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Yo soy de aquellos seres raros que se acercan a los espectáculos de magia (ilusionismo o prestidigitación) sin animo de conocer o descubrir los trucos, tan solo con ganas de sorprenderme, asombrarme y si es posible, hasta ilusionarme. Así, con ganas de pasar un rato ameno y entretenido, me acerqué al Auditorio Mar de Vigo para asistir a «La Gran Ilusión«, el último espectáculo de Antonio Díaz, más conocido como El Mago Pop.Para aquellos que no conozcáis a Antonio Díaz os contaremos que es un joven ilusionista que saltaba a la fama al ser el protagonista de El Mago Pop, programa televisivo de Discovery Channel, un programa unipersonal donde Antonio Díaz hacía juegos de magia a celebridades tanto nacionales como internacionales llegando incluso a contar con Stephen Hawking en sus juegos.
Pero dejémonos de presentaciones y vayamos a «La Gran Ilusión» el último espectáculo creado por el Mago Pop, un espectáculo que, como bien reza el libreto combina humor y magia, con una fantástica selección musical en la que podemos encontrar incluso a The Smith ¿Antonio, te atreves con Morrissey para tu próximo truco?
El Mago Pop ha conseguido llevar la televisión a los teatros (o auditorios, como en este caso) y es que no usa la cámara como manera de acercar la «magia de cerca» al espectador de las filas posteriores como recurso técnico, sino como un método para transmitir y realizar el truco, son constantes los primero planos y miradas a la cámara para desviar la atención del espectador y es ahí onde surge una de mis preguntas ¿cómo se verían los trucos desde las primeras filas? Nosotros situados en filas posteriores no podíamos apreciar las manos de Antonio durante el truco pero sí desde las primeras ¿tendría el mismo impacto el truco para ellos que para nosotros?
Pero «La Gran Ilusión» no solo es magia de cerca sino que da un paso más allá y acerca su espectáculo a códigos más estadounidenses dotando al espectáculo ya no solo de magia sino de una representación teatral que suma en el mismo, y es que aunque el atrezzo es mínimo si existe una historia (narrada desde la pantalla central que preside el escenario) que nos guía a la largo de espectáculo ¿encajan los trucos en la historia? Pues no, esto no es el Cirque du Soleil pero tampoco es necesario. Es cierto que hay algún truco que quizás chirríe demasiado, por ejemplo el cambio de calzado tras una anterior inclinación de 45 grados, pero a grandes rasgos «La Gran Ilusión» funciona, tiene ritmo y está perfectamente escaletado. Pero ahora llega el tema peliagudo: el coste de las entradas.
Durante su parada en Vigo, de viernes a domingo (con doble sesión el fin de semana), los precios de las entradas oscilaban desde la más barata del viernes (25 euros) hasta los 40 euros la entrada más cara. ¿Merece invertir alrededor de 32 euros en un espectáculo de una hora? Como ya hemos comentado «La Gran Ilusión» rompe con el tradicional espectáculo de magia, intenta innovar e incluso salir la televisión para arrastrarla y hacerla participe de un arte escénico así cada función es una obra teatral diferente que no redonda; a la que además debemos sumar los costes de la infraestructura del propio espectáculo, así, pues, el coste de la entrada aunque caro, está justificado.
