Eran las 13h y 55 personas tomaban una cerveza en la terraza del Hotel Ayre Rosselló, situado en medio de l’Eixample, con una de las mejores vistas de Barcelona: toda la costa desde Sant Adrià hasta Montjuïc, y la fachada norte de la Sagrada Familia justo delante. Este idílico mediodía de domingo mejoró considerablemente cuando entraron en escena Lluís Albert Segura junto con Pep Mulet y Dimas Frías, ofreciéndonos un bello y variado repertorio de toda su discografía.
El formato del concierto, en un lugar especial, poco habitual y con público muy reducido, no es nada casual. L.A. cierra la etapa City/Ocean Tour, que abrió con la publicación de su último trabajo, con la minigira Ocean Tour Trio, en un formato acogedor e íntimo, con una lectura reinterpretada de los temas, para despedirse como es debido.
La actuación empezó con ‘Living by the Ocean’ e ‘In America’, ambas de su último trabajo, «From the City to the Ocean Side» (Sony Music, 2015), y el público lo disfrutó desde el minuto cero: piernas y cabezas moviéndose al ritmo, labios que se movían… pero nadie cantaba en voz alta. El formato tan reducido encanta, pero asusta a la audiencia: ¿y si los mismísimos L.A. nos escuchan desafinar?
Siguieron unas rítmicas ‘Evening Love’ y ‘Over and Over’ gracias a la percusión de Frías y el acompañamiento de Mulet. ‘Pictures on the Wall’ nos volvió a bajar las pulsaciones.
Llegó ‘Secrets Undone’ y todos los teléfonos se alzaron (el mío también): todos queríamos llevarnos un pedacito de esta preciosa canción en una versión calmada y minimalista, capaz de reparar cualquier grieta emocional.
El álbum “Dualize” (Dreamville Records, 2013) volvió con ‘Mirrorball’ y ‘Oh, why?’, y acto seguido Mulet y Frías abandonaron el escenario para dejar solo a Lluís Albert. Interpretó un precioso cover del ‘Let it ride’ original de Ryan Adams & The Cardigans, y siguió con ‘Close to you’ y su hipnotizador bajo, y una emocional ‘Elizabeth’.
Los teléfonos al aire se volvieron a multiplicar cuando sonó ‘Stop the clocks’, tan bonita como siempre, y con un delicado toque místico dado por el teclado. El ambiente calmado desapareció rápido primero con ‘Under Radar’, y definitivamente con una versión más bien blues de ‘Love Comes Around’, con Segura a la batería y Frías a la guitarra. Los ritmos lentos volvieron con ‘Higher Place’.
El rock a medio tiempo ‘Older’ nos estaba encandilando a todos cuando de repente pararon de golpe. La letra se fue y la base rítmica también. ¿Qué te equivocas? No pasa nada, vuelves a empezar, con total confianza; así que pudimos disfrutar otra vez de la misma canción.
“Vamos a tocar un par más”, anunciaba Segura; a lo que Mulet respondía entre risas con un “podríamos repetir alguna”. No, no repitieron e interpretaron ‘Ordinary Lies’, aunque a muchos no nos hubiera importado volver a escuchar el mismo setlist entero otra vez.
Lluís Albert se despidió con un misterioso “Nos vemos pronto. No puedo decir más, pero nos vemos pronto”, y arrancó con ‘Outsider’. Esta canción proporcionó un final perfecto y animado. ¡Creo que alguien se atrevió a cantar en voz alta y todo!
Entre canción y canción por los altavoces sonaban el mar y cantos de ballena, todo muy evocador. Si a esto le sumas un viento que te despeina hasta el alma, un sol gigante, un par de gaviotas sobrevolando la escena, las vistas del Mediterráneo y tres músicos alucinantes, quiero quedarme para siempre living by the ocean.
(Fotografías de Clàudia Núñez)