Masclans, que han publicado su segundo álbum «Forest» recientemente, álbum que están presentando por varias salas de la Península, consolidándose de este modo como formación, se prestaron amablemente a contestarnos unas preguntas como previa a su concierto en Almo2Bar. Hablamos, pues, con Esteve Masclans, padre de la banda.
(Pregunta) – Recientemente presentasteis vuestro último disco, ya con nombre de Masclans, consolidados – entiendo – como grupo en la Apolo 2, descrito como una «velada solemne». ¿Qué elementos tenéis en cuenta para vuestra puesta en escena?
(Respuesta) – Sí, era la primera vez que nos presentábamos como “Masclans” ante el público. En una presentación de disco siempre buscas hacer algo especial. En este caso decoramos el escenario con una estética de bosque, acorde con el ambiente del disco y el artwork, y el juego de luces también estaba pensado para ambientar el concierto con el concepto del disco. Normalmente no tenemos muchos artificios ni planeamos demasiado nuestra puesta en escena pues lo fiamos todo a las canciones. Creemos que si tienes buenas canciones, no hace falta que andes pegando botes o tirando confeti para emocionar al público. Además, creemos que eso no va con nuestra música.
(P.) – Anteriormente a vuestro bolo en La Apolo 2, estuvisteis por Dublín y Londres, entornos en que, quizás, vuestra música se entienda más, teniendo en cuenta que cantáis en inglés. ¿Qué tal la acogida? ¿Y la experiencia en general de salir como banda en el extranjero?
(R.) – La experiencia fue muy gratificante tanto a nivel artístico como personal. Poder mover tu música más allá de tus fronteras, conocer otros artistas y enfrentarte a un público nuevo (y seguramente más exigente) fue una pasada. Si además lo haces con gente a la que quieres y con la que te diviertes, lujo doble. La acogida fue muy positiva, pero fue un viaje de pico y pala: mucho trabajo y pocas ayudas. 100% autoproducción. En Dublín fue un poco más fácil que en Londres, que está saturada de ofertas y donde es muy complicado destacar. Aún así, lo volveríamos a hacer 1000 veces, volvimos más curtidos, con más contactos y sin miedo a volver a salir al extranjero con nuestros propios medios. Esperamos poder volver pronto dando un pasito más, tocando para más gente y en mejores locales.
(P.) – ¿Por qué el inglés? Sabemos que tus influencias principales tienen base en los 60, 70, con George Harrison, Dylan, Beatles… ¿Es ese el elemento que te hizo decantar por el inglés?
(R.) – Es simplemente porque siempre he hecho las canciones en inglés. Desde pequeño me he criado con música británica y americana. Esos factores han condicionado totalmente mi forma de entender la composición de un tema. Desde que empecé a componer canciones con el primer proyecto que tuve, ya lo hice de esta manera. Así que mis bases me han condicionado a la hora de escribir.
(P.) – ¿Y por qué la vuelta al pasado? ¿Es moderno tirar hacia lo antiguo o es que eran tan buenos que no debemos dejar que caigan en el olvido? Habéis dicho que «la mejor música del mundo ya está hecha»… Hmmm…
(R.) – Vemos que has hecho los deberes, haha. Vamos a añadir un matiz a esa frase: toda, absolutamente toda la música que se supone que está innovando, está bebiendo de una fuente de obras ya escritas. Partiendo de esto, nosotros no nos vemos como una banda que intenta reproducir los sonidos y estilos de los 60s en UK y USA ni nada parecido. Sí es cierto que tenemos influencia de las bandas inglesas y americanas de los 60s/70s pero también tenemos influencias más cercanas.
En la escena de los 60s encontramos una forma de hacer música donde importa la canción, la melodía, la armonía… no si usas 10 delays y un fuzz, vistes con ropa de segunda mano o te tiras por el suelo.
Tocamos la música que nos gusta hacer, sin obsesionarnos en su sonido “vintage” ni nada por el estilo. Cuando llega una canción al local de ensayo, la trabajamos entre todos, la vamos llevando hasta donde nos pide nuestra “sensibilidad”.
