Yo, Gerard. (así con punto como las contabilidades apuntadas en dietario) llegan desde Bilbao y lo hacen tras muchos años los escenarios en diversas formaciones vizcaínas. Ha sido esta primavera cuando la banda ha decidido presentar «Silencio, Hoy se Rueda» un LP debut de unos músicos veteranos. Un trabajo cargado de ilusión y luminosas melodías que nacen desde el piano de David Lamíquiz, un hombre polifacético para el que la música y la vida se unen para dar lugar a uno de los trabajos más interesantes del panorama pop estatal.
Pregunta – Lo primero es agradecerte esta pequeña entrevista, sabemos que entre la música y el día a día no sois una banda que pueda perder el tiempo.
Respuesta – Afilamos el lápiz pasada la media noche, con los niños dormidos. Somos de tercer tiempo, como en el Rugby. Las cervezas y los ensayos pasadas las 21h, tras trabajos y familia. No, en serio, ¡gracias a vosotras por este espacio!
(P.) – Y ahora que ya hemos roto el hielo comencemos a jugar ¿Por qué ahora? Después de tantos años en la música, ¿qué os ha llevado a iniciar este nuevo proyecto?
(R.) – Tengo un buen amigo, socio de Nuncamás!, nuestra recién extinta promotora de conciertos, que me solía decir que sin banda y sin componer me veía muerto en vida. Al final tuve que hacerle caso. Supongo que había nuevas cosas que contar, y que era el momento ideal para hacerlo.
Pongo en marcha mi tercer proyecto propio (tras Whitewood y Yo, náufrago), porque no hay dos sin tres, y porque tenía muchas ganas de trabajar con gente nueva a mi alrededor, como son Josu (bajista), Iñigo (batería) y en parte también Andoni (guitarra), quien ya me acompañaba en Yo, náufrago.
(P.) – ¿Se podría decir entonces que sois ‘los brotes verdes’ del mundo de la música?
(R.) – Seguro que las canciones pueden sorprender a más de uno/a. Quienes las han escuchado hablan de temas frescos, variados, de un LP que se escucha del tirón. ¡Y eso ya es bastante!
(P.) – Es cierto que ya no sois unos chavales que se suben por primera vez a un escenario. Sois conscientes de cómo funciona el mundo de la música ¿Yo, Gerard. es una vía de escape de la realidad o una manera de reflejar la realidad desde un punto de vista artístico?
(R.) – Ambos, quizás. El escenario es la válvula de escape, es adrenalina, energía pura. Pero por el contrario, el componer en el salón de tu casa, con tus niños alrededor o con el volumen al ‘1’ mientras la familia duerme, o trazar letras en tu cuaderno, eso va más allá. Es condensar en un pasaje de cuatro minutos tus vivencias, recuerdos, heridas. Escuchar a los hijos de tus amigos cantar tu canción es hacer legado «para que no se nos lleve el viento«, como suelo decir.
(P.) – David, eres el responsable en primera instancia de la canciones y me dicen conocidos en común que llevabas casi una década sin sentarte a escribir. ¿Qué te ha llevado a sentarte de nuevo ante el piano?
(R.) – Había acumulado bastantes letras, reflexiones, esbozos de canciones que no acababan de cristalizar. En verano de 2016 me puse con ello en serio y mi amigo y productor Jagoba Ormaetxea me animó a ponerles el lazo y registrarlas. En enero de 2017 Yo, Gerard. ya estábamos ensayando y en noviembre las grabamos en el estudio TAOM, del propio Jagoba.
(P.) – ¿Podríamos entonces decir que «Silencio, hoy se rueda» es un álbum de fotos de lo que ha ido sucediendo en tu vida desde Yo, Naufrago?
(R.) – Efectivamente. Son las polaroids de esta última década. Estoy en un momento radicalmente distinto. Si Yo, Náufrago era un disco compuesto desde el desamor y el rencor, «Silencio, hoy se rueda» nace del agradecimiento, desde lo bello (aunque también desde el dolor), desde el reconocimiento a la familia y la amistad. Somos afortunados. Y de momento no he parado de disparar fotos, van surgiendo nuevas canciones que ya estamos empezando a trabajar en el local.
(P.) – Reconozco que cuando el elepé cayó en mis manos tenía ciertos recelos, todo eran buenas críticas y eso, quieras que no, echa un poco para atrás pero le di al play y sonó ‘Cuando por fin te hayas ido’, en ese momento aluciné y mucho. Debo decirte que el disco tiene un comienzo que bien podría firmar Benjamin Clementine.
