Nos sentamos con Paloma y Armando, pareja sentimental y pareja en el proyecto musical malagueño Hungry Butterfly en una cafetería céntrica con una fuerte estética hipster a la que pareces no pertenecer en caso de que no lleves pitillos, sombrero o un oversized vintage.
Con un estilo fruto de mezclar indietrónica y psicodelia que han ido madurando a lo largo de los últimos años han conseguido convencer al jurado de este año y proclamarse ganadores del concurso de bandas del Ojeando Festival 2016. Hablamos de esto en una conversación que abarca desde el papel infravalorado de la mujer en la música a la situación de la electrónica alternativa en España en comparación con otros países.
(Pregunta)-¿Cómo montáis vuestros directos trabajando con bucles y capas de sonido que montáis en vivo?
(Respuesta) Paloma: Improvisando sobre la marcha. Hago melodías con los sintetizadores, meto voces, y él le empieza a meter el ritmo, los ruiditos.
Armando: Al final queda algo progresivo y psicodélico, porque la idea del directo es que se descontrole. Luego la grabación se hace por pistas y con un sonido más limpio.
Paloma: Hay temas que tengo que grabar la voz e ir haciendo voces encima. Al grabar la primera voz estoy asustada por si se acopla o algo sale mal. Pero al final siempre pienso: “Coño, es que es un directo, la gente tiene que ver que no hay nada grabado y me puedo equivocar”.
(P) ¿Cómo es pasar de un estudio pequeño, a un escenario como el de La Térmica a otro más grande aún como el del Ojeando?
(R) Armando: No tenemos todavía esa costumbre, estamos todavía hechos a actuar en escenarios o salas y festivales más pequeños. Pero siempre nos preocupamos por llevar iluminación y proyecciones.
Paloma: Metemos luces estroboscópicas y laser. Intentamos que sea un espectáculo de música pero jugando con visuales también.
Armando: Para el Ojeando quedan cinco meses y todavía estamos pensando como lo vamos a plantear. Además, como ganamos el concurso de bandas, tomaron la decisión de que toquemos en el escenario grande, y allí va a ser complicado que metamos nuestras luces.
Paloma: En los escenarios grandes también nos pasa que nos ponemos los dos, enfrentados al público y nos sobra a ambos lados (Risas).
(P) ¿Cómo surgió participar en el concurso de bandas del Ojeando y cómo fue la experiencia?
(R) Armando: Teníamos ganas de tocar en el Ojeando. No nos solemos apuntar a muchos concursos, pero este nos gustaba y podíamos encajar.
Paloma: La historia de cómo nos enteramos me resulta graciosa. Estábamos en el parque con nuestro hijo, habían pasado unos meses y se me había olvidado que nos habíamos apuntado. Entonces Armando colgó el teléfono y dice (con voz normal) “Que somos ganadores del Ojeando”.
Armando: Son cosas que nunca nos esperamos porque hacemos un tipo de música más atípico, y apostar por este estilo es más complicado.
(P) ¿Os dedicáis a la música a tiempo completo?
(R) Paloma: No, ¡ojalá!
Armando: Ojalá y no ojalá, porque a ti (se refiere a Paloma) te gusta tu trabajo de enfermera y a mí el mío de diseñador. Luego para ligar trabajos y música es complicado, porque se suma que tenemos un hijo de cinco años cuyos padres, ¡los dos!, se van a dar un concierto.
(P) ¿Qué fue primero, la pareja o el grupo?
(R) Armando: Empezamos como pareja y siempre teníamos esa cosa con la música. Paloma había estado en bandas de jazz desde los 16 años.
Paloma: Y él también había estado componiendo canciones y haciendo sus cosas. Cuando nos conocimos nos dimos cuenta que era evidente que íbamos a hacer algo juntos (Risas).
Armando: Todo siguió un proceso muy natural. Nos presentamos al Málaga Crea y llegamos a la final con Paloma actuando embarazada, con la barriguita y todo (Risas). Ahí paramos tres años, justo cuando parecía que podíamos despuntar. Después de la pausa surgió la oportunidad de dar más conciertos y hacer canciones nuevas.
