septiembre 16, 2024

Rick y Morty: ironía y humor absurdo por doquier

Todos conocemos Los Simpsons. Nos sabemos sus capítulos de cabo a rabo y, lo que es más, extrapolamos sus sketches a situaciones de la vida real. ¿Quién no ha dicho alguna vez eso de “esto es como en el capítulo de Los Simpsons en el que…”? Lo mismo ocurre pero en menor medida con Padre de Familia y Padre made in USA (Family Guy y American Dad para los amantes de las VO). Ese humor sarcástico, casi absurdo a veces. Esas críticas tan sutiles y a la vez tan acertadas dirigidas contra la sociedad, fabricadas con tal dosis de ironía que en ocasiones pasan de un extremo a otro y acaban por ofender a ciertos sectores de la población. Ese humor nos encanta. Y como nos encanta, efectivamente, nos conocemos los capítulos de memoria, así que ya va siendo hora de buscar nuevas dosis de entretenimiento en esta línea, dosis que no tardamos en encontrar: Rick y Morty nos proporciona ese chute de humor para adultos en forma de serie de animación que tanto necesitábamos. Por ahora contamos con dos temporadas de 11 y 10 capítulos de media hora cada uno. No es mucho, pero saciará nuestro apetito por el momento.

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Se podría pensar que Los Simpsons o Padre de Familia ya dejaron el listón demasiado alto, pero la verdad es que Justin Roiland y Dan Harmon, creadores de Rick y Morty, consiguen alcanzar el nivel, e incluso superarlo en algunos aspectos. El más destacable de ellos es su doblaje: los diálogos son increíblemente fluidos, precisamente porque la animación está supeditada al audio de voces. Esto es, se graba primero el doblaje (realizado por el propio Justin Roiland para los dos personajes principales), en una mezcla de locución preparada e improvisación, y después se adapta la animación a ese audio. Primero actuación, después imagen. El componente de improvisación, unido al doblaje de sus propios personajes por parte de Roiland, dota a esta serie de una frescura y una fluidez en lo que a caracterización se refiere como nunca antes habíamos visto. ¿Necesitamos más argumentos para verla en versión original?

También nos encantan los personajes. ¿A quién no le gusta la idea de un viejo científico chiflado, sin escrúpulos, sin ética ni moral, sin modales siquiera, embarcado en mil aventuras con su nieto, introvertido e inseguro de sí mismo, cobarde, negador de la vida? Con este antagonismo Roiland y Harmon se sacaron de la manga allá por 2012 estos dos personajes, los cuales venían a ser una parodia de los protagonistas de Regreso al Futuro. Precisamente, la serie tiene su origen en un pequeño y gamberro corto animado llamado “Doc and Mharti”, en el que podemos ver el esbozo de lo que más adelante sería Rick y Morty.

Rick-y-Morty-3Y por último, el desarrollo de los capítulos. Este es el punto fuerte de esta serie, donde supera con creces a otras muchas series de animación para adultos. Además del atractivo que le otorga el hecho de que los capítulos sigan un ligero hilo narrativo entre ellos (aunque se pueden disfrutar y comprender cada uno individualmente), esta serie nos engancha por sus historias narradas de forma tan peculiar. En ocasiones rompen el esquema clásico de exposición, nudo y desenlace; en otros casos obvian el final feliz “sobreedulcorado” y lleno de valores tan típico de los Simpsons para concluir con un desenlace en el que tanto Morty como el espectador se preguntan si de verdad es moralmente correcto acabar la aventura de aquélla manera tan descarnada, ante un Rick pragmático al que le importa un pimiento lo que ocurra a su alrededor con tal de salvar su trasero. Giros en los que el amigo se vuelve enemigo, en los que muere un personaje principal que resultaba ser un impostor y otras triquiñuelas de guionistas bien salpimentadas con buenas dosis de humor absurdo consiguen hacernos disfrutar de una serie ligera y llamativa, ideal para calmar aquel mono de humor irónico y gamberro a la vez que inteligente y original. Si ya te has tragado todo los capítulos de Padre de Familia, Padre made in USA y Los Simpsons, tranqui, ya tienes con qué llenar esas noches calurosas de insomnio veraniego.

Artículo original de Víctor Costela para Hipsterian Circus.

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