Jenny and the Mexicats se han ido labrando una importante carrera a lo largo de los años gracias a su música de carácter festivo que no teme en unir influencias que fluctúan entre el flamenco, el rock británico y los tintes sudamericanos. Con un eclecticismo único y tentador, Jenny and the Mexicats han girado por América y Europa, llenando allá donde han pisado, enamorando oyentes a lo largo y ancho del mundo.
Hace unos meses presentaron “Mar Abierto”, su tercer larga duración y el más maduro hasta la fecha. Hablamos con Pantera, miembro de la formación, para que nos dé más detalles acerca de este álbum.
A lo largo de “Mar Abierto” se habla de melancolía, de nuevos lugares, de amor… ¿Cómo ha sido vuestro último año? ¿Quiénes escriben las letras?
Las letras, si son en español, las escribimos David y yo, si son en inglés las escribe mayoritariamente Jenny. Hemos vivido en los tres países de los que somos (México, España e Inglaterra) durante mucho tiempo y viajar y cambiar de país, no estar nunca con la gente que quieres por culpa del trabajo… Eso se ve mucho en ‘La Primera Despedida’ y en muchas partes del álbum.
¿Cuánto tiempo os ha tomado hacer este trabajo? Han pasado dos años desde que se publicara vuestra anterior referencia.
Como te decía, no paramos para hacer composición. Lo que hacemos es que entre gira y gira, en aeropuertos y hoteles, nos ponemos a escribir y componer. Estos últimos años han sido una locura porque también intentamos hacer volar con nosotros al productor para que fuera dándole forma al producto. En el último año o año y medio fue cuando empezamos a ver arreglos y letras.
Es curioso que el disco se llevó a cabo de forma precipitada, sin embargo el sonido se nota más reposado y maduro en comparación a los anteriores. ¿Qué tiene de diferente este trabajo?
Como tú has dicho, es más maduro. Siempre tenemos un guiño a la fiesta y la locura, pero es cierto que en este disco hemos apostado por letras más profundas y ritmos que no habíamos utilizado antes. No baladas, pero sí un rollo más flamenco con muchos guiños al folk británico, a los huapangos mexicanos… Tiene ese rollo sin dejar atrás la fiesta. Hemos hecho una cumbia en inglés, un reggae en español, un merengue… Cosas que no habíamos probado nunca.
Centrándonos un poco en el apartado técnico, quería decir que tiene una mezcla muy buena y se nota que se cuidan muchos los detalles, sobre todo la transición entre ‘Tanto Tiempo’ y ‘Under My Skin’. De nuevo me llama la atención que este cuidado se haya tenido mientras el álbum se cocía en las condiciones que me comentabas.
Todos nos conocimos en una época en la que no existía iTunes ni Spotify. Recuerdo que antes tener un disco era un logro y lo escuchabas tema tras tema. Ahora la gente compra el sencillo o el tema que le interesa dejando el resto sin escuchar. Siempre quisimos pero nunca tuvimos el valor de hacer un disco conceptual con una temática. El primer disco era una recopilación de temas con los que dijimos “Vamos a lanzarlo y que sea lo que Dios quiera”. Con el segundo tuvimos la movida con el manager de México, desde entonces somos independientes y provocó que no nos centráramos en eso. Pero con este álbum teníamos muy claro que se iba a llamar “Mar Abierto” y que iba a estar unido por la temática del agua, gotas, frases y referencias. Fue muy fácil pasar a ‘Under My Skin’ dándole ese toque, luego del metal/flamenco que tenemos (Risas) con el latido del corazón que luego marca el ritmo de la bulería… Se notan mucho las armonías también, con transiciones muy suaves que permitieran escuchar el álbum de principio a fin.
¿Puede ser que el hecho de ser independientes lo que haya permitido que incluyáis estos detalles y una canción específica para los créditos?
No es tanto el no tener que darle explicaciones a nadie. Yo soy muy fan del diseño gráfico y los tatuajes, siempre me ha emocionado. Para la portada hemos contado con el trabajo de un buen artista y amigo de Almería, un grafitero muy bueno que es conocido en España, se llama Malakai. Entonces cuando vimos el arte del disco nos flipó, colaboramos haciendo varios diseños. Le pasé el logo de la banda, que es el gato tuerto, y decidimos mezclar esos detalles pequeños en todo el arte. Ahora, volviendo a lo de los agradecimientos, cuando vimos el resultado final del graffiti y de cómo quedó la portada, nos dio muchísima pena tener que ponerle muchas cosas encima de agradecimientos, decidimos dejarlo limpio. En lo que respecta a las letras, decidimos hablar con el artista para ver cómo se veía estéticamente correcto, algo que no pasaría si poníamos “Gracias a mi mamá, a papá y quién sea”. Propuse hacer unos agradecimientos hablados para evitar todo eso.
