Acabo de empezar a hablar y ya estoy insultando. Pero no penséis que soy una maleducada ni nada por el estilo. Que soy una chica muy formalita e incluso maja cuando es año bisiesto. Pero era totalmente necesario hablaros así porque este sábado Ocho y Medio, que continua celebrando su decimoquinto aniversario, se llenó del pop más cabrón gracias a Ellos precedidos por Bla. Empezamos.
Con algo de retraso y tras dos intentos Bla sale al escenario, en su primer concierto tras un año de parón, acompañados de Siana de Ellos. Que muchos de los que estaban en la sala, en esos momentos ya llena, no conocieran las letras no supuso ni el más mínimo problema. ¿Por qué? Por las canciones irremediablemente pegadizas, una servidora da fe de ello, que hicieron que todos cantaran o al menos se marcaran algún que otro baile. Pero si vamos a hablar de bailes hagámoslo bien. La auténtica reina fue Belén Chanes, que no paró de moverse y saltar de un lado a otro. De eso y de contarnos historias. ¡Menudas historias! Desde que le gustaría que nos llamáramos Oliver hasta que se sentía como Portugal, descubierta tarde y mal, pasando por una mudanza horrible. En total nueve canciones, cada una mejor que la anterior. Hubo un momento en el que pensé que el concierto que venía más tarde no podría superar lo que estaba viendo. Me quedaba boquiabierta con cada letra y con el sonido eléctrico, divertido y melancólico. Tres en uno, como el lavavajillas. Los chicos Bla tenían ganas de cantar y se comieron el escenario. Literal. De verdad, chapó por Bla, por su sonido eléctrico, por la capucha de dragón de la vocalista y por sus letras.
Pero la fiesta de Ocho y Medio no acaba aquí, todavía tenemos cuerda para rato. Marcad el sábado 31 de octubre porque McEnroe se sube al escenario junto a Viva Suecia. Y unas semanas después, inaugurando el mes de noviembre, Novedades Carminha despide su gira con . Estos de Ocho y Medio no tienen medida.