Si entendemos «canción ligera» por aquel formato musical libre de artificios, en el que la protagonista es la melodía, suave y armoniosa, acompañada de dulces tonos de voz y leves mezclas de instrumentos, podemos decir que loa zaragozanos Tachenko han resuelto el misterio de tan bello género.
Su último disco «Misterios de la Canción Ligera» es una mezcla entre homenaje y repaso a esas pequeñas piezas que, sin darte cuenta, te hacen (y te han hecho) viajar por caminos musicales. Caminos que, a veces, pueden llegar a parecer desconocidos y pero que siempre han estado ahí, esperando a ser descubiertos. Sergio Vinadé y Sebas Puente hacen un repaso por su propia trayectoria, tratando de buscar la melodía perfecta, algo que siempre los ha caracterizado.
Este nuevo álbum se compone de 12 temas, dos de ellos completamente inéditos, en los que se puede ser un denominador común: la sencillez hecha música. Puede que, como yo, alguien eche en falta canciones más rítmicas como lo fueron ‘Escapatoria‘ o ‘Las Flores del Mal‘. Pero, sin duda, parece que este disco tiene un propósito: dale una nueva visión a los grandes clásicos del grupo. Lo consiguen, al menos en casi todas las canciones. En algunas como ‘Mundo Apache‘ el cambio es más significativo que en otras.
«Misterios de la Canción Ligera» hace una cosa que parece sencilla, pero que, en realidad, no lo es: eliminar instrumentos. Guitarras, baterías y bajos se quedan fuera de este disco para ceder su sitio a otro tipo de acompañamientos. Flautas, pianos y coros que hacen que la melodía se simplifique y se mezcle con un dúo de voces que se saben entender a la perfección.
Podría ser un disco acústico, pero no lo es, es un disco lleno de acústica, eso sí. En él podemos encontrar grandes temas de sus primeros discos como ‘El Rey del Balón‘ o ‘Medio Normales‘, extraídos de aquel maravilloso «Esta Vida Pide Otra» (2008), primer larga duración con el que es desde entonces su sello: Limbo Starr.
De «Los Años Hípicos«, disco que vio la luz en 2009, salen gran parte de los temas que componen esta nueva reedición. No es de extrañar, ya que aquel fue un recopilatorio de los CD y LP que grabaron con Gelmar, su primera discográfica, y que configuraron los inicios de su trayectoria. A destacar ‘No Hay Nieve en Saint Moritz‘ o ‘El Tiempo en los Urales‘, dos temas que, si ya de por sí sobresalían, en su nueva versión ganan por goleada. La primera de ellas se reinventa con toques bossa nova perfectos para el verano y es, probablemente, uno de los cambios más significativos de todo el disco. En la segunda la transformación en menos notable, pero la sencillez de su nueva versión deja al descubierto una letra llena de magia y nuevas sensaciones.
Pero nuestras favoritas son ‘Vámonos‘ y ‘Sonrisa‘, dos temas que, en esta nueva edición, han ganado sobremanera. La liberación de los artificios musicales ha hecho posible que la letra destaque por encima de acordes y notas y, creedme, son letras que merece la pena escuchar.
En definitiva, «Misterios de la Canción Ligera» es un disco bonito y, sobre todo, coherente con su propósito: reinventar el sonido de la propia banda. ¿Lo mejor de todo? No dejan de ser ellos. En ningún momento piensas que estás escuchando a otro grupo que no sean Tachenko, su esencia siempre está ahí. Hay quien ha dicho que es un disco repetitivo, que las canciones son todas similares. Puede que sea cierto, sí, pero es un trabajo diferente, con el que sabes a lo que vas y en el que intuyes lo que te vas a encontrar. No son himnos de festivales, esa época ya la pasaron, son nuevas armonías hechas para ser disfrutadas en otros momentos, son, siempre, la búsqueda de la melodía perfecta.