En 1994 José Luis García Sánchez estrenaba su película Suspiros de España (y Portugal), ahora, 24 años después somos nosotros los que suspiramos por Portugal, concretamente por el maravilloso Vodafone Paredes de Coura.
Para quienes no sepáis de qué hablamos os diremos que este festival cuenta con uno de los carteles más interesantes de todos los festivales europeos. A lo largo de sus más de 26 años de historia ha subido a sus escenarios a grupos como Pixies, Nick Cave, PJ Harvey, Coldplay o Foo Fighters. Se trata de un evento que se desarrolla en un entorno tan especial como una pequeña aldea del norte de Portugal, teniendo como epicentro la Playa Fluvial de Taboão. En esta, su vigésimo sexta edición, nos sorprendía con un cartel en el que destacaban Arcade Fire, Slowdive o Fleet Foxes pero en el que pudimos encontrar mucho más como a continuación veréis.
Porque sí, la primera sorpresa llegaba pronto, concretamente con la presencia del primer grupo sobre el escenario Vodafone: GrandFather’s House quienes llegados desde Braga nos anticipaban una tarde plagada de rock. Una banda que nace en 2012 de la mano de Tiago Sampaio con un formato one-man band pero no tardó demasiado en crecer hasta alcanzar la formación actual con la voz de Rita Sampaio y la batería de Ana João Oliveira a quienes se ha unido Nuno Gonçalves en «Diving«, el último trabajo hasta el momento. Un disco que partiendo de conceptos del rock progresivo pasea por territorio más propios del synth-pop. Sin duda una buena muestra de lo mucho y bueno que tiene que ofrecernos el país vecino.
Tras ellos el escenario fue para el neozelandés Marlon Williams, uno de los artistas emergentes del momento a nivel mundial, dueño de una voz personal bebe del bluegrass, el folk y el country, unas influencias que se concentrar en «May Way for Love«, un último trabajo sobre el que se articuló su concierto en el festival.
Así entre baladas y sonrisas nos dirigimos a uno de los directos más interesantes de esta primera jornada: el de Linda Martini, que para los que aún no os suene el nombre os debemos decir que nos encontramos frente a una de la bandas portuguesas de referencia. Con 15 años sobre los escenario Linda Martini son dueños de un sonido propio, de cadencias post-rock y punk con la singularidad de mantener como lengua el portugués. Una mezcla que consiguen que sus temas en directo transiten desde la brutalidad de su muro sonora y la melancolía de su idioma. En esta ocasión la banda se subía al escenario principal y es que antes de llegar al escenario grande han pasado por los pequeños conciertos que se celebran en el pueblo y por el escenario secundario del festival y lo hacían para presentar su reciente trabajo homónimo editado el pasado mes de febrero
¡¡¡Y qué directo!!! Contundente, enérgico, plagado de distorsiones y guitarras y sobre todo un bajo que marca el ritmo de los latidos de la banda y que responde al nombre de Claudia Guerreiro. Una cita que sin duda ha hecho nuestras delicias y las de buena parte de un auditorio que ya presentaba una bastante buena entrada para tratarse de un miércoles.
Es interesante su estructura sobre las tablas. Como hemos dicho el bajo marca el ritmo pero la banda ha conseguido que ninguno de sus integrantes tenga un peso mayor en su puesta en escena, en la misma línea sobre el escenario y con su propio espacio para su desarrollo individual como músicos. Una banda que se ha convertido en una de nuestras favoritas y que esperamos encontrar en festivales estatales en próximas temporadas.
Nuestro primer día en la Playa Fluvial de Taboão se cerraría con los prolíficos King Gizzard & The Lizard Wizard. Rock psicodélico de los setenta, un directo arrollador y una sonoridad que no deja de crecer tema a tema. Reconozco que encaraba el concierto con ciertas reticencias pero tras asistir al mismo debo decir que King Gizzard no te dejarán indiferente parece que hayan decidido romper cualquier norma establecida y buscar el todavía-más-difícil. Una actitud contagiosa que el público agradece y a la que se une así asistimos a los primeros pogos del festival y crowdsurfing, a la locura desatada.
Así terminaba para nosotros una primera jornada que demostraba cuánto (y qué bueno) nos tiene que ofrecer Portugal y lo poco que aún conocemos.