En plena efervescencia de lo ochentero, lo divino y lo humano, hay grupos interesantes como Nocturnos que intentan aportar su visión particular al estilo que marcó sus vidas. El otro día el que escribe las líneas hizo la crítica del nuevo estreno de este grupo, «Hemos Visto Lobos«, un álbum donde jugaban con el rock directo que venían produciendo en su anterior álbum, pero en este caso, disfrazado y pasado por el filtro y la modulación de los 80 y de la experiencia, trayendo un trabajo muy maduro y que David, vocalista de la banda, tuvo a bien de explicar en una conversación larga, tendida y relajada que dejó momentos muy interesantes.
(Pregunta) – Vuestro álbum lo enmarcáis entre dos temas, ‘Hemos Visto Lobos’ y ‘HVL’ que rompen en sonido al ser algo más acústico, trovadores incluso. ¿Cuál fue el motivo que os llevó a tomar esta decisión? ¿Se trata de dos temas que enmarcan un leitmotiv que habita en el álbum?
(Respuesta) – No buscábamos un nexo de unión. Sin embargo, cuando terminamos de grabar las ultimas canciones nos dimos cuenta que no teníamos ni título para el álbum ni título para muchas de estos temas. Nos dimos cuentas que sobre todo las letras tratan diferentes aspectos de nuestra vida desde una óptica de alguien que ha pasado por ahí, nos habla de la experiencia. A lo mejor tú con 18 años tienes unas ideas sobre la vida pero luego a toro pasado ves que todo ha cambiado.
El tema del amor por ejemplo. Piensas que es de una forma pero luego resulta ser de otra. El tema de la política, todo lo que es la vida de un político, que debería llevar unos derroteros y luego cambia. Nos dimos cuenta de que sin querer hicimos, no un disco conceptual porque no era la idea, sino un disco que giraba en torno a la experiencia. Con nuestra edad ya hemos visto cosas, no son ni las peores ni las mejores, pero ya le hemos visto asomar la patita al lobo. Quisimos enmarcarlo con esas dos canciones para utilizarlas como presentación y cierre, una pista de lo que va a ir el disco.
(P.) – Partiendo de lo que me comentas de la experiencia, ahora explicaría ese tono ligeramente crítico a la política en ‘Fantasía Liberal’ o el romanticismo sobre el que habláis en ‘Inevitable’ que chocan en temática pero ahí están.
(R.) – ‘Fantasía Liberal’ te habla de la desilusión. Muchas veces te están vendiendo viejas ideas con un nombre nuevo. ‘Inevitable’ te habla de las expectativas que tienes en una relación y en lo que se suele quedar al final. Pero luego en ‘Aire’ habla del amor desde el punto de vista de una pareja que se conoce de hace tiempo y saben de qué pie cojea cada uno. Muchas canciones de amor parten de la misma temática: “te voy a querer para siempre” y “ahora que no te tengo te echo mucho de menos”, pero creo que no son canciones de amor. La verdadera canción de amor se hace muchos años después, cuando estás con una persona y has pasado por lo bueno y por lo malo y sigues disfrutando.
(P.) – A lo largo del álbum encontramos momentos de personificación. Hablamos de un Raúl en ‘Inevitable’, de un Rey Absolutista, de Bonnie y Clyde… ¿Estas canciones van dedicadas a alguien? ¿Te personificas en las letras?
(R.) – Te voy a decir la verdad sobre Raúl: es muy difícil rimar con la letra “u” (Risas). Es un Raúl cualquiera. En ‘Rey Absolutista’ pasa lo siguiente. En la furgoneta mientras vamos de gira siempre surgía el tema de las viejas glorias del pop español como Alberto Comesaña de Amistades Peligrosas. Imagínate dónde están ahora que ni tú mismo los conoces (NdE: el entrevistador es de finales de los 90). Nos decimos qué será de esta gente que lo han sido todo y la respuesta es que están en una gasolinera vendiendo bollos (Risas). La cosa fue degenerando y realmente ‘Rey Absolutista’ trata sobre esa gente que lo ha sido todo pero ve que su trono desaparece de la noche a la mañana y se convierten en lo que somos todos: personas normales y corrientes.
(P.) – De hecho habéis hecho un vídeo vosotros de ‘Rey Absolutista’. ¿Ahí queríais demostrar todo lo que me comentas?