Tratamos de ser sinceros y emocionar, sin cerrarnos a ningún estilo ni sonido. De hecho, los que nos han visto recientemente en directo saben que en un concierto de Masclans se pueden escuchar temas reconvertidos a Bossa Nova, Jazz o Rock ‘n’ Roll feroz. No nos gusta que nos etiqueten, somos músicos y hacemos canciones, eso es todo.
(P.) – Os habéis presentado al concurso «Girando por salas», que os llevaría por algunos escenarios de la Península. Además de iniciativas como esta, así como por ejemplo las de plataforma Cooncert, ¿qué creéis que nos falta, o por el contrario, qué podemos agradecerle al sistema, para potenciar/favorecer a bandas que, de no ser así, lo tendrían difícil para darse a conocer?
(R.) – Vamos a empezar rajando y luego vamos a lo bueno.
Falta público en las salas pequeñas, eso lo primero. En Barcelona vemos cada año como Bruce Springsteen llena el Camp Nou a 100€ la entrada y el Primavera Sound bate récords a 200€ el abono (que son buenísimas noticias, ojo), pero vemos conciertos en salas pequeñas con artistas muy buenos, de aquí o de fuera, por 8-10€ de entrada, que vuelven a casa perdiendo dinero. Eso hace que el sistema no sea sostenible. Se dice mucho pero es totalmente cierto: si no se apoya la escena local emergente, no habrá cabezas de cartel en los festivales del futuro, o montaremos festivales en Barcelona solo con bandas del norte de Europa y USA, todo bien. Todo el mundo en el sector comparte el diagnóstico pero no encontramos la solución, y creemos que también nos falta un poco de autocrítica: algo no estamos haciendo bien cuando la oferta de conciertos es tan rica y hay tan poco público.
Por otro lado, se echa de menos algo de ayuda por parte de los estamentos públicos para apoyar la cultura de base, y buena prueba de ello son la gran cantidad de crowdfundings que los artistas nos vemos obligados a hacer. Por no hablar del 21% de IVA cultural, que es una masacre al arte.
Vamos a dar puntos de luz a todo esto. Por contra, tenemos personas, personas con pasión. Si la escena de salas pequeñas sobrevive, es gracias a un sinfín de gente (programadores, promotores, periodistas, músicos, managers, bloggers…) que dedican grandes esfuerzos en organizar eventos y no viven exclusivamente de ello. Después de su jornada laboral dedican su tiempo libre a mantener esto vivo. Maneras de hacer como las de la sala Rocksound o la sala Monasterio en Barcelona, donde no se programa pensando únicamente en la solvencia económica, dan muchísima vida a la escena local de la ciudad y son imprescindibles.
(P.) – De no salir ganadores en el Girando por salas, ¿dónde os podremos ver próximamente?
(R.) – Salgamos o no ganadores en GPS, tocamos en Cardedeu el 22 de julio y estamos cerrando fechas en Galicia de cara al octubre. También habrá algunas sorpresas en Barcelona que anunciaremos pronto y nuestra intención es llevar “Forest” a todas las ciudades de la península que podamos.
(P.) – En la Apolo tocasteis «Forest» íntegro más algunos temas de «Fine, Thanks» ¿Qué nos espera en la actuación de hoy, como teloneros? ¿Cómo seleccionáis el setlist?
(R.) – Esta noche nos espera una proporción 75% “Forest”, 25% “Fine, Thanks”. La verdad es que decidimos en función del tiempo de la actuación, el tipo de evento y nuestro apetito de canciones. Estamos presentando “Forest”, pero siempre suenan mínimo 3 canciones de “Fine, Thanks”; seleccionamos los temas que nos parecen más buenos y nos apetece más tocar. Nos gusta versionar nuestros propias canciones: en cada concierto ocurre alguna cosa que no ha pasado en el anterior. De vez en cuando también preparamos alguna versión de otras bandas, para quitarle hierro al asunto y divertirnos.
(P.) – Nos hemos quedado maravillados con el videoclip de ‘Forest’ y sabemos que el rodaje tuvo sus qués, procesionarias incluidas. Por otra parte, poco tiene que ver con el videoclip de ‘Silver’. ¿Tenéis en mente grabar otro videoclip? ¿Repetiríais con Clara Orozco o buscaríais otra estética/concepto?
