octubre 8, 2024

«Blond(e)»: el soul futurista de Frank Ocean

Sin caracterizarse por ser una persona especialmente mediática, Frank Ocean es ese hombre que, con sólo un álbum de estudio y apenas un puñado de conciertos en su carrera, ha sido capaz de mantenerse como tema de conversación predilecto de la alta sociedad del pop durante cuatro años consecutivos. La razón: ser el autor del que probablemente sea uno de los álbumes más esperados y adelantados de la década (¿exagero?). “Boys Don’t Cry”, supuesto título del álbum, encabezaba a principios de 2016 todas las listas de posibles lanzamientos, y hervideros de fans como Reddit y Twitter empezaban a zumbar como un avispero al que se le hubiera golpeado. Algo se olía en el ambiente.

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Efectivamente, el 1 de agosto de 2016, la página oficial de Frank Ocean se actualizaba con lo que parecía ser un supuesto streaming que mostraba el interior de un almacén en blanco y negro. Al mismo tiempo, el New York Times anunciaba que la fecha definitiva del lanzamiento sería el viernes de esa semana, 5 de agosto. La espera por fin se acababa… ¿o quizás no? El día 5 llegó, el álbum no aparecía y el suspense crecía por momentos… ¿Cuándo va Frank a lanzar su álbum?

frank-ocean-endlessTrece días después, 18 de agosto, el vídeo que hasta ese momento había aparecido estático muestra a Frank trabajando tal y como había aparecido una semana antes, solo que esta vez, las imágenes están acompañadas de música. Siguiendo la línea de artistas como Kanye West y Beyoncé, Ocean acababa de presentar “Endless”, su álbum visual. Sin embargo, la música de “Endless sonaba vacía e incompleta, casi como si no fuera más que un álbum de B-Sides de “Boys Don’t Cry”… Poco después, Rolling Stone confirmaba que su nuevo álbum estaba a la vuelta de la esquina. El 20 de agosto, su página web se vuelve a actualizar con un vídeo musical. Su nombre: ‘Nikes’. Horas después, “Blonde” (o Blond) aparecía en Apple music. Simultáneamente el disco era lanzado en formato físico en un número muy limitado de establecimientos, acompañado de una revista con fotos y entrevistas. La espera había acabado.

Precisamente es este single, ‘Nikes’, con el que se abre el segundo álbum del californiano. Personalmente, ‘Nikes’ me pareció desde el principio un tema cuyo potencial se ve mermado por un filtro de “voz de ardilla” innecesario e injustificable que desprovee a la canción de toda la calidez y solemnidad que podría alcanzar con la voz natural de Frank. Sin embargo, también es cierto que, como obertura, ‘Nikes ocupa un lugar ideal dentro del tracklist, ya que de alguna manera su excentricismo sonoro y su letra opaca sobre el materialismo y la fama nos pone en guardia, advirtiéndonos de que vienen curvas sónicas para las que hay que mantener los oídos bien abiertos.

blonde-boys-dont-cry-frank-oceanEl primer track conduce de una manera abrupta y sin preámbulos a ‘Ivy’, segundo tema del álbum. En este track sin percusión, es un simple ritmo de guitarra el que marca un tempo más acelerado, introduciendo lentamente al oyente en la canción con la atmósfera tremolada de una segunda guitarra de sutiles punteos y acordes esporádicos que contribuyen a crear dinámica en un corte de gran simpleza (en el mejor sentido de la palabra). Al igual que ocurre con la instrumental, la letra es directa y transparente: “I thought that I was dreaming, when you said you loved me”. Ocean habla aquí con la perspectiva del tiempo de un amor pasado, con madurez, pero también con la nostalgia que una línea como “We’ll never be those kids again” conlleva.

El tercer tema de “Blonde”, ‘Pink + White, es probablemente de los cortes más satisfactorios del álbum. Con una instrumental veraniega y elegante, Ocean retoma el tono melancólico para contar otra experiencia sentimental, esta vez con una letra más intrincada y con el que probablemente sea uno de los mejores estribillos del disco: “You showed me love/Glory from above/where God could fear/It’s all downhill from here”. Clásico instantáneo. La mayor curiosidad de este tema es la aparición mínima de Beyoncé (a ver si alguien es capaz de identificarla), algo que dice mucho del poder que Frank Ocean ha conseguido acumular en su corta carrera. Si eres capaz de invitar a Beyoncé a que te haga los coros, es que vas por buen camino.