(P) ¿Cómo separáis la vida diaria de la musical? Porque tener todo el equipo en casa no sabría decir si os beneficia o no.
(R) Armando: Es muy complicado porque dices: “¿Ensayamos o vemos una peli?” Y al final siempre acabas viendo una peli (Risas). Hasta que no tenemos un concierto y con presión, no nos ponemos en serio.
(P) ¿Qué influencias tenéis?
(R) Paloma: Nosotros al principio nos inclinábamos por cosas más funky, como en ‘Trough My Veins’, u otro de nuestros primeros temas, ‘Numbers’ que siempre me ha recordado a Björk, pero a lo mejor porque estaba en ese momento enganchada con ella. Tenemos las influencias de lo que vamos escuchando en ese momento.
Armando: Creo que hay un antes y un después, y es cuando en el FIB de 2006 vimos a Soulwax.
Paloma: No sabía nada de ese grupo, y escuchaba una música de un estilo de electrónica pero mezclada con guitarras. Cuando llegué al escenario y vi a una banda en directo dije: “Yo quiero hacer eso” (Risas).
(P) ¿Cómo fue el salto del inglés al español en vuestro último disco?
(R) Paloma: Yo era muy reacia a cantar en español. El inglés se me da mal y el proceso de composición era complicado. Para empezar, hacía como Sigur Rós e iba inventando el idioma sobre la marcha con lo que me iba gustando fonéticamente. El trabajo le venía luego a Armando, que le tocaba traducir lo que yo decía y darle sentido, aprenderme la letra y pronunciarla perfectamente para la grabación
Armando: Era algo incómodo en ese aspecto. Y luego pensamos en todos los grupos españoles que empiezan en inglés y acaban volviendo a su idioma, como Love of Lesbian o The New Raemon. Pero lo de cantar en inglés era un tema de fonética sobre todo, Paloma tiene el problema de que canta bien (Risas).
Paloma: Pero es algo que me da rabia, porque me da la sensación de que en el mundo alternativo tienes que cantar con una voz muy diferente, muy dejada. A mí me gustan voces como Anni B Sweet o Russian Red que llevan ese rollo, pero no es mi estilo. A veces caigo en el rollo Edurne cantando y al principio me preocupaba, pero ya me da igual.
Armando: Al final lo indie es eso, el hacer lo que cada uno quiera, que últimamente parece que es un sonido concreto. Originalmente, quería que ella cantase todo el disco, porque ella es la que canta bien, pero luego decidimos que las canciones donde yo hacía la letra las cantase yo.
Paloma: A mí me gusta su voz y que haya un equilibrio. Pero aquí hay otra cosa, porque siempre está el prejuicio de que yo solo me dedico a cantar y él a hacer la música y todo lo demás por el hecho de ser mujer, y esto me ha pasado muchas veces. Sí, yo he cantado, pero lo hemos hecho a partes iguales. Y segundo, llevo toda la puta canción tocando el sintetizador, grabando las voces y tocando la guitarra.
(P) De hecho, Björk expresó su queja de que no se acreditasen a las mujeres en la producción y puso su caso con “Vespertine”.
Paloma: Nos ocurre lo mismo a pequeña escala, cuando decimos que tenemos un proyecto musical y dan por hecho que canto nada más.
Armando: Y volviendo a Björk, es como dice, no se valora. Ella lleva haciendo música muchos años y ahora llega Arca que lleva menos que ella y se da por hecho que “Vulnicura” va a ser lo más porque lo ha producido él, de nuevo dejándola en segundo plano. Existe ese prejuicio porque no estamos acostumbrados a ver a mujeres productoras.
(P) Y también se tiene siempre la imagen de la mujer en el indie como cantautora con su guitarra.
