Villanueva es de esos grupos que descubres en un festival, en unas horas en las que la mitad del público ni ha llegado aún al mismo, es decir a primeras horas en las que hay poco flujo de gente. Los descubrí en el festival de Origen este verano y el buen concierto que se marcaron, dejó huella. Por eso esperaba a que viniesen a alguna sala a la capital para verlos más de cerca, una vez terminada la época estival.
Volviendo a los aniversarios de las salas, esta vez le toca el turno al Costello Club que celebra su 10º cumpleaños. Este local, además, para su celebración, se ha renovado este verano y se ha lavado la cara convirtiéndose en un espacio más elegante, reformado y con mejor acústica.
Llegamos al concierto de Villanueva, y al entrar en la sala, la barra está llena de empanadas gallegas de diferentes sabores (ya que los anfitriones son de Vigo), y posteriormente Josete nos dice en medio de canción y canción que espera que nos hayan gustado. El detallazo de las empanadas tan acertado hace que a los asistentes se nos olvide el retraso con el que empieza el concierto o que, lo mismo, ese tiempo era para que las disfrutásemos tranquilamente. Prefiero pensar en esto último ya que el ambiente mientras tanto era muy familiar y acogedor.
«Viajes de ida» es el trabajo que Villanueva ha estado mostrando al público durante más de año y medio y que, lo dieron a conocer en esta sala por primera vez y que, en esta misma, lo despiden con una puerta abierta para lo próximo que vendrá.
Transmite mucho la garra, intensidad y profundidad con la que Josete canta sus canciones. Gestos y muecas acompañan en el hilo conductor que llegó a todos nuestros sentidos en el concierto. ‘Extraño’, ‘Thelma’ y ‘Momento’ fueron los primeros temas en introducirnos en su «Viaje de Ida«. Es realmente reconfortante el hecho de ver a un grupo sentir tan intensamente la música y ejecutar su trabajo transmitiendo en forma de sonidos todo lo que tienen dentro.
La pandereta toma forma al final del tema ‘Circo de Bastardos’ con la que Josete avanza en un pasillo que le abre el público en la sala. Mientras tanto, en el escenario Tarci, el guitarra, tiene algunos problemas con su instrumento que solventa como puede y continua haciendo alarde de su magnífica y admirable manera de interpretarlo.
‘La noria’ es un tema nuevo en el que cuenta «la historia de mi abuelo que se fue a Sudamérica» seguida de ‘Septiembre’, ‘Ahogándonos’ y la renovada ‘León’. Su versión ya conocida de Jeanette no tarda en llegar, ‘Porqué te vas’ y nos hace volvernos nostálgicos y emocionados ante esta interpretación. ‘Bombas Nucleares’, ‘Secretos’ e ‘Inevitable’ van poniendo el final a este último concierto de la gira de la banda y con ‘Sota, Caballo y tú‘ ponen el brochazo de oro.
Un concierto hecho en si mismo como un «momento perfecto», en el que bailamos, cantamos, sentimos la sintonía que hay entre miembros y público y descubrimos el hecho de tener mucho arte para hacerle el amor a un instrumento al ritmo de empanadas deliciosas.
«Hay bombas nucleares en la habitación, será mejor, mejor para los dos que exista una red que nos salve del placer…»