Be Yourself’, el cuarto track del LP, es una tierna grabación de menos de dos minutos en la que la madre de Frank advierte a éste en un mensaje de voz sobre el peligro de las drogas y la importancia de ser fiel a uno mismo, un tema recurrente en el disco. Irónicamente, este skit introduce el tema ‘Solo’, un corte que nos habla de experiencias que no destacan por su sobriedad (“Inhale, in hell there’s heaven”), pero también de cómo éstas se relacionan con la soledad que la vida del artista muchas veces conlleva. Con un órgano potente y dinámico, es en este tema donde Frank por fin se atreve a mostrar su potencia vocal en todo su esplendor, dotando así a ‘Solo’ de una gran fuerza que probablemente resida en lo simple de su composición, recordándonos casi a un canto espiritual (excepto por la letra, claro).

Skyline To’ es un tema traslúcido que parece reunir pensamientos más bien inconexos entre sí, enlazados por un viaje a través de una carretera que bien podría tomarse como una metáfora del paso del tiempo.  Cabe destacar de este tema que si antes Ocean usaba a Beyoncé para hacerle los coros, aquí el artista cuenta con apariciones esporádicas de nada más ni nada menos que el mismísimo Kendrick Lamar, que contribuye al atmosférico track con frases y palabras sueltas como “Haze!” o “Smoke!”. Hay que decirlo: tenerlos, los tiene bien puestos.

ocean-blondTras el atmosférico sexto tema, una sensual guitarra abre el tema ‘Self Control’, en cuya introducción y estribillo volvemos a encontrarnos el filtro de “voz de ardilla” (¡Diantres!), aunque utilizado de una manera más sutil, esta vez (casi) no corta el rollo. Siguiendo la línea intimista del álbum, la canción habla de un amor no correspondido, con una dinámica ascendente que crece en intensidad a medida que la relación sentimental se apaga. Siguiendo con la lista de colaboraciones estelares, encontramos aquí la participación de Austin Feinstein, líder de la banda Slow Hollows, así como la aportación vocal del héroe sueco del trap Yung Lean, sin duda el feature más inesperado del disco. Marcando el ecuador del tracklist se encuentra el skitGood Guy, en el que Frank cuenta en menos de un minuto la historia de una cita a ciegas sin final feliz. El skit finaliza con una conversación en el que Frank se reafirma: “now I don’t care about bitches like that”.

Con un beat fresco y brillante, ‘Nights’ se presenta sin duda como uno de los momentos magistrales del disco, desarrollando una historia íntima, de contrastes y contradicciones que juegan con la bipolaridad que siempre ha rodeado a Frank (su bisexualidad, su mensaje afirmando que tenía dos versiones del disco, sus paradojas sentimentales…). Esto queda patente en la división del corte en dos partes que se complementan a la perfección con una transición sutil y natural.

Siguiendo a ésta como décimo track se encuentra ‘Solo (Reprise)’, una suerte de reminiscencia del tema homónimo en la que el legendario André 3000 (Outkast) rapea con un magnífico flow sobre el materialismo, el postureo y la poca honestidad que rodea al mundo de la música, otra razón para sentirse ‘Solo’. Este track da paso a la que sería probablemente, por decirlo así, la parte más experimental del disco: La caótica y lo-fiSweet Life se desarrolla con una estructura desordenada que descoloca al oyente, con una percusión que, a mitad de camino, acelera el ritmo inesperadamente en un LP hasta ahora templado y sin resaltos. Tras ésta, volvemos a toparnos con otro skit: ‘Facebook Story’, que aunque no parece aportar mucho, se perdona porque consigue sacar una sonrisa con su crítica a las redes sociales. Usando samples de Stevie Wonder. ‘Close to You sería el último de este conjunto de tracks cortos, realizando una versión libre y bastante experimental de la canción a su vez versionada por Stevie Wonder.

