Miss Caffeina se ha convertido en uno de los grupos bandera de los festivales este verano, y es que viendo el “Detroit” que lanzaron a principios de año, no cabe duda. Sus melodías de sintetizadores ochenteros tan fácilmente bailables y coreables tienen su cabida en el directo. Y así lo han demostrado en cada festival por el que han parado este verano: un gran número de público agolpado para verles, cantando y bailando al son que marcaba la banda liderada por Alberto Caffeina.
Pero la época de festivales ha quedado atrás y ahora tocan los circuitos por salas. Los madrileños prometían un espectáculo diferente en sus conciertos más íntimos (en comparación con festivales, claro), diseñados para una persona que pagaba por un concierto de ellos. En esta ocasión hicieron escala en Málaga, concretamente en la sala París 15 el pasado sábado. Cerca de las nueve de la noche aparecían sobre el escenario Meridian Response, grupo valenciano que está haciendo las veces de teloneros en estos últimos conciertos. Es cierto que tienen una apuesta interesante, con una vocalista de voz frágil a la par que potente mientras el conjunto destilan melodías soul que juegan con los sintetizadores y en ocasiones con la intimidad de una guitarra acústica. Como digo, sonaron muy bien, pero tal vez no consiguieron caldear del todo el ambiente. Hubo momentos en los que consiguieron que el público se entregara y siguiera los ritmos de batería dando palmas, pero en general hubo una buena quietud de respeto a la vocalista.
A las diez en punto, tal y como estaba programado, Miss Caffeina saltaron al escenario. Una parte de mí pensaba que iba a encontrar lo mismo de siempre: introducción con ‘Venimos’ y en seguida viraje a ‘Detroit’; sin embargo, fue cierta aquella afirmación de que cambiarían con respecto a los festivales. Una introducción ruidosa de sintetizadores acabó por derivar en ‘El Rescate’ y su ritmo que se apoderó de todos los asistentes. Ya nos tenían en el bolsillo. ‘Desierto’ continuó calentando el ambiente, Alberto se movía por el escenario contoneándose para acabar en explotando en el cierre de ‘Titanes’ interpretando aquella mítica ‘Maniac’.
Tras interpretar ‘Turistas’ y cerrar una introducción centrada únicamente en “Detroit”, Alberto dijo las palabras mágicas: “Ahora vamos a hacer un viaje al pasado”. Sonaron las guitarras de ‘Mi Capitán’, el público estalló de jubiló y se sumaron a las palmas tan características del tema. Con el tándem ‘Átomos Dispersos’ y ‘Mi Rutina Preferida’ aparecieron las primeras lágrimas de emoción entre el público, y es que, en concreto ese primer tema, demuestra que Alberto sabe tocar la vena sensible con sus letras.
Después de este momento en el que la intensidad y la energía dejó lugar a la melancolía, los ánimos se recuperaron con ‘Detroit’ y ‘Venimos’, tanto con Alberto y el público dándolo todo. Llegaron los guitarrazos y la complicidad entre los miembros del grupo para interpretar ‘Modo Avión’ y ‘Hielo T’, pero en seguida entró ‘Eres Agua’, que rompió la monotonía y que, además, había ganas de escuchar en vivo tras no haberla presentado en el circuito de festivales.
Pero entre tanto momento intensito hubo lugar para momentos de mayor cachondeo, y si no que se lo digan a Alberto cuando explicó el significado de ‘Gladiador’: “Es un tema que va de cuando tú estás muy cachondo y el otro no”. ¿Quién te ha hecho eso Alberto? Después de esta revelación llegó el momento de ‘Lobos’ y de cerrar esta primera parte del setlist. En seguida volvieron a salir al escenario para entonar un bis con los tres temas más representativos actualmente de la banda. Empezaron con ‘Ácido’, donde muchos echamos en falta la coreografía de su nuevo vídeo, pero siguió haciendo las delicias de todo el público. Este momento alegre fue sucedido por la crítica de ‘Oh! Sana’, con Alberto pidiendo que se enseñe que la homosexualidad es algo normal, comentario que fue del todo aplaudido. Finalmente, ‘Mira Como Vuelo’ puso el punto y final de una noche exquisita con una melodía explosiva y vigorizante que se ha convertido en un himno que no puedes hacer más que corear.
Fotografía: Carmina Rodríguez