(R.) – ¡Justamente! Lo difícil que es mantenerse en el mundo de la cultura. En este caso son dos actores de teatro…bueno no se sabe bien lo que son, pero es lo parece. Al principio solo le hacen caso a uno, tiene un asistente, le vienen a ver… Y de repente se convierte en alguien olvidado. Es representar con imagen lo que dice la canción, pasar de ser el macho alfa de la tribu a convertirse en alguien como cualquiera de nosotros, lo que te hace pensar qué le pasará por la cabeza a alguien tan famoso y ya no es nadie.
(P.) – ¿Qué influencias habéis tenido en el álbum? Hay mucho de los 80, pero también algo más contemporáneo como el Bowie de “The Next Day” o a Tame Impala y la psicodelia en la modulación de ‘La Sangre en el Suelo’.
(R.) – Nuestro primer disco era de un rock muy directo y limpio, y la gente nos decía que era lo que más le gustaba de nosotros. Para este disco notábamos que musicalmente habíamos crecido para no hacer un disco en la misma línea. Queríamos seguir sencillos, hacer arreglos muy pop…Hicimos simplemente de un ejercicio cosmético, vestir las canciones de otra forma pero los temas siguen ahí. En el caso de ‘La Sangre en el Suelo’ lo que traíamos del local era algo más sencillo del estilo Nocturnos del primer disco. Pero nuestro productor dijo de ir a otro lado, meter un efecto flipante estilo Tame Impala. ‘Fantasía Liebral’ es muy directa pero sí nos hemos metido en unos puentes a lo mejor algo más arriesgados. No vamos a ser unos Radiohead que reinventen un estilo musical, pero intentamos disfrazar lo directo de nuestras canciones. En casi todas hemos intentado dar un giro de vuelta para transformarlas. No nos hemos modernizado, hemos tirado de los sintetizadores de los año 80, cajas de ritmos… Sin embargo, queríamos dejar una canción que siguiera sonando a lo directo de nuestro anterior disco que es ‘Exclusiva Universal’.
(P.) – ¿Cuál creéis que ha sido la apuesta más arriesgada del álbum?
(R.) – ‘Rey Absolutista’ nos hizo cambiar el punto de vista. Queríamos arriesgar pero no sabíamos a dónde ir. Entonces salió esta canción. Teníamos una versión original que era muy rockera y cañera. No iba a entrar en el disco porque nos queríamos quitar de algo así, empezamos a jugar con ella contando con que no iba a aparecer y metimos sintetizadores, cajas de ritmos… Luego cuando lo escuchó el productor decidió que la apuesta iba a ser esa: mantener la esencia y cambiar el sonido. Por eso está en medio del disco, abriría la segunda cara del álbum. La primera mitad son temas más directos que entran con facilidad, y en la segunda mitad hemos hecho un ejercicio de exploración.
(P.) – ¿Cómo fue el proceso de creación del disco?
(R.) – Para grabar el disco nos fuimos a unos estudios donde trabajo. Al igual que Nocturnos hago música para series de televisión en Antena 3, Cuatro… Los temas iban surgiendo a medida que los íbamos haciendo. Llevábamos alguna maqueta hecha, la escuchábamos y decíamos “bueno, esto se va a quitar, esto lo vamos a cambiar”. El batería lo pasó muy mal porque había que reconstruir las canciones y se las tenía que aprender (Risas). Nos hemos centrado tanto en sacar unos sonidos tan particulares que nos lo hemos pasado muy bien buscando como locos estos sonidos. Traíamos sintetizadores de los 70 muy guapos, estábamos muy contentos pero luego no sabíamos ni cómo se enchufaba (Risas).
Otra cosa que nos gustó fue que lo mezcló Paco Loco en sus estudios y el último día de grabación, con las cintas terminadas, dijimos de hacernos una foto y llamaron al timbre. Era Pinto, el portero del Barcelona. Le dijimos con la cámara de hacernos una foto pero llegó, se puso en medio y tenemos una foto con Paco Loco, nuestro productor y Pinto en medio (Risas).
También mientras hacíamos el disco, yo soy amigo de Martí de Mucho, de Ricky Faulkner [Productor de artistas como Lori Meyers en sus últimos discos]… Ellos sacaron disco antes, pero grabándolo casi hemos ido a la par. Le escribía diciendo que estábamos trabajando con cajas de ritmos y me decía que ellos también. “Hostia no jodas, a ver si cuando salgan los discos van a decir que os hemos copiado” (Risas).