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Enlazada perfectamente con el clima del corte anterior y comenzando la introspectiva recta final del álbum, ocupa el lugar del track 14 la descorazonadora ‘White Ferrari título que ya había dado bastante de qué hablar desde mucho antes de que se publicara el álbum. Con un ambiente suave y envolvente, ‘White Ferrari es una oda a la belleza de lo simple, que predomina a lo largo del álbum (“We’re so okay here, we’re doing fine, primal and naked”). La marca de Bon Iver se hace evidente desde el principio, pero es en su culminación cuando el precioso outro de éste último con James Blake termina de confirmar nuestras sospechas de su presencia. Puesto que Frank hace un guiño melódico y lírico a la canción Here, There and Everywhere de The Beatles (“Spending each day of the year”), el nombre de los británicos aparece también en los créditos del álbum. Desde aquí me gustaría aclarar que, al contrario de lo que he leído en algunas páginas perdidas por la red, The Beatles, al igual que el fallecido Elliot Smith, NO HAN PARTICIPADO en el álbum. Omito las razones, puesto que parecen ser bastante obvias. Lo que hay que ver… Sin embargo, sus nombres, así como el de David Bowie, sí que aparecen en la lista de colaboradores, ya sea por su influencia musical en el disco o por los samples que Frank utiliza de éstos.

Sin romper la dinámica intimista del tramo final del disco, ‘Seigfried se presenta como un corte personal, melancólico y existencialista en el que Ocean expone sus miedos (“I’m not brave”) y preguntas de una manera cruda y poética, cuestionándose su identidad y dirección. De alguna manera, este tema se compenetra perfectamente con el siguiente track, ‘Godspeed (expresión para desear buena suerte), un tema corto y directo que parece ir dedicado a su yo del pasado, con el que se reconcilia aquí, en lo que supone la culminación de los preciosos últimos latidos del disco. Con una voz potente y un órgano casi de iglesia, ‘Godspeed’ es un tema de raíces, no sólo por su temática, sino por su inconfundible olor a Soul añejo que nos recuerda al mejor Stevie Wonder. Si al principio Frank se ocultaba entre historias de amor y filtros de voz, aquí el artista termina de quitarse la última pieza de ropa, quedándose solo, desnudo, exponiendo su humana fragilidad. “Ecce homo”: he aquí el hombre.

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Futura Free, decimoséptima y última canción del disco, es un corte que vuelve a retomar la tónica de ‘Nikes. Este track es básicamente una reflexión personal que más que un final, supone una coda para el disco. ‘Futura Free’ es un testimonio en el que Ocean da gracias por su vida actual y rememora algunos de los obstáculos que encontró en el camino (“I used to work on my feet for 7 dollars an hour”). Aquí también vuelve a tocar la idea de que no es más que una persona con sus virtudes y defectos (“I’m just a guy, I’m not a God”), probablemente influido por el éxito masivo de su primer trabajo y la legión de admiradores que este le procuró (“I should be paying y’all honest to God”). El track continúa con frases sueltas que parecen hacer referencia a amigos, enemigos y situaciones en las que Frank se ha visto envuelto durante el proceso de creación del álbum. Tras una transición silenciosa, el álbum retoma la instrumental de los dos skits anteriores, esta vez para acompañar a una cacofónica grabación en la que Ryan, hermano de Frank, es entrevistado. El álbum termina con una pregunta: How far is a light year?”.

a428888d-5338-41d5-bbd1-b900e57470c5Con la primera escucha, Blonde se me presentó como un disco completamente diferente a lo que nunca me hubiera podido imaginar. Con un carácter etéreo, experimental y casi psicodélico que es difícil de encajar en un álbum de tanta repercusión y con tanta carga comercial a sus espaldas, el LP tiene una personalidad difícil de descifrar y saborear, como un buen vino. Al contrario que un “Channel ORANGE” lleno de historias de gente con la que el oyente nunca llegaba a conectar, en “BlondeFrank parece haber perdido el miedo a mostrarse en una completa fragilidad, exponiendo sus sentimientos más íntimos de una manera que es preciosa y desestabilizadora al mismo tiempo. Terminar de escuchar este LP es como llegar al final de un buen libro. El alma se encoge, el corazón deja de latir y la respiración se agita. “Blonde” no sólo es otra muestra de genialidad de un idiosincrático Frank Ocean. Su estilo simple, directo y desnudo toca directamente nuestro espíritu de una manera inquietante, sirviendo sin duda como ejemplo magistral de lo que podríamos llamar “el soul del futuro”. Si su siguiente álbum tarda otros cuatro años, podemos tener por seguro que para cuandollegue aún no habremos terminado de comprender “Blonde” en su apabullante totalidad, en su total complejidad, en su compleja belleza. Bravo, Frank.

Nota: 8’5/10

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