Cuando era pequeña mi padre me regaló tres biografías sobre tres grandes mujeres. Las leí y empecé a interesarme por el tema y a buscar sobre otros iconos femeninos, así di con esa mexicana que siempre es asociada por un entrecejo. Ahora, mi prima Belén me regaló: Frida Kahlo. Una biografía (María Hesse. Editorial Lumen). ¿Por qué leer este libro?
Por su documentación. La autora ha sabido recoger toda una intensa vida de forma clara y concisa, profundizando en detalles ya conocidos y descubriendo nuevos aspectos. Un plus es que no pasa de forma rápida por la niñez de Frida, sino que la dota de la misma importancia que su adultez para que podamos empatizar y comprender tanto los futuros actos de la pintora como su destino, ese que a veces no podemos cambiar. Escrito en primera persona, el libro consigue trasladarnos a su niñez y a esos años 30, 40 y 50; además y, por si fuera poco, se nos regalan pensamientos y maravillosas citas que hoy día recordamos: “Bebía para ahogar mis penas, pero las muy desgraciadas aprendieron a nadar”.
Por sus ilustraciones. Dicen que una imagen vale más que mil palabras y sin duda María Hesse lo confirma. Con reinterpretaciones de la obra de Frida, así como ilustraciones propias de la autora para dar más énfasis a lo escrito en las páginas, el libro, en su conjunto, consigue una conexión total entre los sentimientos de Frida Khalo y los de quién lee. La ilustradora te hará viajar por un arte lleno de personalidad, donde se demuestra que Frida pintaba guiada por el corazón, ya que su obra es la máxima expresión de sus vivencias. Hesse ha hecho un gran estudio y reflejo de la pintura Kahlo; imágenes coloridas, con trazos finos y miradas llenas de pasión y dolor por la vida a partes iguales.
Por el aprendizaje. Es una biografía que te enseñará a mirar la vida con otros ojos. Frida sufrió, pero demostró fuerza. Frida lloró, pero encontró en la pintura su desahogo. Frida vivió en una época difícil para las mujeres, pero revolucionó. Demostró que las desavenencias son parte de la vida, pero se puede contra ellas; a veces de forma consciente y otras inconsciente, tal vez porque el mundo se merecía que su legado fuera lo mayor posible. María Hesse nos enseña el afán por vivir de Frida desde que era una niña, un afán que intentaba reflejarlo en los demás -animando a su hermana a vivir su propia vida, viviendo la dureza de la Revolución Mexicana…-. Nos muestra la cara amarga de la existencia de la mexicana, pero la valentía de experimentar y ganas de aprender y ser parte del mundo, aunque ese mundo te diga que no puedes. Se puede y ella lo demostró.
Por su humanidad. Todos conocemos en menor o mayor medida la historia de (des)amor entre Frida y Diego. Era una mujer brava, pero también humana. Amó y le dolió, algo que todos hemos vivido. Vivió bajo el yugo de alguien que la dañó emocionalmente de forma terrible, aun así, ella era incapaz de separarse de él. Probablemente te pondrás en su piel cuando leas esta tormentosa relación amorosa, pero te jurarás que no dejarás que tu vida pase por ahí. Con este libro serás parte de la enfermedad que arrasó con parte de Frida y como ella a veces se agarraba férreamente a la vida y otras pensaba en soltarse. Conocerás su instinto revolucionario y social, pero también uno tan humano como el sexual.
La Casa Azul, León Trotski, Pablo Picasso, los murales, atuendos mexicanos, la portada de la revista Vogue, dolor, pinceles, autorretratos, flores y hasta una receta son parte de esta magnífica obra. Un viaje desde Coyoacán hasta, como se define entre las páginas, Gringolandia. Más de cien páginas equilibradas entre luces y sombras; te perderás entre hojas descubriéndote a ti mismo/a empatizando, sintiendo, apoyándola, deseándole lo mejor. Hasta que llega el acto final, ése que ya anticipabas, pero que la magia narrativa de Hesse hizo que olvidaras por unos instantes… e incluso en el inevitable viaje de ida interiorizas agridulcemente ese “Viva la vida”.
Sumérgete entre flores.