abril 23, 2024

Mad Cool Festival: nos quitamos la viserilla

Los pasados 16, 17 y 18 de junio se celebró en la capital madrileña el Mad Cool Festival, ese festival de proporciones titánicas que ha conseguido reunir a más de 100.000 asistentes a lo largo de los tres días mencionados. Con una mezcla de incertidumbre y expectación, desde Hipsterian Circus tuvimos la suerte de poder asistir para poder contar de primera mano la experiencia de la primera edición de este festival.

Comenzamos un soleado jueves 16 de junio. Gran número de personas en los alrededores de la Caja Mágica, lugar elegido para la celebración del evento, y, sorpresa para mí, un acceso bastante fluido, sin colas. Los baños, muy limpios, y esto se mantiene a lo largo de toda la celebración del festival. Grandes colas en los mismos a medida que avanzan las noches, pero bastante rápidas. El recinto, a pesar de congregar a más de 30.000 personas por día, es capaz de albergar la gran cantidad de asistentes, sin llegar a sentir en ningún momento agobio.

Neil Young1_Sabado 18 (1 de 1)Sin embargo, no todo son bonitas palabras para el festival. Como puntos negativos del primer día, hemos de señalar que en mitad de la noche, el sistema de pulseras dejó de funcionar, causando un caos tanto en las barras con en los puntos de resolución de este tipo de contratiempos, con interminables colas que hicieron que mucha gente perdiera los nervios. Además, contratiempos con el parking. Ante esta situación la organización emite al día siguiente un comunicado dando solución a estos problemas. A diferencia de otros festivales, hay otros que no sólo se preocupan de solventarlos sino que admiten errores: bien.

Vayamos ahora a lo que realmente nos interesa: la música.

The WhoLori Meyers actúa en el Stage 2, al aire libre, todavía bajo un sol que hace que la gente disfrute tranquilamente sentada en el césped artificial, en contraposición a la poderosa actuación de The Kills en uno de los escenarios de interior, cuya acústica reverberante no hace justicia a la formación anglo-americana, apenas distinguiéndose la voz de Alison. Por su parte, uno de los grandes cabezas de cartel, The Who, hacen las delicias de público tanto veterano como joven en el Stage 1, el escenario principal. Un directo impecable y movido dan cuenta de los más de 50 años de experiencia de la banda británica, leyenda viva del rock. Monarchy, a pesar de actuar en uno de los escenarios de interior, suenan bastante mejor, quizás por la inexistencia de distorsión sucia en sus canciones. Con no demasiados asistentes, dan un potente directo que invita a bailar, llevando a los asistentes a desatarse cuando suena ‘Phoenix Alive’, incluyendo al cantante y guitarrista David Otero, a quien vimos disfrutar como el que más.

El magnífico concierto que se marcó Garbage (una de esas bandas legendarias de los 90 que estábamos deseosos de ver) y que días antes del festival sacaron disco nuevo desde el último en 2012, nos deleitaron con temas de éste «Strange Little Birds» y otros clásicos como ‘I think I´m paranoid‘ que coreamos hasta la extenuación. Shirley y su séquito se ganaron un 10 bien merecido. Después vino otro plato fuerte del jueves que fueron Editors. Los británicos tampoco decepcionaron con sus 13 temas entre los que se encontraron ‘Ocean of night‘, ‘Sugar‘, ‘No harm‘, ‘Smokers‘; con ‘Papillon‘ los fans nos quedamos sin voz y dieron por terminado su repertorio (muy similar, por cierto, al concierto que dieron el pasado Noviembre en La Riviera) con ‘Marching orders‘. Tom disfrutó con seguridad y confianza de su directo y eso fue el reflejo de una masa gigante alzando sus manos y entonando cada una de sus canciones. Imagino que lo de interpretar ‘An end has a start‘ en sus directos, ya es historia… Por último, y para cerrar el festival de la capital quienes mejor que los madrileños Vetusta Morla para hacer ‘La cuadratura del círculo‘, redondo vaya!. Ellos son especialistas en hacer disfrutar al público y, gracias a su profesionalidad, consiguen esa conexión casi místico-emocional con ellos.

Mad Cool_1 dia 16_0805

El viernes 17 de junio pudimos disfrutar del gran directo de L.A., con un Luis Alberto cargado de energía que ofrece a los asistentes con una maestría digna de admiración. Mucho juego de luces y un buen sonido a pesar de la mala acústica de la sala de interior en la que actúa. Los asistentes muestran tímidas señales de estar disfrutando intensamente del show que ofrece el frontman mallorquín, quien interpreta temas cañeros y suaves, llegando incluso a ponerse en la batería con ‘Love Around’. Augustines, banda neoyorkina de rock, actúa en el mismo escenario y no nos deja descansar: mucha fuerza y energía que ofrece a cada vez mayor número de asistentes. Recuerdan en estilo a Kings of Leon, teniendo el cantante una voz muy similar a la del Boss. Corriendo nos dirigimos a ver la actuación del londinense Michael Kiwanuka. Una actuación muy elegante de soul con mucho ritmo que hace Michael Kiwanuka_Viernes 17 (1 de 1)disfrutar a la sorprendente cantidad de público que consigue reunir en uno de los escenarios de interior. Llegados a este punto, hemos de decir que hubo mucha gente que quedó fuera de ciertos conciertos de interior por temas de aforo (Caribou fue imposible). Seguridad ante todo, sí, pero podrían haberlo previsto mejor organizándolo en otro lugar.

