Hinds: primer grupo español en actuar en un late show americano. Han actuado en dos ocasiones en el Glastonbury, han girado por el mundo y tan sólo ha pasado un año de su debut. Su caso es el de unas chicas de Madrid con un grupo garajero, un proyecto algo casero incluso, que ha conseguido granjearse el amor de un público. Aprovechando que venían a Málaga, yo quería responderme a lo siguiente: ¿qué tienen las Hinds para que hayan cautivado a todo el mundo?
Con esta pregunta me personé en el centro cultural María Victoria Atiencia en Málaga el pasado jueves. El concierto en esta ocasión se celebraría en un auditorio, un formato algo diferente a lo que están acostumbradas ellas. Llegué a la prueba de sonido para ver a unas Hinds que, aún fuera de cámara tienen un cachondeo que debe ser ya innato. Hablemos de la prueba de sonido de Carlota, demostrando una gran potencia de voz probando con ‘Suavemente, Bésame’. Un momento demasiado especial y exclusivo que pude vivir.
Pero eso no era más que el principio de lo que se avecinaba. A las 21:30 con el auditorio modestamente lleno, salían al escenario. Habían cerrado telón y su intención era salir y tocar, pero por lo visto hubo algún impedimento y muchas risas en el escenario. “Las Hinds van a comenzar” entonó Carlota. Se abrió telón y comenzó una introducción instrumental con mucha potencia y un toque de misterio. Al acabar este primer tema, Ana pidió al público que se pusiera de pie y se acercara al escenario, y así hizo.
Y con esta facilidad, convirtieron este concierto en una experiencia más cercana. Se veía al público respondiendo bien a las dosis de rock garajero de las Hinds con temas como ‘Easy’ o ‘Warts’ que invitaban a ser bailados y coreados. Había poco público y ellas lo sabían, así que casi que relegaban en intervenciones con los asistentes los espacios entre temas. Voy a destacar un momento:
CARLOTA: ¿Cómo estáis?
PERSONA DEL PÚBLICO: ¡Bien, pero estaría mejor con una cerveza!
Y parece que un click se activó en las Hinds que se pusieron a repartir cervezas a todo el público, ganándose a todas las personas que aún se encontraban reacias a sus melodías. Después del momento cervecero continuaron entregando melodías. Se sucedieron temas como ‘Fat Calmed Kiddos’ o ‘I’ll Be Your Man’ donde se entremezclaban la intensidad y las ganas de pasárselo bien.
Realmente, es esto último lo que destacaría de la música de las Hinds y lo que, tal vez, las ha llevado a dónde están. Es esa falta de pretensiones lo que hace que sean ellas mismas. Si quieren jugar en el escenario, juegan. Si quieren gritar, gritan. Cerca del primer final parecía que estaba todo calculado, con una interpretación preciosa de ‘Bamboo’ y ‘Garden’, pero la diversión máxima llegaría con el bis.
Aunque como ellas mismas dijeron: “Ahora es el momento en el que saldríamos, esperaríamos a que pidieseis otra y volveríamos con el bis, pero aquí nos da vergüenza”. Así que se reunieron de urgencia en el escenario con risas del público incluidas mientras organizaban este final; siguieron con con la instrumental ‘Solar Gap’ para dejar paso a ‘Holograma’, una cover de los Nastys y la oportunidad de verlas cantar en español. Y llegó el final, llegó la explosión y llegó el contentar al público pasándoselo bien ellas. Entregaron una versión acojonante de ‘Davey Crockett’ de Thee Headcoats, con un estribillo desgarbado con un “gabba gabba hey” gritado. Y tú no podías más que sumarte al coro.
Con esto cerraron un concierto lleno de energía. Después se encararon al puesto de merchandising donde intercambiaron palabras con el público. Y las encontré más que simpáticas. No podía dejar de pensa en el tamaño de su gira y en que habían tocado en el Glastonbury en dos ocasiones, pero ellas se mostraron del todo down to Earth. Con todo, caí en la respuesta que buscaba: Hinds no tocan de la hostia, pero consiguen transmitir su energía y diversión al público, y eso es lo que mueve a las masas. Nos vemos en la carretera amigas.
Fotografía: Carmina Rodríguez