Mentiríamos si dijéramos que no tenemos predilección por el Festival Gigante, organizado desde hace cuatro años en el Estadio Fuente de la Niña de Guadalajara. Festival de ambiente familiar donde los haya, tanto por el tipo de asistentes que logra reunir (desde jóvenes y no tan jóvenes, a familias con niños), como por el personal que nos atiende (camareros, taquilleros y gente de la organización en general). Es precisamente esto uno de sus puntos fuertes además del hecho de ser uno de los últimos festivales de la temporada estival, con el que podemos, de alguna manera, entrar con fuerza en el tan temido mes de vuelta de vacaciones como es septiembre.
Sin grandes aglomeraciones y con un ambiente buenrrollero que se respira por doquier, el Festival Gigante de esta temporada se celebró los pasados días 1 y 2 del presente mes, con una disposición muy parecida a la edición del pasado año: dos escenarios principales enfrentados (Escenario Gigante y Escenario Guadalajara) y uno más pequeño (Escenario Talento Gigante) cercano a la zona de restauración.
Un gran acierto el 2×1 en consumiciones entre las 17.00 y las 19.00 a modo de happy hour, iniciativa que consideramos muy acertada para motivar al público a asistir a los primeros conciertos, como el de Beluga, ganadores del concurso de bandas que se organizó para dar visibilidad a bandas emergentes.
El grueso de los asistentes llegaba entre los conciertos de Depedro y Niños Mutantes en la primera jornada del festival, presentando estos últimos su último disco “Diez” con una fuerza arrolladora, sostenida por un poderoso bajo con ligero overdrive y reforzada con sencillos riffs de guitarra con gran pegada y de estilo británico.
Toman el testigo los catalanes Love of Lesbian, uno de los grandes de la propuesta musical del día. La voz del carismático Santi Balmes sobresale por encima de la mezcla general, lo cual genera una lucha interna entre mi “yo” músico y mi “yo” lógico. ¿Qué es lo que hace cantar al público? La letra. Pues ésta tiene que sobresalir por encima de todo. Lógico, ¿no?, aunque esto no logre contentar al músico que llevo dentro. Sin embargo, por la manera en la que veo a la gente vivir las canciones, un gran número pertenecientes al sobresaliente disco “1999”, todo esto no importa: lo estamos pasando en grande.
Fuel Fandango, otra de las grandes atracciones del día, termina de revolucionar al personal con su flamenco fusión, adornado con un atrezzo andaluz de una elegancia exquisita. Los sencillos loops electrónicos junto a una batería y un bajo muy bailables pegan a la perfección con la impresionante voz de Nita, que agradece una y otra vez el calor recibido por parte de los asistentes.
Grupos como Alex O’Dogherty & La Bizarrería, Shinova, y Embusteros cierran, junto a los Ochoymedio DJs el primero de los dos días del festival.
El sábado tiene lugar un concierto muy especial de los Idealipsticks, que ponen fin a su etapa como banda, cerrándola con un emotivo abrazo final de Eva y Jave. Lejos de entristecernos, nos venimos arriba con León Benavente, que consigue algo muy difícil a unas horas todavía diurnas: hacer saltar y bailar a todo el festival con su imponente directo en el que no faltan sus temas más aclamados: ‘Tipo D’, ‘Ser Brigada’, ‘La Ribera’, o ‘Ánimo, Valiente’, entre otros.
Se suceden directos de artistas nacionales como Coque Malla, e internacionales como Nada Surf, poniendo el toque calmado un Iván Ferreiro que reúne a una gran cantidad de asistentes, a partir del cual vemos como el público va reduciéndose en número a medida que pasan por los escenarios bandas tan dispares como Los Punsetes, The Gift y Kokoshca, poniendo la guinda al pastel Supreframe VDJ para terminar la fiesta.
¿Qué más decir del Festival Gigante? ¡Sólo desearle que cumpla muchos más!
Fotografía: Patricia Ripple para el Festival Gigante