diciembre 2, 2024

Así sonó PortAmérica 2018, viernes

Cuando lees en un cartel Vetusta Morla sabes que esa jornada será el «día grande del festival«, ya no por la calidad musical o el espectáculo sino por las hordas de gente que mueve la banda madrileña y que concierto tras concierto son capaces de agotar todas las localidades disponibles. PortAmérica no fue una excepción y el efecto Vetusta se cumplió, así, horas antes de la presencia de los madrileños en el escenario decenas de fans de ya encontraban ocupando su espacio en primera fila.

En esos momentos, cuando ves a jóvenes sentados de espaldas al escenario cinco horas antes del concierto de «su» banda favorita piensas para ti: bien jugado EsmerArte, el cambio de recinto ha sido un acierto, esto en el Porto do Molle hubiese terminado en tragedia o por lo menos un más de media docena de insolaciones.

Para nosotros la jornada comenzaba asistiendo al tramo final del concierto de los venezolanos La Vida Bohême, dueños de un Grammy Latino por su anterior trabajo «Será» y que llegaban a la Carballeira para presentar «La Lucha«. En ese momento al otro lado del recinto atisbamos a un colega que nos hacía aspavientos y luchaba con codos y uñas con los morliers, vetusters o como se hagan llamar los fans de Vetusta Morla. A diferencia de ellos su objetivo era diferente, lejos de los sonidos rock-pop de los madrileños él se quería sumergir en el electropop de los mexicanos Miranda! quieres hacían suyo el escenario SON Estrella Galicia.

Debo reconocer que no estaba preparado para el espectáculo al que iba a asistir: allí, en el escenario aparecían Ale Sergi y Juliana Gattas con una clara intención, hacernos bailar. Así nos encontramos dentro de un vendaval pop más cerca de Eurovision que de un festival indie pero ¿sabéis? Reír nos reímos un rato, que al final es de lo que se trata. Tras una hora de baile y fiesta cruzamos la Carballeira para acércanos a ver a Neuman. Un concierto que polarizaba al grupo donde me encontraba y es que todos conocemos los como pude llegar a ser un directo de Neuman.

Por primera vez las guitarras sonaban de manera atronadora en el festival, quien de un plumazo comenzaba a recordar tiempos pasados de Cultura Quente y rock de afiladas guitarras. Sobre el escenario Paco Román no hacía más que dar muestras de lo compacta que se ha hecho Neuman desde la publicación de «Crashpad«, funcionan como una máquina totalmente engrasada y golpean de manera contundente. En ese momento el concierto de Neuman era el mejor de PortAmérica 2018, ahora, días después no dudo en decir que si no se trató del mejor sí forma parte del TOP3 de esta edición del festival. Un concierto que se nos hizo corto y que bajo ningún concepto queríamos que terminase.

Con el recinto ya lleno nos dirigimos al concierto de Viva Suecia. Sobre el escenario diversas columnas de luz apagadas, luces de ambiente, humo… y de golpe oscuridad que desaparecía a golpe de ‘Piedad‘. Viva Suecia era una de las bandas indies de mayor crecimiento en los últimos tiempos pero hoy, en julio de 2018, ya ha roto esa etiqueta de «prometedora banda«, Viva Suecia juega en ligas mayores, ligas a las que solo están invitados los elegidos y lo hacen desde modestia sabían que lo suyo ha sido una carrera de fondo. Pueden ofrecernos conciertos que nos gusten más o menos pero Viva Suecia es una de esas bandas que no se guardan nada en cada show, salen a darlo todo y a vaciarse y se nota, se nota mucho. Este es el punto intangible, el quid de porqué bandas funcionan y porqué no: porque no tocan en «piloto automático«, son esas ganas de demostrar que cada concierto es único y eso Viva Suecia lo tiene.

Fue, tras el concierto de Viva Suecia, que decidimos hacer un alto en nuestro PortAmérica y coger fuerzas para lo que nos venía encima; y es que Vetusta Morla estaba a punto de hacer suyo el festival. Con una puesta en escena de la que no habíamos podido disfrutar en Porto arrancaron con ‘Deséame Suerte‘ tal y como viene siendo habitual en este tour Mismo Sitio, Distinto Lugar. Habituales son los clásicos como ‘Maldita Dulzura‘, ‘Valiente‘ o ‘Copenhague‘, así como los discursos en los que Pucho, en nombre de la banda, rompe una lanza a favor de las mujeres y señala el maltrato que sufren por parte de una sociedad (y una industria musical) eminentemente masculina.

Como he escrito en la crónica del asfixiante concierto de los madrileños en Porto: Vetusta Morla es una banda que arrasa allí por donde va, que hace felices con bailes y canciones a sus seguidores y que nunca les defrauda. Una banda que demuestra año tras año en cada visita que el idilio entre Vetusta Morla y PortAmérica (extiendase a Cultura Quente) es un hecho, dos proyectos que siempre se han dado la mano, que han crecido y que han superado objetivos juntos. Muchos pensaréis que este comentario es quizás excesivo pero no, no es así. Aquí, en Galicia, en la Rías Baixas, y es que los de Madrid juegan en casa y es que el proyecto no solo son los músicos que cada noche suben al escenario sino el equipo que en su camino les acompaña así Vetusta Morla supura salitre de las rías.

A nuestro viernes festivalero ya solo le quedaba la presencia de WAS quienes desde Bilbao nos proponían bailar a quienes después de Vetusta Morla continuamos en la Carballeira. Tras ellos decidimos caminar al parking saboreando aún el gran concierto de Neuman, el esfuerzo de Viva Suecia y la colosal máquina que es Vetusta Morla.

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