octubre 12, 2024

La deriva nos llevó hasta el Sant Jordi Club

Vetusta Morla by Carlos F. Viso
Fotografías por Carlos F. Viso
Con un Sant Jordi Club lleno a pesar de tocar dos días seguidos, Pucho y los suyos saltaban al escenario cuando pasaban diez minutos de las nueve de la noche del viernes. Se podría pensar que después de haberlos visto en directo tantas veces, Vetusta Morla ya no te puede sorprender, o no te va a enchinar la piel, pero lo hacen, ¡vaya que si lo hacen!
El concierto empezaba con La Deriva, tema que abre su último disco y que los allí reunidos corearon aunque tímidamente. Lo que te hace grande y Golpe maestro – tema más político de la banda – le siguen sin parar y aumentando el tempo, y no es hasta este momento en que Pucho saluda al público y nos da la bienvenida a la primera de las noches de su gira de despedida de La Deriva.
Siguieron con un par de temas más del último largo de la banda y dieron la sorpresa con Rey Sol, haciendo las delicias de todos los allí reunidos. Una versión intimista de Al respirar donde todos coreamos susurros a voz en grito y Copenhague seguida de Baldosas amarillas nos hicieron bajar pulsaciones y arrancaron alguna lagrimilla, para volver a acelerar con Sálvese quien pueda y enlazar Un día en el mundo y Saharabbey Road con Maldita dulzura, Mapas y un Fiesta Mayor que nos hizo saltar de lo lindo. La recta final del concierto nos sorprendió cuando después de La cuadratura del círculo sonó Año nuevo, que no suele estar incluida en los setlist del grupo. 
El concierto – como ha venido siendo costumbre – finalizó con Los días raros, tema que va subiendo in crescendo y que te deja sin aliento si quieres seguir a Pucho en los coros finales. 
A destacar entre la variedad del público, en las primeras filas se podía ver a matrimonios rozando los cincuenta y a dos metros a una niña de ocho años con sus padres. Vetusta Morla te puede gustar más o menos, y siempre está el típico modernillo que te sale con la frase de manual diciendo que es que sólo tienen buenos «los primeros discos», pero saben hacer muy bien lo que hacen y han llegado a un nivel de directo que pocos grupos españoles tienen. Ir a sus conciertos es una experiencia catártica para los fans más fans.

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