(R.) – El vídeo es una pasada: trabajar con Clara a la dirección y Xavi Torrent a la cámara es tener a un equipo TOP al servicio de tu canción. No podemos estar más contentos del resultado. Tiene que ver poco con el de ‘Silver’, porque en Silver el presupuesto era cercano a 0, y había más ganas e ilusión que medios. Es un vídeo bonito y hecho con mucho cariño, pero ‘Forest’ es otra cosa.
No sabemos si vendrá antes otro videoclip o un “live” tocando en directo, pero no sabemos estar quietos así que algo caerá, no podemos concretar mucho más ahora mismo. Y si, volveríamos a trabajar con Clara Orozco, ¡todas las veces que nos deje!
(P.) – De formación percusionista, pero compones, obviamente con la guitarra. ¿Por qué la percusión, en primer lugar?
(R.) – Si te soy sincero, la batería siempre ha sido un instrumento que me ha gustado mucho, pero más tarde la guitarra me hizo descubrir que quizás tenía más “talento” para las melodías que para los ritmos. Estuve ocho años estudiando batería y aprendí muchísimo, apenas tenía nueve años así que era una esponja captando todas las influencias que me llegaban, estoy agradecido a esos años, fue como una formación introductoria al mundo de la música. Sobretodo al género rock/pop y más adelante al jazz.
(P.) – Tras tu paso por Fish Sounds, Esteve, y tras grabar «Fine, Thanks», nos encontramos con un trabajo un tanto complejo líricamente hablando en «Forest». ¿Cómo fue el proceso desde la idea que tenías del disco hasta que lo plasmaste? ¿Qué papel jugaron tus compañeros de banda en él?
(R.) – La idea del disco se fue formando a medida que iban saliendo las canciones. Tenía un esquema claro en el que quería que se moviera la historia, pero lógicamente el sonido final lo acabamos formando todos. Cada uno ha dejado su huella en “Forest” y quizás es lo que más me gusta del disco. No hay una sola personalidad, no es un disco de un cantautor con una banda de apoyo, al principio parecía que iba a ser difícil sacarse la etiqueta de “Esteve Masclans Band”, en la que parecía que todo giraba en torno a mi. Con “Forest” creo que ha quedado claro que somos un grupo de música y trabajamos en conjunto para sacar adelante nuestro sonido.
En cuanto al proceso, fue muy natural, no sabría decirte exactamente las etapas que ha ido sufriendo el disco. Había días en los que podía dejar escritas dos buenas ideas y otros en los que apenas podía hacer nada que me pareciera decente. «Forest» ha sido la culminación de meses en este estado, haciendo una selección final de los temas que más nos han gustado a todos.
(P.) – Habéis dicho que la idea inicial de «Forest» es la de un álbum conceptual. ¿Eso te hace descartar ciertas melodías, ciertas letras? ¿Cómo es el enfoque de un álbum conceptual en contraste con otros álbumes?
(R.) – Creo que no, un álbum conceptual puede ser muy complejo musical y líricamente, por ejemplo “The Wall” o puede ser ligero y directo como por ejemplo “Ziggy Stardust”. En el rock/pop ya se ha experimentado con todas las combinaciones posibles. En nuestro caso, hemos querido hacer un álbum conceptual pero sin pasarnos de complejidad ni musical ni líricamente. Al final, es una forma de organizar mejor nuestras ideas, y de cómo queremos plasmarlas en un disco. El enfoque para hacer un disco siempre es el mismo, querer sacar lo mejor de ti en ese momento, independientemente de si las canciones van a estar relacionadas o de si hay que seguir una trama en concreto… Hay muchas formas válidas de encarar un disco, pero la base siempre debe ser la exigencia y las ganas de crear algo bueno.
(P.) – Y el próximo álbum, ¿alguna idea de por dónde tirará?
(R.) – Todavía no, por ahora hay una sensación de ganas de “parar” durante unos meses. Hay que dejar reposar la mente para que vuelvan a salir cosas creativas. Lanzarse directamente a pensar en otro álbum creo que sería contraproducente para nosotros mismos. Tenemos que disfrutar con “Forest” y volver a componer cuando creamos que ya podemos avanzar un poco más.