Paloma: Exacto, el otro día estábamos hablando justamente de eso. Normalmente estás acostumbrada a ver a una mujer con ese rollo cantautora, pero hay muy pocas bandas donde haya una mujer tocando. Podemos nombrar a Furia, Trèpat o a Triángulo de Amor Bizarro.
Armando: Hay más casos, pero siempre hasta ahora se ha tenido reservada a la mujer con el papel de cantante. Ya van cambiando las cosas en ese aspecto.
(P) ¿De dónde sacasteis el nombre?
(R) Paloma: Es una historia un poco mística (Risas) Todo viene por un sueño que tuve: una mariposa se posó en la muñeca y empezó a succionarme a sangre. Para mí fue muy significativo y fue antes de conocerle.
Armando: Luego pensamos que estaba guay la mezcla de butterfly que es algo muy bonito, y hungry, que le da un toque más crudo y creo que resume lo que hacemos nosotros: mezclar melodías bonitas con bases contundentes.
(P) ¿Me podrías contar de qué trata ‘Salpicar’? Me llamaba la atención porque tenía la sensación que tenía un toque de venganza, ¿es así?
(R) Paloma: Se podría interpretar de esa manera, es cierto que tenía mucha furia dentro. Empieza diciendo “Hace tiempo que no cojo la guitarra”, y eso era literal. El trabajo, el estrés… Pensar lo bien que vivía antes de joven, sin responsabilidades y cogía la guitarra. Así empezó y se compuso en el momento tal cual. Estaba muy inspirada porque tenía mucha mala hostia dentro (Risas).
(P) ¿Cómo es vuestro proceso de composición?
(R) Armando: Lo curioso es que nunca nos proponemos hacer canciones. A lo mejor nos ponemos a ensayar y van saliendo canciones nuevas al practicar otras, sale de forma muy natural, experimentando. Como excepción, decirte que ‘Herida de Muerte’ la compuse a guitarra, y es muy raro que empiece así y la convirtamos en una canción “hungry”. El paso inverso no lo hemos hecho todavía, pasarlo a acústico. Pero sí teníamos pensado preparar un formato más reducido.
Paloma: Nos ha pasado que nos han propuesto actuar en sitios donde no era viable dar un concierto de los nuestros. Estuvimos no hace mucho en casa versionando nuestras canciones con la guitarra a ver qué tal.
(P) Habéis optado por un género musical que aquí en España no tiene demasiada difusión comparado con Estados Unidos o Reino Unido, con Jamie xx, Caribou…Por un lado y con vuestro género, ¿creéis que tenéis que poner el objetivo fuera de España para potenciaros? Y segundo, ¿por qué creéis que en España no tiene tanta difusión este género?
(R) Armando: Parece que no hay electrónica alternativa en español, pero si te vas a América Latina ves que hay un movimiento interesante, y de hecho en Andalucía también están saliendo proyectos muy interesantes. Pero en España aún hay mucho que hacer. El problema a lo mejor es que la gente no está acostumbrada a este estilo de música. Muchos se sorprenden y les gusta, pero otros no la llegan a entender. Piensan que pinchamos y no que estamos actuando en vivo. Nos falta la cultura de entender lo que estamos viendo. No tenemos costumbre de escuchar música de baile y ver a una persona haciéndola en directo. También es que todo tiene su momento, y creo que ahora es el momento del garage. Pero son ciclos. Lo mismo nuestro estilo dentro de 10 años se empieza a poner de moda otra vez. Los grupos que triunfan es porque les pilla en el momento y en el sitio adecuados. A nosotros nos gusta hacer música, y siempre que podamos la vamos a hacer.
Paloma: Lo importante es hacer música tranquilo, sin amargarte y disfrutando. Si ya vivimos con prisa el día a día, para pasarlo a nuestro hobby y no disfrutarlo, preferiría dejarlo. Como curiosidad, decir que hacemos un estilo con el que he podido comprobar que ha gustado desde al que escucha reggaeton hasta el que escucha el heavy más bizarro (Risas).
Aquí la web oficial de Hungry Butterfly donde se puede escuchar su música y obtener más información.
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