"Y tenemos una foto con Paco Loco, nuestro productor, y Pinto en medio" - FB de Nocturnos
(P.) – Presentasteis en la Costello de Madrid el álbum. ¿Cómo fue este concierto? ¿Habéis iniciado gira?
(R.) – La gira empieza el 15 de Mayo. Ya hemos hecho algún concierto, alguna sustitución, una presentación por allí. Empezamos en Albacete, Barcelona… De aquí hasta época de festivales estaremos tocando. Hemos sacado el disco demasiado tarde como para actuar en muchos festivales, pero hay cosas apalabradas. Lo que fue la presentación en sí, fue muy complicado porque tocamos las canciones en directo por primera vez. Eran muchos cambios, de ser un grupo que antes no necesitaba prueba de sonido a llegar y tener sintetizadores, cajas de ritmos, disparamos secuencias… Todo esto te hacía sentir muy inseguro. Nos lo pasamos muy bien y al público gustó el cambio de sonoridades, pero ahora estamos controlando la situación, con lo que nos gusta subirnos por las paredes.
(P.) – ¿Cuál fue el origen de Nocturnos?
(R.) – Somos chavales de Alcalá a los que nos gustaba Nirvana y la música grunge de los 90. La verdad es que vimos que podíamos hacer música juntos, empezamos haciendo versiones de Muse y de la música que nos gustaba. Nuestra idea primitiva del grupo tiraba por el rollo de los sentimientos, una cosa que tenía mucho que ver con los nocturnos, una música del siglo XIX que eran composiciones breves y muy libres que daban mucha libertad al compositor y que sobre todo eran muy expresivas. Queríamos irnos por ahí, no sabíamos que nombre ponernos y nos pusimos eso de Nocturnos. De momento tenía que ver con lo que queríamos hacer y ya lo cambiaríamos, pero estamos a 2016 y seguimos igual (Risas).
(P.) – La música tiende a echar un vistazo atrás, y eso es algo que se ve ahora porque desde el indie hasta el pop está tirando de los 80. ¿Por qué crees que los grupos apuestan por este sonido?
(R.) – Me da la sensación primero que en España siempre vamos a remolque. Esto del sonido ochentero no lo estamos inventando los españoles. Son los americanos los que tienen la valentía de lanzarse a no hacer lo típico, y tienen un público que lo puede entender mejor. En España pecamos de fijarnos en lo que hay afuera y no lo hacemos hasta que alguien lo haya hecho.
Lo de los 80 creo que tiene que ver porque los músicos tocamos todo lo que pillamos, y ahora los sintetizadores de los 80, las cajas de ritmos… Todo eso que los 80 era tecnología punta, ahora es muy fácil de encontrar. Nos es muy fácil copiarlo porque esta más a mano. Al final haces música con lo que tengas a mano. También tiene el punto de nostalgia, querer enganchar a la gente a través de eso.
(P.) – Pero realmente mucha parte de vuestro público, entre los que me encuentro, no hemos vivido los 80, entonces no se puede apelar a la nostalgia.
(R.) – Es más nostalgia para nosotros mismos que para el resto. Es curioso que al final la música es un ciclo que se vuelve a repetir. La música de los 70 española la escuchas y ves que tiene un estilo específico, y luego ves a los Lori Meyers que hacen lo mismo sin ningún tipo de problema. Hacen la música que han escuchado. Hacemos música melódica porque es lo que hemos escuchado. Lo que haces es modernizar lo que has ido escuchando. Pero eso, apostar por cosas nuevas es muy difícil en España. Pero la forma de renovar e innovar en la música se basa en la gente que lo va haciendo, que siempre se renueva, ahí es donde entra la creatividad de la banda. El problema de basarse en un estilo anterior es copiarlo y no aportar nada, darle vueltas a la misma rueda.
«Hemos Visto Lobos» se puede adquirir a través de su página web. De este trabajo se han escogido como sencillos ‘Rey Absolutista’ y ‘Lo Sabes Bien’, a la cual pusieron vídeo recientemente. Una especie de David Lynch meets Joaquín Reyes en Muchachada Nui en la que no sabes qué está pasando pero no puedes dejar de mirar un espectáculo incoherente y que, todavía no sé por qué, me ha despertado alguna que otra risa.