septiembre 17, 2024

Así suena «Cobra Filipina» de Hijos de la Psicodelia

Hijos de la Psicodelia es el proyecto personal de Mathias Salgado K., guitarra y voz de Los Telepáticos. Un proyecto con clara Do It Yourself ya que es el propio Mathias quien compone, interpreta, graba, mezcla y produce todas las canciones en su propia casa. Podría sonar a precariedad y puede que cierto aire low-cost lo invada todo pero a la vez convierte Hijos de la Psicodelia en un laboratorio perfecto para experimentar. Experimentos que ahora encontramos plasmados en «Cobra Filipina«.

«Cobra Filipina» es un conjunto de trece delirantes canciones que van desde la psicodelia (¿podríamos esperar otra cosas de Hijos de la Psicodelia?) hasta la electrónica. Letras en las que Hijos de la Psicodelia nos guía a través de imaginario en el que todo tiene cabida gracias a los diferentes relatos sobre serpientes venenosas, países exóticos, juegos peligrosos y hasta periodistas deportivos. Una colección de canciones que a priori nada tienen que ver entre si pero que poco a poco comienzan a conectar para crear un universo propio.

Desde el ‘La Muerte de Cleopatra‘, corte que abre el disco trasladándonos a la jungla, hasta ‘Eso es Todo‘ viviremos aventuras variopinta entre cobras filipinas y conflictos internos, partidos de ida y vuelta a golpe de blues; para ser sincero en la primera escucha «Cobra Filipina» me pareció una horterada lisérgica pero poco a poco las cosas cambiaron. De pronto recordé a Manos de Topo, evidentemente sin la singular voz de Miguel Ángel Blanca, y poco a poco todo comenzó a encajar. Encontrarse a Frank de la Jungla abriendo el disco pasó de ser una excentricidad a un aviso, como la pegatina de parental advisory explícit content, comenzamos así a sumergirnos entre lo que parecían extravagancias pero que como piezas de un puzle encajaban.

«Cobra Filipina» no será el disco del año, pero es que no lo pretende. Es la simpleza del día a día hecha música, una realidad que la mitad de las veces ni nos importa ni comprendemos pero que si realmente analizásemos, con calma y cariño, encontraríamos belleza, lo mismo que sucede con este trabajo. Una primera escucha extraña, una segunda que parece sorna pero que cuando fluye funciona como acompañamiento ideal, ni hiere, ni molesta, solo acompaña y a veces eso es más que suficiente.

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