Has hablado antes de todos los estilos que manejáis en el álbum. ¿A quién me podrías señalar como influencias? ¿Se te ocurren otros grupos que lleven esta mezcla como vosotros?
El secreto de que tengamos tantos colores y sabores se debe a que ninguno venimos de las mismas influencias o el mismo país. Venimos del jazz, el flamenco, el son cubano… Si alguna vez te subes en la furgoneta con nosotros verás una pelea terrible a la hora de decidir la música que se pone (Risas). En lo personal, no soy muy fan de la música que escucha Jenny y viceversa. Está bien el folk inglés para un rato, pero tampoco para pasarse. A mí me gusta Camarón, Paco de Lucía, Sex Pistols…
En Spotify tenéis cada uno una playlist con la música que escucháis y es cierto que os diferenciáis mucho. Por mi parte tiro al estilo que prefiere Jenny.
Eso para tenerlo de fondo o para cenar está guay, pero para escucharlo me duermo (Risas). Joni Mitchell y todo el folk británico, Paul Simons… Me aturde después de un rato (Risas).
Es curioso que tú seas de México y consigas transmitir tanta influencia flamenca en vuestra música.
Esta influencia viene de familia. Trabajé muchos años en un tablao flamenco y mi mujer es bailaora, de Almería. Mi padrino es gitano… Siempre he tenido influencia del flamenco en mi vida. Aunque en lo personal me guste mucho el punk rock y el metal, todo esto era lo que se escuchaba en mi casa de pequeño.
Cabe preguntarse, ¿cómo os conocisteis?
Estaba trabajando en un tablao hace diez años y a Jenny la llevaron de turista. Allí se hizo una herida y yo le di una tirita. En ese momento el técnico de sonido era Icho. Se pusieron a hablar y comentó Icho que él tenía un grupo de rockabilly y Jenny dijo que cantaba. Entonces nos juntamos para hacer una jam y, como todos los músicos, nos pusimos a beber y salieron cosas extrañísimas (Risas). Yo tocaba unos tangos, los mezclábamos con ritmos de ska y Jenny cantaba en inglés, yo hacía coros en español… Jenny iba a tocar en Londres en un festival como cantautora y nos dijo de tocar algo de esto con ella. Le hacía falta batería, pero yo sólo conocía percusionistas y gente que tocase muy bien el cajón. Le presenté uno y le gustó la idea, porque además, como no tiene mucha potencia vocal, no resultaba tan intrusivo como una batería. Nos fuimos los cuatro y desde ese día nos gustó lo que estábamos haciendo.
Ahora estáis de gira en España, pero venís de tocar por Europa. ¿Cómo se acepta vuestra música en países como Alemania? No es un estilo al que puedan estar tan acostumbrados en ese tipo de zonas.
Después de nueve años empezamos a ser perros viejos y sabemos qué hacer en cada país. Por ejemplo, estuvimos en Bolivia y eran todo estadios. En México hacemos un estadio una vez al año si acaso. En Bolivia querían más cumbia, bachata, algo más bailable. Como tenemos tantos géneros, canciones y tantas variaciones, porque las canciones que tenemos las podemos hacer más de pachanga o rumba canaria, nos permite ser más versátiles. En Bolivia vamos a la cumbia, en Inglaterra y Alemania vamos al indie flamenco, en Estados Unidos vamos al estilo más de Jenny y en España sacamos todo lo que no podemos ocultas y metemos rumba y ska en plan hooligan (Risas).
¿Planes de futuro a largo y medio plazo?
Estamos viendo que llevamos mucho tiempo en México. Y allí nos va muy bien, pero queremos abrirnos a nuevos mercados. Esta es la cuarta vez que venimos a España a hacer una gira. Empiezan a verse las cosas muy bien, los festivales nos reciben muy bien, en Alemania las cosas van geniales… Lo que queremos es, tarde temprano, sino regresar del todo a Europa, estar más de dos meses, hacer giras más largas… Además, la mayoría tenemos la familia en España, así que agradeceríamos seis meses aquí, un par en Estados Unidos, algún tiempo en México… No dejar de movernos, en definitiva.