre que Vedder o de la Rocha hacían lo mismo hace 30 años y los modernos éramos nosotros. Cosas de la vida.

La cara menos buena se la llevó Shinova el viernes a la noche. Tras la fiesta glam de Nancys Rubias y Fangoria me tocó el toro más difícil de la faena ¿Cumplieron? No. Su repertorio y puesta en escena está trabajada y es solida pero ni era el momento y mucho menos el sonido. Durante los primeros cinco temas fue muy complejo entender a Gabriel (coño, parecía Jota en ronco). Sin duda, el concierto de los de Berriz no pasará a la posteridad.

Atlantic Fest nos permitió asistir a la consolidación de El Último Vecino. El grupo capitaneado por Gerard Alegre Dòria derrocha talento, presencia escénica y sobre todo melodías con tintes cercanos rock de New Order tras ser procesados en cualquier mercado de arrabal. Temas enérgicos, directos y reconocibles y frescos. El Último Vecino es una de esas bandas que a poca suerte que tengan terminarán siendo parte de ese circuito festivales tan endogámico que existe.

Una de las mejores cosas que hemos hecho este año ha sido asistir sin expectativas, así todas y cada una de ellas han sido superadas. Hemos vuelto a los festivales como si el covid hubiese existido, hemos vuelto a casa, con la banda sonora de siempre y ¿Sabes? La hemos disfrutado como a una cerveza tras un día de playa.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *