diciembre 13, 2024

Así sonó Paredes de Coura 2019 (Día 3)

El camino de regreso a la ribera del Taboão sirvió para contrastar la idea del jueves y la verdad es que la desilusión era la tónica general. Sin duda habíamos depositado demasiadas ilusiones en New Order y la banda no había cumplido con las expectativas. Así que con reservas para no volver a tropezar en la misma piedra, descendimos por la ladera de Paredes de Coura para encontrarnos con los portugueses First Breath After Coma.

First Breath After Coma es posiblemente una de la bandas lusas con mayor proyección internacional, una banda que con su tercer trabajo, “NU”, se han dedicado a romper fronteras y a salir de Portugal, así, hace poco los podíamos encontrar presentando este último trabajo en Vigo y Oviedo además de distintas ciudades a lo largo y ancho de Europa ¿Pero a qué suena First Breath After Coma? Suena a oscuridad, a post-rock plagado de tintes electrónicos, suena a frío, suena a pop de corte épico ¡suena a un muro que poco a poco se cierne sobre ti y te atrapa sin miramientos!

NU” es un álbum conceptual, una película hecha música. Su duración la de un capítulo de una serie convencional: 40 minutos y en su interior diferentes escenas que se producen en forma de canción. Un concierto que demuestra el tremendo potencial musical que encontramos una vez cruzado el Río Miño, sí, First Breath After Coma nos ha conquistado sin duda.

Tras disfrutar de una propuesta tan singular decidimos tomar algo de aire y regresamos a Taboão para disfrutar de un músico al que veíamos por primera vez sobre un escenario no hace demasiado en el 17º Ribeira Sacra, un músico que responde al nombre de Jonathan Wilson.

Wilson tenía el cometido de traer por primera vez el rock a esta edición de Paredes de Coura, una tarea muy fácil para un virtuoso de la guitarra como él. Sonaba su Fender y el mundo que conocíamos hasta el momento desaparecía, ‘Trafalgar Square’ era el comienzo de un concierto en el que el californiano repasaría buena parte de su discografía. Jonathan Wilson representa la América tranquila, aquella que sigue cantando a favor de la paz y la unidad, heredero del espíritu de Woodstock, de la psicodelia y del amor libre Wilson llenó de clasicismo rock la tarde el viernes y nosotros, de buena gana, lo disfrutamos.  

De vuelta al escenario principal nos encontramos a Deerhunter. Sin duda se trata de una de las bandas más interesantes del panorama independiente actual, liderados por Bradford Cox son capaces de aglutinar en su propuesta desde el dream-pop hasta el post-punk más industrial, acercarse a Deerhunter es igual de estimulante como de complejo. Los de Atlanta llegaban a Paredes de Coura con nuevo trabajo bajo el brazo, “Why Hasn’t Everything Already Disappeared”, pero no dudaron en revisar sus ya clásicos ‘Helicopter’, ‘Futurism’ o ‘Desire Lines’ en un concierto calculado y cuidado hasta el mínimo detalle que nos obliga a transitar entre la ilusión y el pesimismo pero que nos dejaba una sensación bastante aséptica: indiscutiblemente presenciamos un gran concierto pero en ningún caso nos fundimos en él. 

Sonaba ‘Come Together’ y algo comenzaba a suceder en el escenario principal, Spiritualized salían a escena con una disposición más propia de un coro evangélico que de una banda de rock o shoegaze. Como si se tratase de una celebración pagana 26000 cuerpos comenzaban a agitarse al ritmo de los compases hasta llegar a un éxtasis colectivo al sonido de ‘On the Sunshine’. Sobre el escenario una representación calculada como un ataque terrorista liderado por Jason Pierce quien desde la tranquilidad de su silla es capaz de llegar a convencer a todo un auditorio para ponerselo a su servicio. Sin duda la mejor antesala de lo que estaba por llegar.

Porque si un nombre sobresalía en este tercer día era el suyo: Father John Misty, alter ego de Joshua Tillman tras su salida de Fleet Foxes. Si Spiritualized nos marcaba un camino Father John Misty era nuestro guía. La propuesta de Tillman puede llegarnos más o menos pero sin lugar a ninguna duda estamos en presencia de un compositor que derrocha carisma y sensualidad a partes iguales: un traje oversize, una camiseta blanca, gafas de sol y unos slippers es la única vestimenta de una voz prodigiosa, el traje del trovador del siglo XXI.

Siempre he sostenido que la perfección no existe, que siempre podremos encontrar un detalle que mejorar, una nueva vuelta de tuerca, un más difícil todavía… y lo mantengo aun reconociendo que el concierto de Father John Misty se acerca a ese punto imposible. No solo por la presencia y voz de Tillman, sino además por la excelsa banda con la que se rodea y que dotan a sus conciertos de un aire épico dotando a temas como ‘I Love You, Honeybear’ en auténticas declaraciones de amor a la altura de muy pocos crooners de la actualidad. 

Así, mecidos por la voz de Father John Misty, abandonamos la Praia Fluvial do Taboão sabedores que el final ya estaba a la vuelta de la esquina pero hasta ese punto aún quedaba mucho que disfrutar.

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