(R.) – Eso que apuntas es precioso, y puedo entender la referencia a Benjamin en la utilización del piano (en canciones como ‘I wont complain’, por ejemplo). Pero esa voz y esas canciones… es inigualable, sería elevar demasiado las expectativas del oyente.
(P.) – Pero esa no fue la única sorpresa del disco. ‘Aceptamos jugar a los dados’, un tema que comienza de una manera muy intimista pero que va creciendo hasta convertirse en una verdadera fiesta. Un tema que nos lleva a recorrer el norte del estado, escuchando Wilco a todo trapo… Sin duda podría ser la crónica de una gran viaje.
(R.) – De hecho ‘Aceptamos jugar a los dados‘ es un viaje largo. Supongo que uno de los más bonitos que se pueden realizar.
Comienza cuando asumes el compromiso con tu pareja de ser padres, y va proyectándose hacia el futuro, con tu niño en brazos, los primeros cuentos en la habitación… y musicalmente va convirtiéndose en una gran fiesta. Coldplay siempre me han gustado. Sobre todo aquello de disparar confeti. Siempre he imaginado esta canción como una gran fiesta, una celebración.
(P.) – Por cierto, ¿quién es el enano que os acompaña cantando eso de lo mejor en el tramo final del tema?
(R.) – Son Martín y su amigo Jon «txikia» (así le diferencia de Jon «handia», amigo de sus aitas). Cuando teníamos grabado el disco aprovechamos las fiestas de navidad para juntar a buenos amigos en el estudio y así grabar coros en esa canción y otras. Ellos cantaban con nosotros, y ahí quedó reflejado. ¡Son las nuevas voces que nacen!
(P.) – Y siguiendo con la comparaciones, siempre odiosas, ¿cuántas veces han comparado a David Lamíquiz con Iván Ferreiro por ese falsete tan personal?
(R.) – Muchas, ¡muchas! A Iván Ferreiro le he prestado un teclado para tocar en la radio, le hemos organizado conciertos, pero no he tenido la valentía de decirle: «tío, siempre me comparan contigo, déjame telonearte«.
(P.) – Con este debut os habéis puesto de largo de la mejor manera posible: llegando a una final en el prestigioso Bilborock, que celebraba su 30a Edición, y en la que Josu ha sido nombrado mejor bajista en la categoría Pop-Rock ¿cómo ha sido la experiencia?
(R.) – Eso de que tu tercer concierto sea en las semifinales del Villa de Bilbao como que excita y a la vez asusta un poco. Te subes al escenario de un concurso que ha sido referente toda tu vida. De adolescente acudía al Villa y pensaba, ¿me llegaré a subir yo ahí? Y de repente llega el día y todo pasa demasiado rápido. Para nosotros fue la presentación ante la parroquia bilbaína. El debút en San Mamés. ¡Una gozada!
P. – Pero en «Silencio, hoy se rueda» no todo son novedades. Uno de los ocho cortes de este trabajo es una versión de otro de las bandas de culto de la escena bilbaína, Señores (hablamos de ‘Democracia Enferma’). David, sabemos que tienes muy buena relación con sus componentes, ¿Este tema es un homenaje o funciona como una toque de atención a modo de «ya es momento de sacar algo nuevo»?
(R.) – Tenía claro desde el principio que en el disco iría una versión de Señores, pero no sabía cuál. Probé varias al piano y me decanté por ‘Democracia Enferma‘ permitiéndome el lujo de llevarla completamente a mi estilo. Ellos me dieron permiso. Somos muy buenos amigos. Julen y Claudio tocaron en Yo, Náufrago, la amistad con Guille va más allá (aunque la vida ahora nos tiene un poco separados y le echo de menos) y a Goiko le admiro mucho ¡Eso ponlo en negrita!
Prácticamente me considero «el quinto señor», porque a menudo me animan a subirme al escenario con ellos y por la afinidad que tenemos.
(P.) – Para ir poniendo fin a esta entrevista, como diría Broncano, llega el momento de la promoció ¿Dónde podremos ver a Yo, Gerard.?
(R.) – Ahorita a final de año organizamos una fiesta de navidad en Bilbao que aún está por anunciar. ¿La fecha? El 27 de diciembre. ¡Habrá regalos de Olentzero para todos!
Y en febrero tenemos un fin de semana muy ilusionante acompañando la gira de Prexton, que se acerca al norte. El 8 de febrero, viernes, estaremos en La Casa de las Musas, en Burgos, y el 9 de febrero, sábado, en el Cotton Club de Bilbao. Ahí jugaremos en casa.
(P.) – Muchas gracias por tu tiempo David
(R.) – ¡Muchas gracias! Eskerrik asko!