Jane’s Addiction, actuando en el escenario principal, congrega a una infinidad de público. Rock noventero con un excéntrico Perry Farrell, de quien no me convence la voz en absoluto, llegando en ocasiones a desafinar. Esta despreocupación por la voz me recuerda en ocasiones a Ozzy Osbourne. El público no parece estar de acuerdo con nuestra opinión, que disfruta de todo el show, aderezado con un par de simpáticas y sensuales bailarinas. La banda, además, no guarda una estética congruente entre sus componentes: parece que cada componente es de un estilo diferente.

En contraposición a Jane’s Addiction, la actuación de los también americanos Band of Horses nos encandila. Rock tranquilo pero intenso y poderoso, bien ejecutado y empastado. Actúan en el escenario 2, conectando con la gente desde el primer minuto, quizás gracias al risueño y carismático Ben Bridwell, que no deja de agradecer tras cada canción el calor del público. Muy animados sobre el escenario, llevan el show al apoteosis cuando interpretan su archiconocido ‘The Funeral’. Nos quitamos el sombrero ante ellos.

Tras la actuación del grupo americano, le toca el turno a The Prodigy, quienes hacen que el escenario 1 tiemble con su dura música electrónica catalogada como Big Beat. Poco que decir de la banda inglesa, más que están pasados. Tuvieron su momento, pero creemos que es mejor dar paso a otro tipo de electrónica más actual como la de Die Antwoord. Los sudafricanos Ninja y Yolandi Visser nos ofrecen un espectáculo musical y visual que sólo puedo catalogar como hipnotizante. No apto para ciertas sensibilidades, el show del grupo de rap-rave busca la provocación, la grima, el preguntarse: ¿qué c*j*nes van a hacer ahora? Un Ninja que se viste de Pikachu y se tira al público, una Yolandi que se cambia de modelitos tras cada tema y un DJ con una máscara que da bastante apuro mirar hacen, con su música, que la gente no pare de bailar y que se cierre un viernes por todo lo alto.

DSC_9523 copia

Llega el último día, sábado 18 de junio, y comenzamos con la actuación de The London Souls en el escenario 2, banda formada únicamente por un guitarrista y un batería que interpretan un rock sencillo, con licks y solos en medio, muy bien ejecutado. Reminiscencias a Jimmy Hendrix y a Jack White con juegos de voces entre los dos componentes hace que casi no aprecie la falta de “chicha” en la guitarra. Muy buen grupo, sin duda.

Gary Clark en el escenario 1 nos regala un rock bluesero al más puro estilo americano, y Walk Off The Earth, en el escenario 2 sorprende de manera mayúscula al público, interpretando pocos temas propios y una gran cantidad de versiones. Esto, sumando el glorioso espectáculo visual que nos ofrece la banda canadiense, hace que la gente baile y cante como nunca. WOTE, con sus mini lecciones a lo largo de todo su actuación acerca de cómo corear sus canciones, consigue que el público, a pesar de no conocerlos, termine convirtiéndose en un elemento más de la formación. Una actuación impecable.

IMG_1892Neil Young, uno de los cabezas de cartel más grandes, ofrece alrededor de 2 horas de concierto que hace las delicias de jóvenes y no tan jóvenes. No todos los días se puede disfrutar de una leyenda viva, ¿no?

Enter Shikari, banda inglesa de post-hardcore actúa en uno de los escenarios cerrados. Para nuestra sorpresa, no suena tan mal, a pesar de ser una música no apta para cardiacos. Para muestra, un botón: el teclado de la banda queda inservible tras la segunda canción debido a los golpes que le imprime el cantante. Estos chicos van en serio con lo del hardcore, y prueba de ello es que, salvo el batería (por razones obvias) todos los demás componentes (cantante, guitarrista y bajista) o se lanzan al público, o bajan a rodearse de él, o se van a tocar a una de las barras del recinto. Sin duda, un show rockero a la antigua. Un directo y puesta en escena muy intensa y llena de energía: ¡olé!

Enter Shikari_Sabado 18 (1 de 1)Los dos siguientes artistas en actuar son otros dos cabezas de cartel. Por un lado, Biffy Clyro, con un directo impecable y muy intenso. Un rock británico que hace que la multitud se vuelva loca, saltando, gritando y haciendo headbanging como si no hubiera mañana. Por otro lado, Two Door Cinema Club, más suave, más bailable, hace que la gente, deseosa de fiesta, se mueva al ritmo de su power pop. Un poco serios para nuestro gusto, pero consiguen que hasta la gente de las barras baile de manera desenfrenada.

Capital Cities se encargan de cerrar el festival. Creemos que no es un grupo para cerrar un festival de las dimensiones del Mad Cool Festival. Tras tres días de auténticos grupazos, creemos que cerrar con un grupo como por ejemplo Two Door Cinema Club habría sido más acertado.

En definitiva, la primera edición del Mad Cool Festival, a pesar de los contratiempos ya nombrados u otros como los de la auténtica desorganización a la hora de abandonar el recinto en taxi, que trajo de cabeza tanto a taxistas como a Policía; ha sido exitosa. Creemos que han sabido sobreponerse a los contratiempos con un tiempo de reacción muy reducido, no sólo disculpándose sino ofreciendo soluciones. Es por esto que nos quitamos la viserilla ante el festival. El sombrero nos lo guardamos para la siguiente edición del Mad Cool Festival.

Un comentario en «Mad Cool Festival: nos quitamos la viserilla»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *